jueves, 30 de abril de 2020

La bacopa demuestra su efecto en la memoria y el Alzheimer protegiendo también a los astrocitos


Los astrocitos son un tipo de células presentes en el sistema nervioso que constituye el grupo celular más abundante después de las neuronas, responsables de numerosas funciones para la actividad nerviosa, Entre otras acciones, controlan y regulan la eficacia de la comunicación entre las neuronas, de manera que contribuyen a los procesos de transmisión y almacenamiento de información en el cerebro, habiéndose comprobado que en contra de lo que se pensaba, las neuronas no son las únicas responsables de nuestra memoria, por lo que numerosos autores han centrado sus estudios en los astrocitos como posible diana terapéutica en tratamientos de afecciones relacionadas con la pérdida de memoria, como es el caso de la enfermedad del Alzheimer.

El benzopireno (BP) es un hidrocarburo aromático policíclico, un potente agente neurotóxico capaz de provocar un deterioro del desarrollo neuronal que se ha asociado con los procesos de envejecimiento cerebral.

En este estudio se comprobó que el extracto de Bacopa monnieri (BM), una planta medicinal ayurvédica, disminuyó la apoptosis y el envejecimiento inducidos por el BP en astrocitos humanos. Se demostró que BM protege a los astrocitos de la apoptosis y senescencia inducidas por BP al reducir el daño mitocondrial que genera especies reactivas de oxígeno (ROS). Además, se observó que la detención del ciclo celular en la fase G2 que provoca el BP puede ser revertida por BM generándose un ciclo celular normal en estas células.

El Caenorhabditis elegans es un nematodo, un gusano, que se emplea en numerosos estudios por su simplicidad, donde también se confirmó los efectos descritos de BM. Además, se observó que la actividad antisenescencia y antiapoptótica de la BM está mediada por el efecto regulador de la mitofagia, y que BM induce la mitofagia a través de la vía dependiente de la proteína Parkin para ejercer su actividad citoprotectora en los astrocitos.

En conclusión, los efectos antisenvejecimiento y antiapoptóticos de la BM en los astrocitos podrían combatir los trastornos neurológicos relacionados con la contaminación y el envejecimiento.

Referencia bibliográfica: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0278691520302556?via%3Dihub

lunes, 20 de abril de 2020

El sabal reduce los síntomas de la HBP, sin los efectos secundarios de los fármacos


Son numerosos los estudios publicados en los que se ha demostrado que la palmera de California o palmera enana (Serenoa repens) es eficaz en el control de los síntomas del tracto urinario inferior, por lo que un grupo de investigadores realizaron una revisión sistemática y un metanálisis para comparar Serenoa repens con tamsulosina, uno de los fármacos más empleados en el tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata, tras ciclos de tratamientos de al menos 6 meses de duración.

Se incluyeron en el metanálisis cuatro estudios que abarcaron a 1.080 pacientes (543 en el grupo Serenoa repens y 537 en el grupo de tamsulosina) se incluyeron en el metanálisis.

En comparación con la tamsulosina, Serenoa repens tuvo el mismo efecto en el tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata en términos de la escala internacional de síntomas prostáticos (IPSS), calidad de vida, flujo máximo, volumen residual postmiccional, antígeno prostático específico (PSA) con la excepción del volumen de la próstata cuya mejoría fue mayor con la tamsulosina.

En cuanto a los efectos secundarios, Serenoa repens fue bien tolerado en comparación con la tamsulosina, especialmente en los trastornos de la eyaculación y disminución de la libido.

Referencia bibliográfica: https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/1557988320905407?url_ver=Z39.88-2003&rfr_id=ori%3Arid%3Acrossref.org&rfr_dat=cr_pub%3Dwww.ncbi.nlm.nih.gov&

jueves, 16 de abril de 2020

El aceite de krill protege al organismo de las consecuencias del exceso de hierro

Los niveles altos de hierro se conocen en medicina con el nombre de hemocromatosis. La hemocromatosis primaria, se debe a un trastorno genético por el que aumenta la absorción de hierro, acumulándose en el corazón, páncreas e hígado. También puede ser secundaria a otras enfermedades como talasemia, trasfusiones repetidas o enfermedades inflamatorias hepáticas como la esteatosis hepática o hígado graso, hepatitis víricas crónicas o el consumo prolongado de alcohol.

La afectación hepática es lo más frecuente y puede provocar entre otras afecciones una cirrosis. El tratamiento convencional consiste en extraer sangre del paciente (flebotomía) y en administrar medicamentos quelantes del hierro.

