jueves, 18 de octubre de 2012

Una planta medicinal china puede convertirse en un tratamiento frente al cáncer de páncreas

Muchos de los fármacos de uso corriente en la actualidad tienen su origen en plantas y compuestos naturales; es el caso de la aspirina, 'hija' del sauce blanco o algunos quimioterápicos derivados del tejo. Una de esas plantas, el "Tripterygium wilfordii Hook f.", también conocida como liana (o vid) del dios del trueno usada desde hace años por la medicina tradicional china, ha demostrado en ratones que podría convertirse en un tratamiento eficaz contra el cáncer de páncreas, según un estudio publicado en "Science Traslational Medicine", aunque como he dicho, los resultados son preliminares, ya que sólo se ha probado  en ratones y en líneas celulares de cáncer de páncreas humanas, pero no en personas afectadas de esta enfermedad.

Los investigadores de la Universidad de Minnesota, han desarrollado un derivado sintético de esta planta conocido como "minelide", con la finalidad de que fuera más soluble y pudiera difundir mejor en los tejidos.

En el estudio preclínico que esta semana publican Ashok Saluja (presidente de la Asociación Internacional de Pancreatología), este compuesto ha mostrado un fuerte efecto contra las células cancerígenas de diversos tumores pancreáticos.

En varios modelos de ratones avatar (a los que se les implantó un tumor de páncreas de origen humano) y también en roedores modificados genéticamente. Saluja y su equipo observaron que minnelide era capaz de 'exterminar' las células tumorales y reducir el volumen de la masa; asimismo, redujo la capacidad migratoria de las células malignas y aumentó la supervivencia de los animales.

Como explica Saluja, todos los datos recogidos indican que estamos ante un potente anticancerígeno, aunque aún queda un largo recorrido antes de que pueda comenzar a usarse en un ensayo clínico en humanos. El siguiente paso, ahora, consiste en probar el derivado de esta planta milenaria china en otros mamíferos más grandes.

El cáncer de páncreas tiene una mortalidad cercana al 90% a los cinco años del diagnóstico, debido sobre todo a que la mayoría de los casos se diagnostican demasiado tarde (cuando existen metástasis, la media de supervivencia ronda sólo los seis meses). En la actualidad, uno de los pocos tratamientos disponibles para estos pacientes es la vieja gemcitabina (un tipo de quimioterapia) y ahora se abren nuevas perspectivas para tratar esta enfermedad, aunque se tardarán aún varios años en ver si esta promesa, se convierte en una realidad.

Fuente: http://stm.sciencemag.org/content/4/156/156ra139 

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