Los suplementos de aceite de pescado reducirían levemente la presión arterial en los adolescentes con sobrepeso y sus corazones valorarían los beneficios años más tarde, según un nuevo estudio.
"Comenzar con una alimentación saludable y mantenerla toda la vida brindaría más protección que modificarla cuando aparecen los riesgos", dijo a Reuters Health Lotte Lauritzen, de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca.
El aceite de pescado ayuda a reducir la presión y el colesterol en los adultos. El equipo de Lauritzen se preguntó si esos beneficios aparecerían también en la adolescencia.
Los investigadores reunieron a 80 varones daneses de entre 13 y 15 años, con algo de sobrepeso, y los dividieron al azar en dos grupos: uno recibió dosis diarias de aceite de pescado (1,5 gramos o una cápsula y media) y el otro, la misma cantidad de aceite vegetal (placebo).
Los aceites se administraron con pan para enmascarar los sabores a los participantes.
A las 16 semanas, el equipo advirtió que el grupo que había consumido los panes con aceite de pescado tenía 3,8 mm Hg menos de presión sistólica (nivel máximo) y 2,6 mm Hg menos de diastólica (nivel mínimo) que el grupo tratado con placebo.
En los adultos, 3 mm Hg menos de presión reduce un 15 por ciento el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV).
La presión sanguínea en los primeros años de vida influye en la edad adulta: los niños y los adolescentes con presión alta son más propensos a tener hipertensión en la adultez.
Eso sucede por los malos hábitos físicos y alimentarios en el tiempo o una "programación" orgánica, precisó el equipo en The Journal of Pediatrics. La mayoría de los participantes tenían una presión normal.
Los autores evaluaron otros factores de riesgo cardíaco, incluido el azúcar en sangre, la insulina y el colesterol.
La única diferencia que surgió entre ambos grupos fue una leve modificación en el colesterol HDL o "bueno" y el colesterol no HDL. Ambos fueron más altos en el grupo tratado con aceite de pescado.
"No creo que el hecho de que otros factores no fueran relevantes quiera decir que el aceite de pescado no sea beneficioso", dijo Natalie Riediger, doctoranda de la University of Manitoba, en Canadá, y autora principal de una revisión reciente sobre el papel del aceite de pescado en la salud y la enfermedad.
Riediger explicó que en el estudio se utilizó una dosis más "real" de aceite de pescado que en las investigaciones que identificaron modificaciones en más factores de riesgo. "No creo que sea práctico consumir 10 cápsulas diarias", dijo.
Además, el aceite vegetal utilizado en el placebo contenía una pequeña cantidad de los mismos ácidos grasos omega 3 que el aceite de pescado, lo que habría debilitado las diferencias registradas entre ambos grupos.
Aun así, los efectos sólo en la presión confirmarían la hipótesis de Lauritzen: la función cardiovascular es susceptible a los efectos del aceite de pescado durante el desarrollo.
"Se necesitan más estudios", agregó Riediger. Por ahora, su consejo es "enseñarles a los niños los buenos hábitos alimentarios, incluido el gusto por el pescado".
FUENTE: The Journal of Pediatrics, online 17 de mayo del 2010.
Reuters Health
"Comenzar con una alimentación saludable y mantenerla toda la vida brindaría más protección que modificarla cuando aparecen los riesgos", dijo a Reuters Health Lotte Lauritzen, de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca.
El aceite de pescado ayuda a reducir la presión y el colesterol en los adultos. El equipo de Lauritzen se preguntó si esos beneficios aparecerían también en la adolescencia.
Los investigadores reunieron a 80 varones daneses de entre 13 y 15 años, con algo de sobrepeso, y los dividieron al azar en dos grupos: uno recibió dosis diarias de aceite de pescado (1,5 gramos o una cápsula y media) y el otro, la misma cantidad de aceite vegetal (placebo).
Los aceites se administraron con pan para enmascarar los sabores a los participantes.
A las 16 semanas, el equipo advirtió que el grupo que había consumido los panes con aceite de pescado tenía 3,8 mm Hg menos de presión sistólica (nivel máximo) y 2,6 mm Hg menos de diastólica (nivel mínimo) que el grupo tratado con placebo.
En los adultos, 3 mm Hg menos de presión reduce un 15 por ciento el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV).
La presión sanguínea en los primeros años de vida influye en la edad adulta: los niños y los adolescentes con presión alta son más propensos a tener hipertensión en la adultez.
Eso sucede por los malos hábitos físicos y alimentarios en el tiempo o una "programación" orgánica, precisó el equipo en The Journal of Pediatrics. La mayoría de los participantes tenían una presión normal.
Los autores evaluaron otros factores de riesgo cardíaco, incluido el azúcar en sangre, la insulina y el colesterol.
La única diferencia que surgió entre ambos grupos fue una leve modificación en el colesterol HDL o "bueno" y el colesterol no HDL. Ambos fueron más altos en el grupo tratado con aceite de pescado.
"No creo que el hecho de que otros factores no fueran relevantes quiera decir que el aceite de pescado no sea beneficioso", dijo Natalie Riediger, doctoranda de la University of Manitoba, en Canadá, y autora principal de una revisión reciente sobre el papel del aceite de pescado en la salud y la enfermedad.
Riediger explicó que en el estudio se utilizó una dosis más "real" de aceite de pescado que en las investigaciones que identificaron modificaciones en más factores de riesgo. "No creo que sea práctico consumir 10 cápsulas diarias", dijo.
Además, el aceite vegetal utilizado en el placebo contenía una pequeña cantidad de los mismos ácidos grasos omega 3 que el aceite de pescado, lo que habría debilitado las diferencias registradas entre ambos grupos.
Aun así, los efectos sólo en la presión confirmarían la hipótesis de Lauritzen: la función cardiovascular es susceptible a los efectos del aceite de pescado durante el desarrollo.
"Se necesitan más estudios", agregó Riediger. Por ahora, su consejo es "enseñarles a los niños los buenos hábitos alimentarios, incluido el gusto por el pescado".
FUENTE: The Journal of Pediatrics, online 17 de mayo del 2010.
Reuters Health
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