El aceite de krill es un suplemento rico en unos ácidos grasos de la serie omega-3 llamados ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA). Estos ácidos grasos se encuentran tanto en el aceite de krill como en el aceite de pescado. La principal diferencia se encuentra en que, en el aceite de krill, se encuentran en forma de fosfolípidos y en el pescado en forma de triglicéridos, lo que hace que los procedentes del aceite de krill sean más biosdisponibles.

En este estudio, realizado con ratones, se investigó si el aceite de krill podía evitar el daño en el hígado y el bazo provocado por un exceso de hierro, valorándose la extensión de las lesiones hepática y esplénica mediante evaluaciones bioquímicas, histopatológicas e inmunohistoquímicas.

Lo resultados, indicaron que el aceite de krill mejoró de forma efectiva las lesiones microscópicas del hígado y el bazo. Además, disminuyó el aumento de los niveles de transaminasas séricas, fosfatasa alcalina, LDH, hierro y ferritina y también aumentó el nivel sérico de albúmina. Además, restableció el equilibrio entre oxidantes y antioxidantes en los tejidos hepático y esplénico. Por último, disminuyó los niveles de la hemo-oxigenasa 1 (HO-1), aumentó la producción de la proteína Nrf2 (proteína que controla el modo en que se expresan ciertos genes encargados de proteger la célula del daño que causan los radicales libres) y limitó la expresión de la metaloproteinasa de matriz 9 (MMP-9, una enzima encargada de degradar componentes de la matriz extracelular involucrada en procesos inflamatorios,).

Estos hallazgos sugieren que el aceite de krill puede ser un buen candidato para el tratamiento de la toxicidad inducida por una sobrecarga de hierro.

miércoles, 15 de abril de 2020

Un nuevo metaanálisis avala la seguridad y eficacia del azafrán (Crocus sativus L.) en el tratamiento de la depresión leve a moderada.


Los tratamientos a base de plantas medicinales se están volviendo cada vez más populares en el tratamiento de la depresión, ya que por lo general los fármacos no están exentos de efectos secundarios. En los últimos años, se han ido acumulando evidencias en numerosos estudios clínicos del efecto positivo del azafrán (Crocus sativus L.) en el alivio de los síntomas depresivos, por lo que los autores se propusieron realizar un metaanálisis para evaluar la seguridad y la eficacia del azafrán en el tratamiento de la depresión leve a moderada mediante la recopilación y síntesis de todos los datos disponibles.

Para ello, se recuperaron todos estudios relevantes. Los ensayos encontrados se sometieron a una revisión cuidadosa y se extrajeron de ellos los datos necesarios prestando atención a las puntuaciones de la Escala de Calificación de Hamilton para el Depresión o el Inventario de Depresión de Beck, la tasa de respuesta, la tasa de remisión y los efectos adversos se compararon entre azafrán y placebo o azafrán y antidepresivos para evaluar la eficacia del azafrán en el tratamiento de la depresión.

Doce estudios cumplieron los requisitos de inclusión para el metaanálisis, tras cuyo análisis los resultados mostraron que el azafrán poseía una mejor eficacia en la mejora de los síntomas depresivos en comparación con el placebo, mientras que era tan efectivo como los antidepresivos sintéticos. No se detectaron diferencias significativas en la incidencia de efectos adversos entre el azafrán y el placebo o entre el azafrán y los antidepresivos.

Por ello, los autores concluyen que el azafrán podría considerarse como una alternativa a los antidepresivos sintéticos en el tratamiento de la depresión leve a moderada, aunque recomiendan la realización de nuevos ensayos multicéntricos con mayor tamaño de muestra, mayor duración del tratamiento y diferentes grupos étnicos para verificar los resultados.

Una buena noticia en unos momentos de pandemia por COVID-19 que no solo produce síntomas físicos, sino que además está afectando a la salud emocional de numerosas personas.

martes, 14 de abril de 2020

El ortosifón demuestra su efecto como protector renal y en la hiperuricemia


El ortosifón (Orthosiphon stamineus) es una planta medicinal originaria del sudeste asiático muy popular entre los habitantes de la isla de Java (Indonesia), motivo por el cual se la conoce también como té de Java, donde de forma tradicional la emplean para tratar enfermedades renales por su efecto diurético, aunque no fue hasta el siglo XX cuando la comunidad científica empezó a mostrar interés por esta planta medicinal y comienza a realizar estudios.

Son numerosos los compuestos que se han aislado del ortosifón, siendo los más conocidos las sales de potasio y un flavonoide llamado sinensetina, pero no son los únicos, ya que posee otras flavonas esteres caféicos y cromenos, que en conjunto le confieren propiedades como antioxidante, antiinflamatorio y diurético.

