martes, 2 de agosto de 2016

Los ácidos grasos omega-3 mejoran la anatomía y la función del corazón tras un infarto

Administrar un suplemento diario de ácidos grasos omega 3 a los pacientes que han sufrido un infarto agudo de miocardio durante seis meses reduce las cicatrices y mejora la función del corazón, según se desprende de un estudio realizado por el profesor de la Universidad de Harvard en Boston (Estados Unidos), Raymond Y. Kwong, y publicada en la revista “Circulation” de la American Heart Association.

Numerosos estudios previos habían demostrado que los ácidos grasos omega-3 se asociaban con efectos beneficiosos cardiovasculares, pero su papel en la modificación de las estructuras y las características del tejido cardíaco en pacientes que han tenido un infarto agudo de miocardio seguía siendo desconocido.

Para resolver esta duda, los investigadores asignaron al azar a 180 pacientes que habían sufrido un infarto agudo de miocardio, a un suplemento de ácidos grasos omega 3, y a otros 178 a un placebo, valorándose por resonancia magnética cardiaca las características de la estructura y del tejido cardiaco al inicio del estudio y después del tratamiento. Se estudió el cambio en el índice de volumen sistólico del ventrículo izquierdo como objetivo principal y secundariamente, cambios en la fibrosis miocárdica de áreas no infartadas, fracción de eyección del ventrículo izquierdo, y el tamaño del infarto.

Los investigadores comprobaron que los pacientes que habían recibido una dosis diaria de cuatro gramos de omega-3 durante seis meses, habían reducido, en comparación con el grupo placebo, un 5,8 por ciento en el índice de volumen sistólico del ventrículo izquierdo, un 5,6 por ciento la fibrosis y una reducción de los biomarcadores para la inflamación.