martes, 10 de noviembre de 2009

La caída del cabello


Hoy en día el cabello está expuesto a una serie de agresiones (dieta, medio ambiente, higiene, estrés,...) que hacen necesario extremar las medidas y los cuidados para mantener la vitalidad del pelo más que en ningún otro tiempo.

La piel, está cubierta de pelos excepto en las palmas de las manos, plantas de los pies y sobre las últimas falanges. Hay alrededor de 5 millones de pelos, de los que 1 millón se localizan en la cabeza.

Aunque aparentemente pueda parecernos una estructura anatómica muy simple, el folículo pilosebáceo es bastante complejo, encontrándose en él, además del cabello, distintos tipos de glándulas, vasos sanguíneos y músculos. En el bulbo piloso, se localiza la matriz o porción generadora donde encontramos dos tipos de células, los queratinocitos, responsables del crecimiento y formación del pelo e intercalados entre ellos, melanocitos, responsables de la pigmentación y coloración del cabello.

El pelo, no crece indefinidamente. Posee un ciclo evolutivo, donde los nuevos pelos, desplazan los anteriores que se van desprendiendo. Todos los pelos que existen en nuestra cabeza se caerán, y no tiene sentido intentar evitar la pérdida natural del cabello, lo importante es poder asegurar que van a seguir naciendo y cuidar los folículos pilosos donde se produce el cabello. Una pérdida normal de cabello es cuando diariamente se caen hasta 50 pelos, entre 50 y 80 se considera un aviso y cuando se superan los 80 es preocupante.

Las razones de una excesiva pérdida de cabello son variadas, unas naturales y otras patológicas. Las naturales son las siguientes:

  1. Edad: Hay periodos, a lo largo de la vida, en que aumenta la pérdida de cabello, como la pubertad, a los 30 años, después de los 50, en la menopausia y andropausia, después de un parto, etc.
  2. Estación: Como ocurre en la primavera y el otoño.
  3. Características individuales: Influyen factores hormonales (andrógenos, hormonas tiroideas, etc.), de herencia, estrés, fiebre, postparto, tratamientos con medicamentos, circulación periférica, traumas físicos y psíquicos, etc.
  4. Estado del cuero cabelludo: Caspa, seborrea, cuidado con productos inadecuados, suciedad, etc.

Hay tres grandes tipos de alopecia:

  1. Alopecia areata: Caracterizada por la aparición de placas peladas salpicadas por cuero cabelludo, que crece excéntricamente.
  2. Alopecia seborreica: Están ligadas generalmente a problemas hereditarios o endocrinos y condicionadas por una excesiva producción de grasa de las glándulas pericapilares.
  3. Alopecia carencial: Consecuencia de un proceso anémico, convalecencia de una enfermedad, infecciones o dietas inadecuadas que producen un empobrecimiento de aporte de vitaminas, oligoelementos y aminoácidos esenciales para el crecimiento, formación y vitalidad del nuevo pelo.

Es pues necesario, para una salud adecuada de nuestro cabello, además de usar un champú adecuado de acuerdo con las características de nuestro cabello (seco, graso, mixto), tomar las medidas precisas para hacer llegar al folículo piloso todos los nutrientes necesarios, todo el oxígeno, favorecer la retirada de residuos, etc., en definitiva, evitar todas las causas que puedan favorecer una mala calidad de los folículos pilosos. Cuando lo estemos lavando, también es importante realizar un masaje del cuero cabelludo durante unos minutos para activar la circulación siendo además recomendable terminar con agua fría.

Son muy útiles también en estas situaciones los suplementos vitamínicos específicos que aporten los nutrientes que necesitan nuestros cabellos para mantenerse sanos y fuertes como el retinol las vitaminas del grupo B y la E, aminoácidos azufrados como la cisteína y la metionina y minerales como el selenio.