En esta ocasión, un grupo de investigadores chinos, quiso validar científicamente los efectos del ortosifón en la hiperuricemia y como protector renal en un modelo murino al que se le provocó una hiperuricemia con oxonato de potasio.

Como consecuencia, se identificaron 8 compuestos en el ortosifón que redujeron los altos niveles de ácido úrico regulando rutas metabólicas clave implicadas en la hiperuricemia como son la actividad de la xantina oxidasa y de la adenosin deaminasa y de los trasportadores de urato. Además en el estudio histológico renal, el ortosifón también disminuyó significativamente las lesiones renales.

Estos hallazgos demuestran que el ortosifón posee unos interesantes efectos como antihiperuricemico y nefroprotector que indican que esta planta medicinal podría ser un agente o ingrediente funcional seguro y efectivo para tratar la hiperuricemia.


jueves, 9 de abril de 2020

¿Aceite esencial de ajo para el coronavirus COVID-19?


El ajo (Allium sativum L.) además de su valor como ingrediente culinario, está considerado un componente importante dentro de la medicina naturista desde hace siglos. Durante miles de años, el ajo se ha utilizado como medicamento para resfriados comunes, gripe y otros tipos de infecciones. Estudios farmacológicos más recientes indican que el aceite esencial de ajo es una fuente excepcional de compuestos organosulfurados, que poseen unas importantes propiedades antioxidantes, antibacterianas, antifúngicas, anticancerígenas y antimicrobianas. También se ha demostrado que el aceite podría emplearse en casos de hipoglucemias, hipertensión, terapia antitrombótica y como inmunomodulador y prebiótico. Además, posee otro compuesto azufrado llamado alicina que se encuentra en el aceite esencial.

Ante la pandemia que se está sufriendo por el nuevo coronavirus (SARS-CoV-2/COVID-19), existe una demanda también creciente de recursos naturales y seguros que puedan prevenir esta infección y son numerosos los estudios que están en la actualidad en marcha, uno de los cuales se ha realizado con el aceite esencial de ajo.

Para que el virus nos produzca una infección, necesita que por un lado se acople a la membrana de las células y pueda entrar en su interior y que una vez haya penetrado se multiplique dando lugar a nuevas copias virales.

En este proceso intervienen dos proteínas fundamentales como son la ACE2 y la 3CL (Mpro). La ACE2 es una proteína presente en la superficie de muchas células de nuestro organismo especialmente en los vasos sanguíneos, el corazón y el aparato respiratorio. El virus posee otra proteína en su superficie que encaja como una llave en su cerradura en la ACE2 de la célula, con lo que se permite el paso del virus al interior de la célula, donde el ARN vírico se confunde con material genético propio, provocando que esa nueva información del ARN reproduzca proteínas virales como si se tratasen de proteínas humanas. En cuestión de horas se fabrican millones de copias de ARN viral que se van multiplicando hasta romper la membrana celular y poder así infectar otras nuevas células. Para que el ARN viral se multiplique, se necesitan otras proteínas que actúan como enzimas llamadas proteasas, y es aquí donde actúan fármacos antivirales que se emplean en el tratamiento del VIH o de la hepatitis C. La principal proteasa es precisamente la 3CL, cuya estructura acaba de ser liberada por el banco de datos de proteínas para desarrollar nuevos fármacos con el código PDB 6LU7.

La aplicación de métodos en los que se emplean modelos de moléculas permite a los investigadores evaluar la actividad antiviral.

Diecisiete compuestos organosulfurados, que representan el 99.4% del contenido del aceite esencial de ajo empleado, demostraron una intensa interacción con los aminoácidos de la proteína ACE2 y de la proteasa principal del SARS-CoV-2, la 6LU7. La actividad anticoronavirus más potente, la expresaron el disulfuro de alilo y trisulfuro de alilo, que son los principales compuestos presentes en el aceite esencial de ajo (51,3%). Los resultados de acoplamiento indican también una acción sinérgica de estas 17 sustancias, en la inhibición de las dos proteínas (ACE2 y PDB 6LU7), por lo que los resultados sugieren que el aceite esencial de ajo puede ser un valioso antivírico natural, que puede contribuir a prevenir la invasión del coronavirus en el humano.

El conocimiento de la estructura tridimensional de la principal proteasa del coronavirus, ha facilitado también nuevos estudios con otras biomoléculas como son nigellidina, quercetina, luteolina-7-glucósido, demetoxicurcumina, naringenina, apigenina-7-glucósido, oleuropeína, curcumina, galato de epicatequina , zingerol o gingerol.

Referencias bibliográficas: