viernes, 20 de julio de 2012

El extracto de cardo mariano no aporta beneficios en el tratamiento de la hepatitis C

Según un estudio publicado en la revista "JAMA", el uso de la silimarina, un extracto del cardo mariano (Silybum marianum) utilizado comúnmente por algunos pacientes con enfermedad hepática crónica, no proporciona mayor beneficio que el placebo, en pacientes con hepatitis C (VHC) resistente a los medicamentos.

En la investigación, un 33% de los pacientes con infección crónica por VHC y cirrosis comunicaron un uso actual o pasado de la silimarina, para el tratamiento de su enfermedad.
Michael W. Fried, de la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill (Estados Unidos), y sus colaboradores, realizaron un nuevo estudio para evaluar el uso de la silimarina en el tratamiento de la infección crónica por el VHC. Este estudio multicéntrico, controlado con placebo, se llevó a cabo en 4 centros médicos en los Estados Unidos. Entre los participantes, había 154 personas con infección crónica por VHC y niveles de 65 U/L de alanina aminotransferasa (ALT, una enzima que refleja la función hepática), que habían sido tratados sin éxito, previamente, con interferón.

El reclutamiento de pacientes comenzó en mayo de 2008, y se completó en mayo de 2010, y el último seguimiento concluyó en marzo de 2011. Los participantes fueron asignados aleatoriamente a recibir 420 mg de silimarina, 700 mg de silimarina, o placebo, administrados 3 veces al día, durante 24 semanas. La medida de resultado primario del estudio era un nivel sérico de ALT de 45 U/L, o menos (que se considera dentro del rango normal), o menos de 65 U/L, siempre que se observara una disminución del 50 por ciento desde los valores basales. Los resultados secundarios incluyeron cambios en los niveles de ALT, los niveles de ARN del VHC, y en la calidad de vida.

Al final del tratamiento, sólo 2 participantes en cada grupo de tratamiento alcanzaron el punto final primario pre-especificado. El porcentaje de participantes que alcanzaron el punto final primario fue del 3,8 por ciento en el grupo placebo; del 4,0 por ciento en el grupo de 420 mg de silimarina; y del 3,8 por ciento en el grupo de 700 mg de silimarina. Los investigadores también observaron que no hubo diferencia estadísticamente significativa entre los grupos de tratamiento, en cuanto a los cambios en los niveles séricos de ALT. Por otro lado, el promedio del nivel de ARN del VHC en suero no varió significativamente, durante las 24 semanas de tratamiento.

Tampoco hubo cambios significativos en los componentes de salud física o mental de las puntuaciones sobre la calidad de vida. Además, la frecuencia de eventos adversos reportados por los pacientes no difirió significativamente entre los grupos de tratamiento.

Los autores concluyen que, "en resumen, la silimarina oral, utilizada en dosis superiores a las habituales, no alteró significativamente los marcadores bioquímicos o virológicos de la actividad de la enfermedad, en pacientes con infección crónica por VHC que recibieron tratamiento previo con interferón".

Estos resultados no dicen que la silimarina no sea eficaz para tratar otras enfermedades hepáticas no causadas por el virus de la hepatitis C, donde siempre se ha observado una alta eficacia. Solo nos dicen que no mejora la evolución de la enfermedad en casos de hepatis crónicas y cirrosis por VHC que no respondieron previamente tampoco al tratamiento con interferón.

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