Un
estudio liderado por la profesora del California Institute of Technology
(Estados Unidos) Elaine Hsiao ha permitido descubrir la relación entre el
desarrollo de trastornos mentales, especialmente el autismo, y la microbiota
intestinal (microbios que habitan en los intestinos a los que se les atribuye
más de 20.000 funciones)
El
hallazgo ha sido presentado en la Cumbre Mundial de Microbiota Intestinal para
la Salud, y abre la puerta a abordar los trastornos mentales desde la
perspectiva de las bacterias que hay en los intestinos de los afectados, ha
explicado el presidente del Comité Científico de la Cumbre, Francisco Guarner.
Los
investigadores han basado su estudio en provocar trastorno del espectro autista
(TEA) en ratones, lo que les ha permitido descubrir que su microbiota
intestinal está alterada en comparación con la de ratones sanos: sus intestinos
permiten filtraciones de sustancias potencialmente peligrosas al torrente
sanguíneo.
Se
han observado procesos similares en niños con TEA, que presentan frecuentemente
problemas gastrointestinales como estreñimiento y diarrea, lo que sugiere que
hay una relación directa entre el trastorno que manifiestan en el cerebro y en
el intestino.
Guarner
ha explicado que la microbiota intestinal "tiene una especial relevancia
en los niños", teniendo en cuenta que se ha demostrado que está
relacionada con el incremento de casos de obesidad y trastornos metabólicos y
autoinmunes, como la celiaquía y las alergias alimentarias.
"Si
toman demasiados antibióticos, viven en entornos excesivamente higiénicos y no
consumen suficientes vegetales, los niños sufren trastornos en su
microbiota", lo que desencadena en enfermedades y trastornos, ha
especificado.
Otro
hallazgo relacionado con este aspecto es el que ha expuesto la profesora de la
Universidad Complutense de Madrid, Esther Jiménez, que ha revelado que la leche
materna aporta al intestino del bebé bacterias beneficiosas que ejercen un efecto
protector contra una serie de enfermedades: "La lactancia fortalece la
microbiota y evita trastornos".
En
la Cumbre también se ha abordado el uso de prebióticos y probióticos para
combatir los desórdenes de las bacterias intestinales, así como la importancia
de tener una dieta equilibrada para proteger el organismo de numerosas
enfermedades.
Guarner
ha aconsejado "comer verdura, fruta y evitar alimentos procesados",
teniendo en cuenta que la dieta influye en la composición de la microbiota
intestinal, y ha destacado que tan solo una semana después de iniciar unos
hábitos alimentarios saludables ya se puede restablecer la flora bacteriana.
En
el encuentro internacional también se han presentado dos estudios liderados por
el profesor de la Columbia University (Estados Unidos) Robert Schwabe y el de
la Heidelberg University (Alemania) Peer Bork, que han descubierto que existe
una relación directa entre el cáncer de colon e hígado y la microbiota
intestinal.