miércoles, 10 de junio de 2020

Artrosis y confinamiento por COVID19

Uno de los hechos más relevantes desde el punto de vista social y que ha provocado la actual epidemia de SARS-CoV-2, responsable de la COVID-19, ha sido el confinamiento de la población, el cual, ha cambiado nuestras vidas, hábitos y rutinas de un día para otro.

Cuando se decretó el estado de alarma, lo primero que se pensó fue en las posibles repercusiones emocionales y conductuales que podía tener en cada uno de nosotros, pero también ha tenido importantes consecuencias sobre la esfera más física de nuestra salud.

Estar confinados ha implicado, entre otras cosas, una falta de movilidad y, por ello, las patologías del aparato locomotor son las que más se han visto afectadas por esa disminución del movimiento. De ellas, la principal ha sido la artrosis, dada su alta prevalencia en nuestra sociedad, que, según la última encuesta del Sistema Nacional de Salud, afecta al 18% de la población.

La artrosis como la mayoría de las enfermedades osteoarticulares, precisan de movimiento, aunque cada una de ellas con unas ciertas particularidades. La falta de movimiento provoca que nuestras articulaciones se anquilosen, aumentando la rigidez de las mismas, por lo que, cuando intentemos moverlas, se incrementa el dolor. Además, las posturas inadecuadas al sentarnos y el exceso de horas en sofás demasiado blandos, provoca numerosas contracturas musculares que acrecentan la intensidad del dolor. Es preciso, por tanto, evitar en la medida de lo posible la disminución de la actividad física, ya que confinamiento no es sinónimo de inactividad, por lo que sería importante organizar nuestro día para intercalar las actividades diarias con los periodos de reposo, evitando realizar las tareas domésticas en un plazo breve e intenso de tiempo, para después descansar interminables horas y, en la medida de lo posible, realizar ejercicio de acuerdo con nuestro estado de salud y forma física. Para la artrosis, uno de los ejercicios que se recomienda y que está avalado por estudios científicos es el taichí.

Además, el aumento de la ansiedad, el nerviosismo o el miedo, generan contracturas musculares, que por sí solas pueden provocar dolor, pero si afectan a una articulación con artrosis, incrementarán el roce de las superficies articulares afectadas, aumentando la inflamación y, en consecuencia, el dolor. Por tanto, cuidar de nuestra salud mental es fundamental, intentando evitar pensamientos negativos y realizando ejercicios de relajación.

La artrosis es una enfermedad crónica en la que se dañan nuestras articulaciones destruyéndose lenta y paulatinamente el cartílago articular, pero que afecta también a los tejidos periarticulares como son la cápsula, la sinovial, el hueso situado por debajo del cartílago (subcondral), los ligamentos, los tendones y los músculos. Cualquier articulación puede verse afectada, pero las más frecuentes son las de la rodilla, la cadera, las manos y la columna.

La mayoría de la población y numerosos profesionales, para tratar la artrosis, recurren a medicamentos que solo alivian, como son los analgésicos y los antiinflamatorios, que nunca curarán este proceso, pero sí harán que se sobrelleve mejor la enfermedad. Desde la Medicina naturista, son muchos los recursos que disponemos para tratar esta dolencia, con menos efectos secundarios que los fármacos y por tanto con mejor perfil de seguridad. Éstos se pueden dividir en dos grandes grupos, los puramente sintomáticos y los que son capaces de modificar la evolución de la enfermedad.

Dentro de las plantas que actúan sobre los síntomas, y que podemos ingerir en diferentes presentaciones, se encuentran el sauce (Salix alba) y la ulmaria (Spirae ulmaria), ricas en ácido metil salicílico, el harpagofito (Harpagophytum procumbens) con sus harpagósidos como responsables de su acción, o la cúrcuma (Curcuma longa), cuyos principios activos para que sean absorbidos deben ser administrados con pimienta negra o de forma fitosomada, la uña de gato (Uncaria tormentosa) o el mejillón de labio verde (Perna canaliculus).

También podemos ofrecer un tratamiento analgésico con muchos de los remedios citados anteriormente, empleándolos de forma tópica, pero destacan por encima de ellas el árnica (Arnica montana) y la pimienta de cayena (Capsicum annuum), cuya oleorresina se puede emplear en cremas incluso para dolores intensos como son los denominados dolores neuropáticos (postherpéticos, sensación de miembro fantasma, neuralgias intercostales o del trigémino, etc.).

Sin restarle importancia a lo que nos reclama el paciente que suele ser siempre que le mejoremos su dolor, desde el punto de vista terapéutico, más interesante sea quizás emplear plantas medicinales o moléculas que sean capaces de detener y en la medida de lo posible reparar, los daños provocados por la evolución de la enfermedad. Estos, como se entenderá, no nos ofrecerán un efecto analgésico rápido, pero sí a medio y largo plazo, de una forma más consolidada y definitiva, ya que la disminución de la percepción dolorosa, será consecuencia de la reparación y regeneración del cartílago articular. A estas sustancias que poseen este efecto se las conoce desde el punto de vista farmacológico como “modificadores de los síntomas de la artrosis de acción lenta” o por sus siglas en inglés como SYSADOA (Symptomatic slow action drug osteoarthritis).

Los SYSADOA tienen un comienzo de acción lenta, a diferencia de los antiinflamatorios no esteroideos y, por ello, la Agencia Europea del Medicamento, recomienda que el efecto analgésico de este grupo se valore en la artrosis al menos tras seis meses de tratamiento, y el efecto sobre la estructura articular tras 2 años de tratamiento. Otra característica es que poseen una eficacia global parecida a la de los antiinflamatorios no esteroideos y un efecto que se prolonga durante más tiempo, incluso durante algunos meses después de la supresión del tratamiento (efecto carry over o remanente).

Dentro de los SYSADOA, podemos distinguir dos grandes grupos, los que aportan elementos estructurales al cartílago articular, como son el colágeno, el sulfato de glucosamina, el condroitinsulfato, el ácido hialurónico o el cartílago de tiburón, algunos de ellos con más o menos actividad sobre el cartílago y, por otro lado, están los que actúan sobre los mediadores involucrados en el deterioro del cartílago articular donde encontramos a la diacereína y unas moléculas extraídas de la soja y del aguacate.

La diacereína es una antraquinona que se encuentra en las plantas del género Cassia y tiene moderada actividad antiinflamatoria y analgésica junto con efectos laxantes débiles. Su estructura química presenta similitudes con la de las tetraciclinas y su principal mecanismo de acción, es la inhibición de la interleukina-1. Sin embargo, esta molécula natural posee numerosos efectos secundarios, por lo que solo se comercializa como medicamento bajo prescripción médica.

