 Según un estudio, el ejercicio moderado y el consumo regular de ácidos grasos omega-3  procedentes del aceite 
de pescado prolongan la movilidad de las personas mayores, y así las mujeres mayores 
de 65 años que consumieron estos ácidos adquirieron casi el doble de 
masa muscular después de realizar ejercicio físico que aquellas que tomaron 
aceite de oliva.
Según un estudio, el ejercicio moderado y el consumo regular de ácidos grasos omega-3  procedentes del aceite 
de pescado prolongan la movilidad de las personas mayores, y así las mujeres mayores 
de 65 años que consumieron estos ácidos adquirieron casi el doble de 
masa muscular después de realizar ejercicio físico que aquellas que tomaron 
aceite de oliva.
Está previsto un ensayo más amplio para confirmar estos resultados y 
determinar por qué mejora la condición muscular.
Los datos fueron presentados en el Festival de la Ciencia Británico en 
Aberdeen, Escocia.
Algunos estudios relacionaron las dietas altas en omega 3, que comúnmente se 
encuentra en pescados aceitosos como la caballa y las sardinas, con potenciales 
beneficios para la salud, como un riesgo menor de sufrir enfermedades 
cardiovasculares.
Durante el proceso natural del envejecimiento, la masa muscular se reduce 
entre un 0,5% y un 2% por año.Esta degeneración, que se conoce como sarcopenia, puede conducir a debilidad 
e inmovilidad en los ancianos.
No hay muchos datos sobre la prevalencia de la sarcopenia en Reino Unido pero 
los datos de Estados Unidos reflejan que el 25% de las personas entre 50 y 70 
años tiene sarcopenia y esta cifra aumenta hasta alcanzar más del 50% en 
aquellos que tienen más de 80 años.Cerca del 1,5% del presupuesto total sanitario en Estados Unidos se gasta en 
cuestiones relacionadas con la sarcopenia.
El índice de pérdida de masa muscular está determinado, hasta cierto punto, 
por el estilo de vida: se sabe que una dieta baja en proteínas y el sedentarismo 
exacerban la pérdida muscular.
Estudios anteriores constataron que el ganado alimentado con dietas ricas en 
omega 3 aumentó su volumen muscular.
Esto condujo a Stuart Gray a investigar si estos ácidos grasos podían ayudar 
a revertir la sarcopenia en los adultos.
En sus investigaciones iniciales, mostró por imágenes de resonancia magnética 
que ratas de mediana edad que tomaron un suplemento de aceite de pescado tenían 
una pérdida menor de masa magra que los otros roedores que comieron una dieta 
normal.
"El aceite de pescado parece que tuvo efectos protectores anabólicos (de 
construcción muscular) en las ratas, pero las ratas no son humanos, así que el 
siguiente paso era probarlo en humanos", dijo, por lo que Gray reclutó a 14 mujeres mayores de 65 años, las dividió en dos 
grupos, y les pidió que se sometieran a un programa de ejercicio físico de 12 
semanas que consistía en dos sesiones de 30 minutos de ejercicios estándar para 
los músculos de las piernas.
La mitad de las mujeres ingirió EPA y DHA, que son ácidos grasos omega 3, 
mientras que el otro grupo recibió un placebo de aceite de oliva, y se midió al comienzo y al final del ensayo, la fuerza muscular de las piernas 
de las mujeres.
Los resultados fueron convincentes. Las mujeres que tomaron el aceite de 
oliva experimentaron un incremento del 11% en su masa muscular, mientras que 
aquellas que recibieron EPA y DHA tuvieron un aumento del 20%, una mejora 
estadísticamente significativa.
Pero tal como Gray se apresuró a acotar, no todos los suplementos de aceite 
de pescado contienen cantidades beneficiosas de estos ácidos grasos. Uno de los problemas con muchos de estos suplementos es que la cantidad de 
EPA varía.
Una cápsula que contiene un gramo de aceite de pescado puede que sólo 
contenga 100 miligramos de EPA y algunas otras pueden contener 400. Su consejo para cualquiera que quiera mejorar su consumo de EPA y DHA en la 
dieta es que tome un suplemento con los niveles más altos de estos dos 
ácidos.
Como alternativa, la mitad de una porción media de pescado aceitoso contiene 
cantidades equivalentes de EPA y DHA como los utilizados en el ensayo.
Desde este blog, recomiendo que además de valorar la cantidad de EPA y DHA de un suplemento de perlas de aceite de pescado que contenga omega-3, se pida que garanticen la ausencia d metales pesados, ya que éstos se pueden encontrar también en dosis altas en los suplementos y se han relacionado con patologías neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer y el Parkinson. Personalmente, recomiendo a mis pacientes que tomen un suplemento de aceite de krill, ya que se captura en mares "limpios", y no poseen estos residuos. Además aunque contienen menos cantidad de EPA y DHA que el aceite de `pescado, se consiguen niveles más altos de éstos ácidos grasos al tener una absorción mucho más alta, ya que los ácidos grasos omega-3, se encuentran formando fosfolípidos en vez de triglicéridos como en el pescado, con lo que atraviesan mejor las barreras celulares.
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario