La inulina, explicó, se encuentra en productos como las barras de chocolate, las bebidas y los "snacks". Por eso, "antes de que uno se dé cuenta, come más de lo que podría tolerar y sufre problemas gastrointestinales que no se asociarían necesariamente con ese consumo", afirmó.
La inulina es una fibra de carbohidrato que aparece naturalmente en alimentos como la banana, el trigo, la cebolla y el ajo.
A diferencia de los carbohidratos más conocidos, que se disuelven en el intestino delgado para convertirse en energía, la inulina pasa por el intestino delgado hasta el colon, donde estimula el crecimiento de "bacterias buenas"; las bacterias la fermentan.
En algunas personas produce flatulencias, hinchazón y hasta diarrea.
Dada su creciente popularidad como aditivo alimentario, el equipo de Slavin evaluó cuánta de esta fibra se debería ingerir para tener problemas gastrointestinales.
Para eso, diseñó un estudio sobre 26 hombres y mujeres sanos, de entre 18 y 60 años.
Luego de un ayuno semanal nocturno durante cinco semanas, los participantes desayunaron una rosquilla con queso crema y jugo de naranja mezclada con un placebo o una dosis de 5 o 10 gramos de dos inulinas: una nativa y otra oligofructosa de cadena corta.
Después del "desafío de la fibra", los pacientes recibieron varios controles telefónicos durante dos días e informaron síntomas como gases, hinchazón, náuseas, flatulencias, calambres estomacales, diarrea o constipación.
Quienes habían recibido alguna dosis de inulina tenían "síntomas leves"; los 10 gramos de oligofructosa causaron los síntomas más fuertes, excepto constipación.
Estudios previos demostraron que la inulina "dulce" de cadena corta acelera la fermentación en los intestinos, lo que aumenta los gases y otros síntomas gastrointestinales.
Las flatulencias fueron el efecto más común en el grupo tratado con fibra. Sin embargo, se registró una alta variabilidad entre algunos participantes y muchos ni siquiera tuvieron los síntomas.
El equipo concluyó que las personas más saludables pueden tolerar hasta 10 gramos de inulina nativa y 5 gramos de inulina "dulce" por día.
Ante la exigencia de reducir calorías, grasa y sodio, la industria alimentaria está utilizando cada vez más productos como la inulina. Al manipular su estructura química, se pueden imitar sabores y texturas.
Por lo tanto, el equipo instó a realizar más estudios sobre los niveles de intolerancia a los aditivos de este tipo, debido a que su uso seguirá creciendo y eso podría generar "un consumo excesivo".
FUENTE: Journal of the American Dietetic Association, junio del 2010.
Reuters Health
Tomado de www.info7.com.mx
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