La otra sustancia, realmente es un conjunto de moléculas conocidas como fracción insaponificable de los aceites de soja y aguacate (ASU por sus siglas en inglés, “avocado soybean unsaponifiable”) compuesta por una mezcla en la que predominan los esteroles vegetales como el beta-sitosterol, el estigmasterol y el campesterol. Los aceites en general tienen la propiedad de saponificarse, es decir de formar un jabón mediante un proceso químico al añadirle un álcali. Sin embargo, menos del 1 % del aceite de la soja y aguacate no se saponifica y con esa fracción, en una proporción 2:1 de soja con respecto al aguacate y en una cantidad total de 300 mg es con la que se elabora este medicamento o complemento.

Desde que se publicara en 1972 el primer estudio en Francia, se ha ido dilucidando el mecanismo íntimo por el que actúan estas moléculas, por lo que, en la actualidad, conocemos como actúan aumentando la síntesis de los diferentes tipos de colágeno que existen en el cartílago, haciendo que el condrocito, la única célula presente en el cartílago, los sintetice, y cómo actúa sobre otras moléculas que intervienen en el proceso artrósico como son el factor transformador del crecimiento (TGF-β1, TGF-β2), el inhibidor del plasminógeno activado (Pai-1), la IL-1, IL-1b, IL-6, IL-8, PGE2 y estromelisina, mediadores químicos que se asocian a la destrucción del cartílago sano. En definitiva, inhibe las moléculas implicadas en la inflamación (efecto antiinflamatorio), se opone a la acción destructiva de enzimas catabólicas (efecto anticatabólico) y activa la síntesis de algunos de los elementos componentes del cartílago y aumenta el número de células del cartílago, que en la artrosis se encuentran disminuidas (efecto anabólico).

Los ASU han demostrado una mayor efectividad en aquellas personas que tienen una pérdida más severa del cartílago, pero también beneficia a aquellas personas con diagnóstico de artrosis aunque no tengan síntomas, siendo compatible con la toma de analgésicos naturales o no. Existen estudios que demuestran cómo, conforme avanza el tratamiento, se observa una mejora del dolor, permitiendo reducir las cantidades de otros agentes analgésicos y antiinflamatorios que se suelen administrar en esta enfermedad. Pero lo importante es que este efecto no se deriva de su efecto analgésico, sino que es una consecuencia de la mejora del cartílago articular.

Otra ventaja que poseen los ASU es que, a diferencia de los otros SYSADOA como el colágeno o los sulfatos de condroitina o de glucosamina que son de origen animal, se trata de un producto de origen vegetal, por lo que es apto y puede ser consumido por vegetarianos. Finalmente se puede afirmar que prácticamente carece de efectos secundarios (similares al placebo) y no interacciona con otros medicamentos, lo cual hace que sea una opción muy segura en pacientes polimedicados como son los pacientes artrósicos que por lo general suelen ser mayores, donde coexisten numerosas patologías y diferentes fármacos.

Como vemos, son numerosas las opciones terapéuticas que tenemos para mejorar la artrosis, pero es fundamental, que el paciente se involucre también en su tratamiento realizando ejercicios y mejorando la movilidad, mostrando una actitud positiva. Si se realiza así, seguro que las plantas y suplementos naturales contribuirán a que estemos aún mejor.

lunes, 11 de mayo de 2020

Zinc y COVID-19


Unos de los medicamentos más eficaces, aunque no exentos de ciertas polémicas, y que actualmente se están empleando en los diferentes protocolos de tratamiento frente a la pandemia de COVID-19 son la cloroquina y su derivado, la hidroxicloroquina. No es la primera vez que se usan para tratar un virus emergente nuevo, ya que hay evidencia de su actividad frente al virus del Zika, al virus del Ébola y al virus de Chikungunya. El mecanismo de acción en COVID-19 no se conoce aún con total profundidad y existen diferentes hipótesis que explicarían los efectos de la cloroquina en el ciclo de replicación del SARS-CoV-2.

El zinc es otra sustancia que podría reducir la actividad viral del SARS-CoV-2, ya que posee un efecto antivírico y puede aliviar las infecciones del tracto respiratorio. Es el segundo elemento traza más abundante que existe en el cuerpo y sus fuentes dietéticas son el pescado, los huevos, los productos lácteos, los mariscos (especialmente ostras) y las carnes rojas. Se necesita un aporte continuo ya que la capacidad del organismo para almacenarlo es limitada. Está comprobado que la multiplicación o replicación de los virus del SARS, hepatitis C e influenza H1N1, se inhiben por el óxido de zinc y las diferentes sales de este. Tampoco se conoce cómo el zinc ejerce su actividad antiviral y entre los posibles mecanismos se postulan la inhibición de la unión del virus a la mucosa, la supresión del efecto inflamatorio, la generación de interferón y la inhibición de enzimas necesarias para la replicación viral. Un estudio reciente mostró cómo las sales de zinc inhibían la ARN-polimerasa dependiente del ARN (RdRp), impidiendo así la replicación viral del virus de la hepatitis E. Curiosamente, esta enzima inhibida por el zinc, es la misma que también se necesita para la replicación del SARS-CoV-2.

Sin embargo, el zinc tiene dificultad para atravesar la membrana de la célula e ingresar en su interior, donde bloquearía la replicación viral, para lo que precisa de un transportador, que se conocen en general como ionóforos, que permiten el paso del zinc a través de la membrana plasmática, liberándolo en el citoplasma.

Es aquí, precisamente, donde la hidroxicloroquina puede desempeñar su principal papel, actuando como un ionóforo y permitiendo la entrada del zinc a la célula infectada, por lo que se ha planteado la administración conjunta y sinérgica de cloroquina o hidroxicloroquina y zinc para mitigar la exacerbación de COVID-19. De hecho, ya existe evidencia de los resultados con esta combinación. En concreto, se ha empleado hidroxicloroquina, azitromicina y zinc en forma de sulfato, en 350 pacientes con COVID-19, con un éxito total: no hubo fallecimientos, ninguno requirió de asistencia respiratoria, y ni siquiera uno de ellos necesitó ser hospitalizado, por lo que se han puesto en marcha nuevos estudios para corroborar estas acciones y resultados.

Desde el punto de vista teórico, ya que no se ha comprobado con el SARS-CoV-2, existen otras posibilidades de empleo del zinc para que pueda atravesar la membrana celular, como son su empleo en forma quelada con un aminoácido o asociado a la quercetina o al galato de epigalocatequina.


miércoles, 6 de mayo de 2020

COVID19 y enfermedad hepática


El SARS-Cov-2, es un tipo de coronavirus responsable de la enfermedad denominada COVID-19, que ha irrumpido en nuestra sociedad de forma abrupta generando una pandemia y del que hemos pasado de desconocerlo por completo, a centrar una gran parte de los recursos de la investigación en numerosas áreas de la medicina para poder estudiarlo en sus diferentes facetas.

Uno de los primeros datos procedentes de las analíticas de laboratorio de pacientes que habían desarrollado la enfermedad, fue que, junto con la alteración de otros parámetros serológicos (linfocitos, plaquetas, dímero D, PCR, LDH,...), también sufrían una elevación las enzimas hepáticas durante la progresión de la enfermedad, notificándose en diversos estudios que más del 50% (dependiendo de las series) de los pacientes con SARS-CoV-2 presentaban un aumento de las transaminasas, hecho que ya se había observado en otras infecciones por virus similares, como la que provocó el coronavirus que causó el síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV) y el coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV), que comparten similitud de secuencia del genoma con el SARS-CoV-2.

Este virus, una vez que ingresa al torrente sanguíneo, puede desplazarse a través de él por cualquier parte del cuerpo, y el hígado es un órgano muy vascularizado, por lo que el coronavirus puede penetrar fácilmente en el tejido hepático. Pero para que el virus provoque un daño celular, tiene que acoplarse a la célula a través de un receptor. Una vez acoplado, ingresaría en la célula, que en el caso del SARS-CoV-2, es el ACE2,  que es un receptor el cual solo encontramos en determinadas células donde el virus puede provocar por tanto un daño, como son las del pulmón, los riñones, el corazón, el cerebro, el intestino, los vasos sanguíneos y el hígado, los órganos más afectados por esta infección.

Además de la presencia de los receptores ACE2 en el hígado, son numerosas las hipótesis propuestas por las que puede producirse la afectación hepática por el SARS-CoV-2 y posiblemente sea multifactorial, entre las que también se incluyen la respuesta inmunitaria desbordada conocida como “tormenta de citoquinas” que también daña al hígado, los efectos secundarios de los fármacos empleados en su tratamiento y la falta de oxígeno por la insuficiencia respiratoria o por la microtrombosis en el hígado, que podría dificultar un adecuado flujo de sangre y aporte de este elemento.

En general, los pacientes con COVID-19 grave tienen tasas más altas de disfunción hepática, y los pacientes sintomáticos tienen más probabilidades de tener enzimas hepáticas elevadas en comparación con los pacientes con enfermedad subclínica. No obstante, hasta el momento, no se ha podido confirmar que el daño al hígado sea permanente.

Es por tanto importante mantener un adecuado funcionamiento hepático durante cualquier fase de la enfermedad, pero también, tanto antes de desarrollarla, como después de haberla padecido, y, en este sentido, pueden ser de vital importancia emplear plantas medicinales y suplementos dietéticos que puedan proteger al hepatocito, favorecer su regeneración y mejorar los procesos de eliminación de residuos tóxicos como son por ejemplo el cardo mariano (Silybum marianum), la alcachofa (Cynara scolimus), la zarzaparrilla (Smilax medica), el boldo (Peumus boldus), el diente de león (Taraxacum officinale), el romero (Rosmarinus officinalis), el rábano negro (Raphanus sativus), el desmodio (Desmodium ascendens), la colina, la metionina o el glutatión entre otros, suplementos que siempre se pueden encontrar en establecimientos especializados del sector.

jueves, 30 de abril de 2020

La bacopa demuestra su efecto en la memoria y el Alzheimer protegiendo también a los astrocitos


Los astrocitos son un tipo de células presentes en el sistema nervioso que constituye el grupo celular más abundante después de las neuronas, responsables de numerosas funciones para la actividad nerviosa, Entre otras acciones, controlan y regulan la eficacia de la comunicación entre las neuronas, de manera que contribuyen a los procesos de transmisión y almacenamiento de información en el cerebro, habiéndose comprobado que en contra de lo que se pensaba, las neuronas no son las únicas responsables de nuestra memoria, por lo que numerosos autores han centrado sus estudios en los astrocitos como posible diana terapéutica en tratamientos de afecciones relacionadas con la pérdida de memoria, como es el caso de la enfermedad del Alzheimer.

El benzopireno (BP) es un hidrocarburo aromático policíclico, un potente agente neurotóxico capaz de provocar un deterioro del desarrollo neuronal que se ha asociado con los procesos de envejecimiento cerebral.

En este estudio se comprobó que el extracto de Bacopa monnieri (BM), una planta medicinal ayurvédica, disminuyó la apoptosis y el envejecimiento inducidos por el BP en astrocitos humanos. Se demostró que BM protege a los astrocitos de la apoptosis y senescencia inducidas por BP al reducir el daño mitocondrial que genera especies reactivas de oxígeno (ROS). Además, se observó que la detención del ciclo celular en la fase G2 que provoca el BP puede ser revertida por BM generándose un ciclo celular normal en estas células.

El Caenorhabditis elegans es un nematodo, un gusano, que se emplea en numerosos estudios por su simplicidad, donde también se confirmó los efectos descritos de BM. Además, se observó que la actividad antisenescencia y antiapoptótica de la BM está mediada por el efecto regulador de la mitofagia, y que BM induce la mitofagia a través de la vía dependiente de la proteína Parkin para ejercer su actividad citoprotectora en los astrocitos.

En conclusión, los efectos antisenvejecimiento y antiapoptóticos de la BM en los astrocitos podrían combatir los trastornos neurológicos relacionados con la contaminación y el envejecimiento.

Referencia bibliográfica: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0278691520302556?via%3Dihub

lunes, 20 de abril de 2020

El sabal reduce los síntomas de la HBP, sin los efectos secundarios de los fármacos


Son numerosos los estudios publicados en los que se ha demostrado que la palmera de California o palmera enana (Serenoa repens) es eficaz en el control de los síntomas del tracto urinario inferior, por lo que un grupo de investigadores realizaron una revisión sistemática y un metanálisis para comparar Serenoa repens con tamsulosina, uno de los fármacos más empleados en el tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata, tras ciclos de tratamientos de al menos 6 meses de duración.

Se incluyeron en el metanálisis cuatro estudios que abarcaron a 1.080 pacientes (543 en el grupo Serenoa repens y 537 en el grupo de tamsulosina) se incluyeron en el metanálisis.

En comparación con la tamsulosina, Serenoa repens tuvo el mismo efecto en el tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata en términos de la escala internacional de síntomas prostáticos (IPSS), calidad de vida, flujo máximo, volumen residual postmiccional, antígeno prostático específico (PSA) con la excepción del volumen de la próstata cuya mejoría fue mayor con la tamsulosina.

En cuanto a los efectos secundarios, Serenoa repens fue bien tolerado en comparación con la tamsulosina, especialmente en los trastornos de la eyaculación y disminución de la libido.

Referencia bibliográfica: https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/1557988320905407?url_ver=Z39.88-2003&rfr_id=ori%3Arid%3Acrossref.org&rfr_dat=cr_pub%3Dwww.ncbi.nlm.nih.gov&

jueves, 16 de abril de 2020

El aceite de krill protege al organismo de las consecuencias del exceso de hierro

Los niveles altos de hierro se conocen en medicina con el nombre de hemocromatosis. La hemocromatosis primaria, se debe a un trastorno genético por el que aumenta la absorción de hierro, acumulándose en el corazón, páncreas e hígado. También puede ser secundaria a otras enfermedades como talasemia, trasfusiones repetidas o enfermedades inflamatorias hepáticas como la esteatosis hepática o hígado graso, hepatitis víricas crónicas o el consumo prolongado de alcohol.

La afectación hepática es lo más frecuente y puede provocar entre otras afecciones una cirrosis. El tratamiento convencional consiste en extraer sangre del paciente (flebotomía) y en administrar medicamentos quelantes del hierro.

El aceite de krill es un suplemento rico en unos ácidos grasos de la serie omega-3 llamados ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA). Estos ácidos grasos se encuentran tanto en el aceite de krill como en el aceite de pescado. La principal diferencia se encuentra en que, en el aceite de krill, se encuentran en forma de fosfolípidos y en el pescado en forma de triglicéridos, lo que hace que los procedentes del aceite de krill sean más biosdisponibles.

En este estudio, realizado con ratones, se investigó si el aceite de krill podía evitar el daño en el hígado y el bazo provocado por un exceso de hierro, valorándose la extensión de las lesiones hepática y esplénica mediante evaluaciones bioquímicas, histopatológicas e inmunohistoquímicas.

Lo resultados, indicaron que el aceite de krill mejoró de forma efectiva las lesiones microscópicas del hígado y el bazo. Además, disminuyó el aumento de los niveles de transaminasas séricas, fosfatasa alcalina, LDH, hierro y ferritina y también aumentó el nivel sérico de albúmina. Además, restableció el equilibrio entre oxidantes y antioxidantes en los tejidos hepático y esplénico. Por último, disminuyó los niveles de la hemo-oxigenasa 1 (HO-1), aumentó la producción de la proteína Nrf2 (proteína que controla el modo en que se expresan ciertos genes encargados de proteger la célula del daño que causan los radicales libres) y limitó la expresión de la metaloproteinasa de matriz 9 (MMP-9, una enzima encargada de degradar componentes de la matriz extracelular involucrada en procesos inflamatorios,).

Estos hallazgos sugieren que el aceite de krill puede ser un buen candidato para el tratamiento de la toxicidad inducida por una sobrecarga de hierro.

miércoles, 15 de abril de 2020

Un nuevo metaanálisis avala la seguridad y eficacia del azafrán (Crocus sativus L.) en el tratamiento de la depresión leve a moderada.


Los tratamientos a base de plantas medicinales se están volviendo cada vez más populares en el tratamiento de la depresión, ya que por lo general los fármacos no están exentos de efectos secundarios. En los últimos años, se han ido acumulando evidencias en numerosos estudios clínicos del efecto positivo del azafrán (Crocus sativus L.) en el alivio de los síntomas depresivos, por lo que los autores se propusieron realizar un metaanálisis para evaluar la seguridad y la eficacia del azafrán en el tratamiento de la depresión leve a moderada mediante la recopilación y síntesis de todos los datos disponibles.

Para ello, se recuperaron todos estudios relevantes. Los ensayos encontrados se sometieron a una revisión cuidadosa y se extrajeron de ellos los datos necesarios prestando atención a las puntuaciones de la Escala de Calificación de Hamilton para el Depresión o el Inventario de Depresión de Beck, la tasa de respuesta, la tasa de remisión y los efectos adversos se compararon entre azafrán y placebo o azafrán y antidepresivos para evaluar la eficacia del azafrán en el tratamiento de la depresión.

Doce estudios cumplieron los requisitos de inclusión para el metaanálisis, tras cuyo análisis los resultados mostraron que el azafrán poseía una mejor eficacia en la mejora de los síntomas depresivos en comparación con el placebo, mientras que era tan efectivo como los antidepresivos sintéticos. No se detectaron diferencias significativas en la incidencia de efectos adversos entre el azafrán y el placebo o entre el azafrán y los antidepresivos.

Por ello, los autores concluyen que el azafrán podría considerarse como una alternativa a los antidepresivos sintéticos en el tratamiento de la depresión leve a moderada, aunque recomiendan la realización de nuevos ensayos multicéntricos con mayor tamaño de muestra, mayor duración del tratamiento y diferentes grupos étnicos para verificar los resultados.

Una buena noticia en unos momentos de pandemia por COVID-19 que no solo produce síntomas físicos, sino que además está afectando a la salud emocional de numerosas personas.

martes, 14 de abril de 2020

El ortosifón demuestra su efecto como protector renal y en la hiperuricemia


El ortosifón (Orthosiphon stamineus) es una planta medicinal originaria del sudeste asiático muy popular entre los habitantes de la isla de Java (Indonesia), motivo por el cual se la conoce también como té de Java, donde de forma tradicional la emplean para tratar enfermedades renales por su efecto diurético, aunque no fue hasta el siglo XX cuando la comunidad científica empezó a mostrar interés por esta planta medicinal y comienza a realizar estudios.

Son numerosos los compuestos que se han aislado del ortosifón, siendo los más conocidos las sales de potasio y un flavonoide llamado sinensetina, pero no son los únicos, ya que posee otras flavonas esteres caféicos y cromenos, que en conjunto le confieren propiedades como antioxidante, antiinflamatorio y diurético.

En esta ocasión, un grupo de investigadores chinos, quiso validar científicamente los efectos del ortosifón en la hiperuricemia y como protector renal en un modelo murino al que se le provocó una hiperuricemia con oxonato de potasio.

Como consecuencia, se identificaron 8 compuestos en el ortosifón que redujeron los altos niveles de ácido úrico regulando rutas metabólicas clave implicadas en la hiperuricemia como son la actividad de la xantina oxidasa y de la adenosin deaminasa y de los trasportadores de urato. Además en el estudio histológico renal, el ortosifón también disminuyó significativamente las lesiones renales.

Estos hallazgos demuestran que el ortosifón posee unos interesantes efectos como antihiperuricemico y nefroprotector que indican que esta planta medicinal podría ser un agente o ingrediente funcional seguro y efectivo para tratar la hiperuricemia.


jueves, 9 de abril de 2020

¿Aceite esencial de ajo para el coronavirus COVID-19?


El ajo (Allium sativum L.) además de su valor como ingrediente culinario, está considerado un componente importante dentro de la medicina naturista desde hace siglos. Durante miles de años, el ajo se ha utilizado como medicamento para resfriados comunes, gripe y otros tipos de infecciones. Estudios farmacológicos más recientes indican que el aceite esencial de ajo es una fuente excepcional de compuestos organosulfurados, que poseen unas importantes propiedades antioxidantes, antibacterianas, antifúngicas, anticancerígenas y antimicrobianas. También se ha demostrado que el aceite podría emplearse en casos de hipoglucemias, hipertensión, terapia antitrombótica y como inmunomodulador y prebiótico. Además, posee otro compuesto azufrado llamado alicina que se encuentra en el aceite esencial.

Ante la pandemia que se está sufriendo por el nuevo coronavirus (SARS-CoV-2/COVID-19), existe una demanda también creciente de recursos naturales y seguros que puedan prevenir esta infección y son numerosos los estudios que están en la actualidad en marcha, uno de los cuales se ha realizado con el aceite esencial de ajo.

Para que el virus nos produzca una infección, necesita que por un lado se acople a la membrana de las células y pueda entrar en su interior y que una vez haya penetrado se multiplique dando lugar a nuevas copias virales.

En este proceso intervienen dos proteínas fundamentales como son la ACE2 y la 3CL (Mpro). La ACE2 es una proteína presente en la superficie de muchas células de nuestro organismo especialmente en los vasos sanguíneos, el corazón y el aparato respiratorio. El virus posee otra proteína en su superficie que encaja como una llave en su cerradura en la ACE2 de la célula, con lo que se permite el paso del virus al interior de la célula, donde el ARN vírico se confunde con material genético propio, provocando que esa nueva información del ARN reproduzca proteínas virales como si se tratasen de proteínas humanas. En cuestión de horas se fabrican millones de copias de ARN viral que se van multiplicando hasta romper la membrana celular y poder así infectar otras nuevas células. Para que el ARN viral se multiplique, se necesitan otras proteínas que actúan como enzimas llamadas proteasas, y es aquí donde actúan fármacos antivirales que se emplean en el tratamiento del VIH o de la hepatitis C. La principal proteasa es precisamente la 3CL, cuya estructura acaba de ser liberada por el banco de datos de proteínas para desarrollar nuevos fármacos con el código PDB 6LU7.

La aplicación de métodos en los que se emplean modelos de moléculas permite a los investigadores evaluar la actividad antiviral.

Diecisiete compuestos organosulfurados, que representan el 99.4% del contenido del aceite esencial de ajo empleado, demostraron una intensa interacción con los aminoácidos de la proteína ACE2 y de la proteasa principal del SARS-CoV-2, la 6LU7. La actividad anticoronavirus más potente, la expresaron el disulfuro de alilo y trisulfuro de alilo, que son los principales compuestos presentes en el aceite esencial de ajo (51,3%). Los resultados de acoplamiento indican también una acción sinérgica de estas 17 sustancias, en la inhibición de las dos proteínas (ACE2 y PDB 6LU7), por lo que los resultados sugieren que el aceite esencial de ajo puede ser un valioso antivírico natural, que puede contribuir a prevenir la invasión del coronavirus en el humano.

El conocimiento de la estructura tridimensional de la principal proteasa del coronavirus, ha facilitado también nuevos estudios con otras biomoléculas como son nigellidina, quercetina, luteolina-7-glucósido, demetoxicurcumina, naringenina, apigenina-7-glucósido, oleuropeína, curcumina, galato de epicatequina , zingerol o gingerol.

Referencias bibliográficas:


domingo, 29 de marzo de 2020

Tratar la disbiosis: menos mortalidad y aumento de las tasas de curación por COVID-19


Zhegiang es una región situada al este de China, que con un territorio 5 veces más pequeño al de España, tiene una población superior a la española y se encuentra cerca de Wuhan, lugar tristemente conocido porque allí se detectaron los primeros casos de infección por el coronavirus COVID-19. Esta cercanía geográfica, ha hecho que esta zona haya tenido también numerosos casos de infección por este virus.

El Centro Nacional de Investigación Clínica para Enfermedades Infecciosas de China, asignó al Hospital asociado a la Facultad de Medicina de la Universidad de Zhejiang la atención médica primaria para COVID-19 en la provincia de Zhejiang, convirtiéndose en el hospital de referencia para la contención y tratamiento de la enfermedad.

En este hospital se estableció una estrategia de tratamiento basada en lo que denominaron “Four-Anti and Two-Balance”, es decir “cuatro antis y dos equilibradores”. Los cuatro “antis” fueron antivirales (lopinavir/ritonavir), tratamientos frente al shock, tratamientos que evitaran la hipoxia y fármacos antiinfecciosos, mientras que la "regulación" se hizo a dos niveles, teniéndose en cuenta el equilibrio hidroelectrolítico y ácido-base y por otro lado el equilibrio de la microbiota recomendándose un tratamiento multidisciplinario personalizado que mejoró el efecto terapéutico.

Los investigadores observaron que los pacientes afectados por COVID-19 presentaban una disbiosis intestinal con disminución de probióticos de los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium, y así, los expertos recomendaron evaluar también la función nutricional y gastrointestinal de todos los pacientes y la aplicación de prebióticos o probióticos para regular el equilibrio de la microbiota intestinal y reducir el riesgo de infecciones secundarias provocadas por translocación bacteriana. En este abordaje integrativo también se prestó atención a la esfera psicológica, ya que la ansiedad y el miedo fueron comunes en pacientes con COVID-19. Además, también integraron tratamientos de la medicina tradicional china siguiendo criterios de diagnóstico propios de esta disciplina.

Esta estrategia integrativa de "Cuatro antis y dos balanceadores" aumentó de una forma efectiva la tasa de curación y redujo la mortalidad en la infección por COVID-19, un ejemplo a seguir, en el que además del tratamiento convencional, se demuestra que implementar “pequeños detalles” puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte para muchos pacientes.


Referencia bibliográfica: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/32096367

jueves, 26 de marzo de 2020

Un extracto de azafrán demuestra efectividad en el glaucoma


La presión existente en el interior del ojo, es el resultado de la que ejercen los líquidos oculares contra sus paredes y es necesaria para que el globo ocular se mantenga distendido. Esta presión que existe en el interior del ojo, es el resultado del equilibrio entre producción y reabsorción del humor acuoso en la cámara anterior del ojo situada entre cornea y cristalino (en la cámara posterior, entre cristalino y retina, se encuentra el humor vítreo). El aumento de la presión intraocular o hipertensión ocular es el principal factor de riesgo para el desarrollo de algunas enfermedades oculares, principalmente el glaucoma y la degeneración macular asociada a la edad. En ambos casos, la prevención y la detección temprana son imprescindibles para retrasar el desarrollo de la enfermedad.

Según la OMS, el glaucoma es la segunda causa de ceguera en el mundo y la padecen más de 60 millones de personas. En esta enfermedad, se produce la muerte de las células ganglionares de la retina encargadas de enviar las señales visuales al cerebro, con lo que se produce una pérdida progresiva del campo visual, que si evoluciona, puede llegar a provocar la pérdida total de la visión, ya que estas células no se regeneran y no se pueden reemplazar.

Existen varios factores de riesgo para desarrollar el glaucoma como la predisposición genética, la edad o padecer diabetes o enfermedades cardiovasculares, pero solo uno es modificable, y es la hipertensión intraocular, por lo que su control permite retrasar o incluso prevenir su aparición, aunque a veces, no siempre se puede evitar la neurodegeneración por glaucoma, que es irreversible. Por ello, el diagnóstico precoz y el desarrollo de tratamientos neuroprotectores suponen un reto importante en el control de esta enfermedad.

En el sistema nervioso central, existe una creciente evidencia en estudios tanto de laboratorio como clínicos de que ciertos componentes del azafrán ejercen un efecto neuroprotector, habiéndose comprobado en modelos de enfermedad de Alzheimer y Parkinson. Además, los extractos de azafrán titulados en crocina y crocetina, disminuyen la neuroinflamación al reducir la producción de diversas moléculas neurotóxicas como el óxido nítrico, el factor de necrosis tumoral alfa (TNF–α), la interleucina 1 beta (IL-1β) y especies reactivas de oxígeno (ROS), por lo que estos compuestos pueden ejercer efectos neuroprotectores en el sistema nervioso central.

En el ojo, se ha comprobado los efectos beneficiosos de los extractos de azafrán en diferentes modelos animales de daño retiniano, y así, la crocina aumenta significativamente el flujo sanguíneo en la retina y la coroides, y mejora la oxigenación y el suministro de nutrientes en la retina tras aumentar de forma aguda la presión intraocular, mientras que la crocetina previene el daño retiniano inducido. Estos compuestos también han demostrado eficacia en modelos experimentales de enfermedades oculares neurodegenerativas como la degeneración macular relacionada con la edad (DMAE), la retinopatía diabética y la retinitis o retinosis pigmentaria, pero los estudios en el glaucoma son escasos, donde solo una publicación demuestra que la suplementación oral con azafrán puede reducir significativamente la presión intraocular en pacientes con glaucoma primario de ángulo abierto.

En este nuevo estudio realizado en un modelo animal de hipertensión intraocular se administró un extracto de azafrán (affron®EYE), los autores comprobaron que protege las células ganglionares de la retina de la hipertensión intraocular, reduciendo su muerte y el daño celular causado y que puede prevenir o retrasar la aparición del glaucoma.

Referencia bibliográfica: https://www.mdpi.com/1422-0067/20/17/4110

viernes, 13 de marzo de 2020

La jalea real, demuestra efectividad en un modelo de enfermedad de Alzheimer en ratas


La enfermedad de Alzheimer (EA) es un trastorno neurodegenerativo caracterizado por una disminución progresiva de la función cognitiva. La inyección intracerebroventricular de estreptozotocina (icv-STZ) sirve como modelo experimental de enfermedad de Alzheimer esporádica (SAD) en roedores y nos permite poder realizar análisis etiopatogénicos y evaluar nuevas propuestas terapéuticas. Este modelo, provoca una disminución de la glucosa cerebral y el metabolismo energético, el deterioro cognitivo, el estrés oxidativo, la pérdida neuronal y la angiopatía amiloide, típicos de esta enfermedad.

La Jalea real, es una sustancia producida por las abejas obreras de la especie Apis mellifera, y se ha utilizado popularmente durante años en el sector de la alimentación saludable y la medicina natural. Las investigaciones indican que posee diferentes actividades farmacológicas, entre las que se incluye el efecto neuroprotector y de mejora de la función cognitiva. El objetivo de este estudio fue investigar los efectos del tratamiento oral con jalea real durante 2 semanas en ratas Wistar sometidas a icv-STZ en la memoria y neuroprotección, según lo evaluado por neurogénesis, neurodegeneración y estrés oxidativo.

En este estudio, la inyección de icv-STZ en ratas, indujo efectos nocivos en el hipocampo, asociados con alteraciones cognitivas, y provocó una marcada neurodegeneración, además de la reducción de la neurogénesis y el aumento del estrés oxidativo. La posterior administración oral de jalea real indujo efectos beneficiosos en los animales lesionados, aumentando la memoria espacial, reduciendo la neurodegeneración y el nivel de estrés oxidativo y aumentando la proliferación de nuevas neuronas en el hipocampo.

Por lo tanto, los autores concluyen que la jalea real promueve efectos beneficiosos sobre las funciones cognitivas y exhibe una acción neuroprotectora en el modelo experimental STZ de SAD.

Es importante, a la hora de tomar una jalea real, elegir un buen producto que al menos aporte 1000 mg de jalea real fresca.


lunes, 17 de febrero de 2020

Unas moléculas extraídas de la soja y del aguacate promueven la formación de tejido cartilaginoso.

El uso de células madre, supone un nuevo avance médico a la hora de reparar tejidos dañados, por lo que el objetivo del presente estudio fue el de investigar los efectos de la fracción insaponificable de soja y aguacate (ASU) sobre la formación de células cartilaginosas a partir de células madre derivadas de tejido adiposo humano en cultivos celulares con el fin de obtener un tejido cartilaginoso de alta calidad.

En el estudio, se indujo la diferenciación condrogénica  de cultivos que contenían células madre provenientes de tejido adiposo empleando el factor de crecimiento transformante beta 1 (TGF-β1) (10 ng/ml) y diferentes concentraciones de ASUs (5, 10 y 20 μg/ml), evaluándose su eficacia mediante diferentes parámetros como la reacción en cadena de la polimerasa cuantitativa y estudios histológicos con tinciones con hematoxilina, eosina y azul de toluidina, sometiéndose todos los datos obtenidos al análisis de varianza (ANOVA).

La familia de la proteína conocida como Factor de Crecimiento Transformante beta (TGF-β) es una de las más utilizadas para la diferenciación condrogénica in vitro. Sin embargo, produce una alta formación de colágeno tipo X como marcador de hipertrofia y cuando se usa in vivo tiene otros efectos secundarios como la formación de osteofitos y la inflamación de la membrana sinovial.

Los resultados de este estudio indicaron que los ASUs pueden promover la diferenciación condrogénica de una manera dependiente de la dosis y en particular, la de 5 ng/ml mostró la expresión más alta de colágeno tipo II, SOX9 y agrecanos, que son marcadores efectivos e importantes de diferenciación condrogénica. Además la expresión de los colágenos de tipo I y X que son factores hipertróficos y fibrosos en la condrogénesis, es menor en esa concentración en comparación con el grupo TGF-β1. Cabe destacar que hubo una mayor presencia de condrocitos y glicosaminoglicanos sulfatados en la matriz extracelular en el grupo ASU de 5 ng/ml, en comparación con los otros grupos.

