
Los autores presentan evidencias de que resveratrol no activa directamente la sirtuina-1, una proteína asociada al envejecimiento sino que se encarga de inhibir ciertos tipos de proteínas conocidas como fosfodiesterasas (PDE), las enzimas que ayudan a la regulación de la energía celular.
Estos hallazgos pueden ayudar a resolver el debate sobre la bioquímica del resveratrol y allanar el camino para el desarrollo de medicamentos a base de este compuesto. De hecho, el producto químico es ya objeto de interés de diversas compañías farmacéuticas para emplearlo como potencial agente para diabetes, procesos inflamatorios y cáncer.
Jay Chung, coordinador del estudio y jefe del Laboratorio de Obesidad e Investigación del Envejecimiento del Instituto Nacional del Corazón, Pulmón y Hematología de los NIH, considera que resveratrol tiene un interesante potencial como terapia para diversas enfermedades como por ejemplo la diabetes tipo 2, el Alzheimer y ciertas cardiopatías.
Sin embargo, antes de que las investigaciones consigan que la sustancia sea un fármaco seguro y efectivo, "es necesario conocer cuál es la diana celular específica". En este sentido, además de la sirtuina-1, los científicos piensan que precisa también de la proteína AMPK, así como de la PDE4, que parece ser unas de las principales dianas.
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