viernes, 31 de julio de 2015

Los probióticos pueden controlar los síntomas conductuales de enfermedades inflamatorias crónicas

Según se ha comprobado en un trabajo realizado en roedores por investigadores de la Universidad de Calgary (Canadá) y publicado en “Journal of Neuroscience”, el uso de probióticos en ratones que presentaban inflamación del hígado redujo algunos síntomas como la fatiga, depresión o una menor actividad social, que puede llegar al aislamiento y que son también propios de otras enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide o la enfermedad inflamatoria intestinal, al alterar la comunicación entre el sistema inmune y el cerebro.

En el aparato digestivo poseemos numerosas bacterias no patógenas que forman la llamada microbiota, y que cumplen numerosas funciones como ya hemos ido detallando en este blog, entre las que están los efectos beneficiosos sobre el estado de ánimo y la función cognitiva, aunque su mecanismo de acción no estaba del todo claro hasta ahora.

En este estudio, los ratones con inflamación hepática se alimentaron unos con una mezcla de probióticos y otros con un placebo, y se evaluó el comportamiento de sus síntomas observando el tiempo que los ratones pasaban junto con otros roedores, en comparación con el tiempo que pasaban solos.

Aunque no está claro cómo las enfermedades inflamatorias provocan cambios en la función cerebral y el comportamiento, estudios previos lo habían asociado a un aumento de la producción de la molécula de señalización inflamatoria llamada factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), por lo que se midieron sus niveles en sangre periférica, junto con otras células implicadas en en la respuesta inmunitaria en el cerebro, comprobándose que los ratones que recibieron los probióticos pasaban más tiempo con otros roedores, en comparación con una menor sociabilización de los que recibieron placebo. Asimismo, también tenían niveles más bajos en sangre de TNF-α y un menor número de células inmunes activadas en el cerebro.

El mecanismo de acción parece deberse por tanto a que los probióticos mejoran los síntomas conductuales mediante la alteración de la comunicación entre el sistema inmune y el cerebro que provocan una menor activación de la microglía y de la infiltración de monocitos en el cerebro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿De donde obtenemos los probíoticos?

Dr. D. Joaquín Outón Ruiz dijo...

Puedes conseguir probióticos en cápsulas, comprimidos, etc... tanto en farmacias como en herbolarios