Los autores, concluyen que tanto los ASUs como el TGF-β1 tienen una acción similar facilitando la diferenciación condrogénica de las células madre provenientes de tejido adiposo humano pero los ASUs no presentaron los efectos adversos de TGF-β1 y que por tanto se podrían éstos se podrían reemplazar en la regeneración de tejidos por los ASUs.





martes, 11 de febrero de 2020

El ortosifón o té de Java, protege de la hiperuricemia y del daño renal asociado


Cuando pensamos en un aumento de los niveles de ácido úrico, suele venirnos a la cabeza el típico paciente gotoso con dolor intenso y agudo y signos de inflamación en el dedo gordo del pie por depósito y precipitación de cristales de urato monosódico en la articulación metatarsofalángica. Es lo que denominamos artritis gotosa aguda que además de poder ocurrir en otras articulaciones puede también generar distintos cuadros clínicos como la gota tofácea debida a la precipitación de los cristales en piel y tejido celular subcutáneo, la litiasis renal por cristales de ácido úrico y las nefropatías agudas o crónicas, siendo éstas últimas las más graves y debidas a la precipitación intratubular e intersticial de los cristales de urato monosódico o por otros mecanismos que conducen a arteriolopatía aferente, glomeruloesclerosis e hipertensión preglomerular. En definitiva, se trata de un fallo de la función renal que podría ocasionar una insuficiencia renal con numerosas repercusiones.

Por todo ello, localizar tratamientos que sean capaces de reducir los niveles de ácido úrico en sangre y proteger al riñón de la evolución hacia una nefropatía, son una estrategia de numerosos equipos de investigación, y así, científicos chinos han realizado un ensayo en el que los ratones a los que se le provocó experimentalmente una hiperuricemia y daño renal normalizaron ambos parámetros mediante el tratamiento con una planta medicinal de la que ya se conocía su efecto diurético como es el ortosifón o té de Java (Ortosiphon stamineus), capaz de cumplir los dos requisitos mencionados anteriormente.


jueves, 30 de enero de 2020

Conoce más lo que le puede estar pasando a tu pelo


Hoy en día el cabello está expuesto a una serie de agresiones (dieta, medio ambiente, higiene, estrés,...) que hacen necesario extremar las medidas y los cuidados para mantener la vitalidad del pelo más que en ningún otro tiempo.

La piel, está cubierta de pelos excepto en las palmas de las manos, plantas de los pies y sobre las últimas falanges. Hay alrededor de 5 millones de pelos, de los que 100.000 se localizan en la cabeza.

Aunque aparentemente pueda parecernos una estructura anatómica muy simple, el folículo pilosebáceo es bastante complejo, encontrándose en él, además del cabello, distintos tipos de glándulas, vasos sanguíneos y músculos. En el bulbo piloso, se localiza la matriz o porción generadora donde encontramos dos tipos de células, los queratinocitos, responsables del crecimiento y formación del pelo e intercalados entre ellos, melanocitos, responsables de la pigmentación y coloración del cabello.

El pelo, no crece indefinidamente. Posee un ciclo evolutivo, donde los nuevos pelos, desplazan los anteriores que se van desprendiendo. Todos los pelos que existen en nuestra cabeza se caerán, y no tiene sentido intentar evitar la pérdida natural del cabello, lo importante es poder asegurar que van a seguir naciendo y cuidar los folículos pilosos donde se produce el cabello. Una pérdida normal de cabello es cuando diariamente se caen hasta 50 pelos, entre 50 y 80 se considera un aviso y cuando se superan los 80 es preocupante.

Las razones de una excesiva pérdida de cabello son variadas, unas naturales y otras patológicas. Las naturales son las siguientes:
  1. Edad: Hay periodos, a lo largo de la vida, en que aumenta la pérdida de cabello, como la pubertad, a los 30 años, después de los 50, en la menopausia y andropausia, después de un parto,  etc.
  2. Estación: Como ocurre en la primavera y el otoño.
  3. Características individuales: Influyen factores hormonales (andrógenos, hormonas tiroideas, etc.), de herencia, estrés, fiebre, postparto, tratamientos con medicamentos, circulación periférica, traumas físicos y psíquicos, etc.
  4. Estado del cuero cabelludo: Caspa, seborrea, cuidado con productos inadecuados, suciedad, etc.
Hay tres grandes tipos de alopecia:
  • Alopecia androgénica o androgenética: Es el tipo de calvicie más común que se observa en los hombres, pero que también cada vez más mujeres padecen. En los varones, el patrón de pérdida de cabello, comienza pronunciándose las entradas, que hace que la línea de crecimiento del cabello se vaya retirando cada vez más atrás junto con perdida en la zona del vértex (coronilla), pudiendo llegar a la pérdida de cabello en toda la zona alta de la cabeza. Las mujeres, por lo general no sufren esa pérdida tan acentuada de cabello, pero lo hacen manteniendo el área de la cabeza donde se tiene cabello, observándose que el pelo se pierde de forma difusa y se hace más fino y corto, permitiendo que a su través pueda verse el cuero cabelludo.La causa es hormonal, y se debe a la excesiva estimulación por parte de las hormonas masculinas o andrógenos sobre los receptores situados en el folículo piloso provocando un agotamiento y por tanto una disminución progresiva de éstos, atrofiándose, para finalmente desaparecer y con ellos, también el cabello. Está ligada generalmente a problemas hereditarios o endocrinos y puede provocar una excesiva producción de grasa de las glándulas pericapilares y observarse una dermatitis seborreica asociada.
  • Alopecia carencial: Consecuencia de un proceso anémico, convalecencia de una enfermedad, infecciones o dietas inadecuadas que producen un empobrecimiento de aporte de vitaminas, oligoelementos y aminoácidos esenciales para el crecimiento, formación y vitalidad del nuevo pelo.
  • Alopecia areata: Caracterizada por la aparición de áreas peladas, generalmente redondeadas salpicadas por cuero cabelludo, que pueden crecer. A veces se produce perdida completa del cabello que afecta a todo el organismo, llegándose a una situación denominada alopecia universalis, donde no existe rastro del vello corporal. La causa aunque no está clara, parece estar relacionada con un trastorno de tipo autoinmune
Es pues necesario, para una salud adecuada de nuestro cabello, además de usar un champú adecuado de acuerdo con las características de nuestro cabello (seco, graso, mixto), tomar las medidas precisas para hacer llegar al folículo piloso todos los nutrientes necesarios, todo el oxígeno, favorecer la retirada de residuos, reequilibrar hormonalmente etc., en definitiva, evitar todas las causas que puedan favorecer una mala calidad de los folículos pilosos según el caso. Cuando lo estemos lavando, también es importante realizar un masaje del cuero cabelludo durante unos minutos para activar la circulación siendo además recomendable terminar con agua fría.

Son muy útiles también en estas situaciones los suplementos vitamínicos específicos que aporten los nutrientes que necesitan nuestros cabellos para mantenerse sanos y fuertes como el retinol las vitaminas del grupo B y la E, aminoácidos azufrados como la cisteína y la metionina y minerales como el selenio y en caso de una alopecia androgénica, antes de emplear fármacos con actividad antiandrógena, emplear plantas medicinales con ese fin como el Sabal serrulata, ya que aunque sean menos potentes, poseen menos efectos secundarios y pueden ser suficientes para evitar la caída.

viernes, 17 de enero de 2020

Los suplementos de glucosamina y condroitina modulan la microbiota intestinal

La glucosamina y la condroitina, son dos de los complementos dietéticos más empleados para el tratamiento de la artrosis.

Estudios recientes han demostrado que esta combinación se asocia a una menor incidencia de cáncer de colon en sujetos sanos y de colitis ulcerosa inducida experimentalmente en roedores, pero se desconoce cuál es el mecanismo de acción relacionado con estos efectos.

Al ser unas moléculas de difícil absorción, se planteó la hipótesis de que los efectos se debieran a un efecto directo sobre la microbiota intestinal, por lo que se seleccionaron a un grupo de pacientes que recibieron un suplemento de glucosamina y condroitina y se estudió en ellos qué bacterias estaban presentes en su intestino antes y después del tratamiento.

Tras un tiempo de suplementación se observó cómo unas cepas bacterianas aumentaban y otras disminuían, por lo que los autores concluyen que estas moléculas influyen en la composición del microbioma intestinal y que estos cambios pueden tener implicaciones en la eficacia terapéutica.

Referencia bibliográfica: https://www.mdpi.com/2076-2607/7/12/610/htm


Una molécula extraída de una planta mexicana, puede destruir células cancerígenas sin afectar a las células sanas

Un grupo de científicos de la Universidad de Colorado se encuentra estudiando una planta nativa de México "Bouvardia ternifolia", de la que han identificado una molécula llamada bouvardina que es capaz de ralentizar y detener el crecimiento de células cancerígenas, sobre todo de tumores de cabeza y cuello, sin afectar a las células sanas, empleando para los estudios un derivado sintético de la bouvardina, el SVC112, según han publicado en la revista "Cancer Research".


Las células madre cancerígenas son las que impulsan el crecimiento, la resistencia a los tratamientos y la recurrencia en el cáncer para lo que se precisan proteínas que son sintetizadas mediante procesos de transcripción génica, motivo por el que se emplean e investigan fármacos inhibidores de dicha trascripción en el tratamiento del cáncer, pero son muy tóxicos y poseen numerosos efectos secundarios, como es el caso de la omacetaxina mepesuccinato.


Este medicamento es el que se eligió para comprobar y comparar frente a un fármaco ya conocido el SVC112, que demostró un mayor efecto antiproliferativo que el fármaco y a diferencia de la omacetaxina que actiuaba sobre las células cancerígenas y las sanas, éste, solo lo hizo sobre las tumorales, respetando a las sanas.

En una segunda fase, los investigadores emplearon el SVC112 para tratar tumores de cabeza y cuello en ratones, concluyendo que era capaz de disminuir la masa tumoral mediante la inhibición de la trascripción con lo que no se obtenían las proteínas necesarias para el crecimiento y propagación a distancia del tumor y las hacía más sensibles a los tratamientos de radioterapia, todo ello con mucho menos efectos secundarios que los fármacos empleados con este objetivo ya conocidos.

Dado los resultados, en la actualidad se han dado ya los primeros pasos para realizar estudios clínicos en humanos.





viernes, 10 de enero de 2020

¿Azafrán para el TDAH (ADHD)?


El trastorno por déficit de atención / hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos neuropsiquiátricos más comunes de la infancia y la adolescencia estando clasificado como un trastorno de la conducta. En su tratamiento se emplean medicamentos siendo el más empleado el metilfenidato, que aunque no curan, pueden mejorar los síntomas haciendo que tanto los niños como los adultos con esta patología, puedan llevar una vida más normalizada conforme a las normas sociales, mejorándose así la hiperactividad, la impulsividad y el déficit de atención.

Sin embargo, alrededor del 30% de los pacientes no responden a estos fármacos estimulantes o no pueden tolerar sus efectos secundarios. Por lo tanto, se deben considerar otras alternativas entre las que destaca la fitoterapia por lo que se han realizado numerosos estudios empleándose plantas medicinales para valorar su seguridad y eficacia.

El safranal, un principio activo extraído del azafrán (Crocus sativus) ha demostrado efectos sobre el sistema nervioso, siendo el más conocido y comprobado el antidepresivo, ya que parece actuar aumentando la inhibición de la recaptación de dopamina y noradrenalina, y es antagonista del receptor de N-metil D-ácido aspártico y agonista de GABA-α.

Por esos efectos psicotrópicos, se realizó un nuevo ensayo clínico doble ciego, aleatorizado, durante 6 semanas, en el que se comparó la seguridad y eficacia de Crocus sativus (azafrán) versus metilfenidato para mejorar los síntomas de los niños con TDAH, en el que participaron 54 pacientes (niños de 6 a 17 años de edad).

Estos niños presentaban un diagnóstico de TADH según los criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, quinta edición (DSM-V) y fueron asignados al azar a dos grupos, uno de los cuales recibió tratamiento con metilfenidato y el otro con azafrán, valorándose los síntomas al inicio del estudio y a las 3 y 6 semanas, empleándose para valorar la eficacia la escala de valoración para padres y profesores ADHD-RS-IV.

Los autores del estudio, concluyeron tras comparar los resultados, la terapia a corto plazo con azafrán demostró la misma eficacia que el metilfenidato, si bien es cierto que son necesarios estudios con mayor número de participantes durante períodos más largos. A pesar de ello, se abre la posibilidad de una nueva opción terapéutica para estos pacientes sin los efectos secundarios, algunos de ellos severos que presenta el empleo de metilfenidato.


jueves, 2 de enero de 2020

El efecto de los AINEs se ve incrementado cuando se asocia a glucosamina, condroitina e insaponificables de soja y aguacate.

El estudio publicado en la revista Cartilage, se realizó en cultivos de condrocitos caninos empleándose para su valoración un medio de cultivo control, otro con carprofeno (un antiinflamatorio muy empleado en veterinaria) y otro con carprofeno con glucosamina, condroitina e Insaponificables de soja y aguacate [ASU + GLU + CS], midiéndose en estos cultivos los niveles de PGE 2 , IL-6, IL-8 y MCP-1 (también llamada CCL-2) mediante la técnica de ELISA.

Se eligieron estas moléculas, ya que su sobreproducción en las articulaciones con artrosis se asocia con inflamación, dolor y mayor progresión del deterioro articular.

La estimulación con IL-1β indujo aumentos significativos en la producción de PGE 2 , IL-6, IL-8 y MCP-1 y estos aumentos fueron suprimidos por carprofeno , así como [ASU + GLU + CS]. La combinación de carprofeno y [ASU + GLU + CS] redujo la producción de PGE 2 significativamente más que cualquier preparación sola. El efecto inhibidor del carprofeno sobre la producción de IL-6, IL-8 y MCP-1 fue significativamente menor que el de [ASU + GLU + CS], mientras que la combinación no redujo la producción de estas moléculas significativamente más que [ASU + GLU + CS] solo.

Se puede concluir por tanto, que la combinación de AINE en dosis más bajas como carprofeno con [ASU + GLU + CS] podría suponer un tratamiento seguro y efectivo para el dolor articular de la artrosis, minimizándose los efectos secundarios derivado del empleo de AINEs.