Durante mucho tiempo se ha pensado que los genes heredados -y sus efectos- no podían cambiarse, pero ahora, un equipo internacional de científicos dirigido por investigadores de la Universidad McMaster y la Universidad McGill (ambas en Canadá) ha desafiado esta creencia. Los investigadores han descubierto que un gen -el principal marcador de la enfermedad cardíaca- puede ser modificado mediante la ingesta de cantidades generosas de frutas y verduras crudas. Los resultados del estudio han sido publicados en el último número de la revista 'PLoS Medicine'.
La población con variaciones genéticas en el cromosoma 9p21 tiene mayor riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, pero sorprendentemente, una dieta saludable es capaz de debilitar significativamente el efecto de dichas enfermedades.
La investigación, que representa uno de los mayores estudios sobre la interacción entre los genes y la dieta que se han realizado sobre la enfermedad cardiovascular, implicó el análisis de más de 27.000 personas de países árabes, Europa, Asia del Sur, China y América Latina, y el efecto de sus dietas sobre el gen 9p21. Los resultados sugieren que los individuos con el genotipo de alto riesgo que consumieron una dieta compuesta principalmente de verduras, frutas y bayas, tenían un riesgo similar de sufrir un ataque al corazón que aquellos con el genotipo de bajo riesgo, por lo que se debe cumplir la recomendación de consumir al menos 5 raciones de frutas y verduras al día.
El mecanismo de acción mediante el cual interactúan los alimentos sobre la expresión de los genes, es aún desconocido, y aunque quedan aún por realizar investigaciones para dilucidar estos procesos, los resultados y la evidencia científica, está ahí.
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