Consumir una gran cantidad de proteína animal aumentaría el riesgo femenino de desarrollar enfermedad intestinal inflamatoria (EII), indicó un estudio en Francia.
"Los resultados ayudarían a comprender mejor el papel de la alimentación en la EII", escribió en American Journal of Gastroenterology el equipo de Franck Carbonnel, del Centre Hospitalier Universitaire de Bicetre, en París.
"Si se confirman, ayudarían a elaborar estrategias protectoras, en especial para las familias con riesgo de EII, y a prevenir las recaídas", agregó.
La EII es un conjunto de enfermedades que se caracterizan por una inflamación grave del sistema digestivo, como la colitis ulcerosa, en el colon, y la enfermedad de Crohn, en el tracto digestivo.
La enfermedad, que afecta a una de cada 500 personas, es más común desde la Segunda Guerra Mundial, señaló el equipo, aunque aún se desconocen los motivos.
Para investigar si la dieta influye en la aparición de la EII, el equipo estudió a más de 67.000 mujeres de entre 40 y 65 años. Durante el seguimiento, que duró 10 años, 77 mujeres desarrollaron la condición. El 90 por ciento de las participantes comía más de la cantidad recomendada diaria de proteína.
Las mujeres que comían la mayor cantidad de proteína tenían tres veces más riesgo de tener EII, y la proteína animal fue la que generó la mayor parte de ese riesgo, que estuvo especialmente asociado con el alto consumo de carne y pescado, pero no de lácteos y huevos.
Durante años, los expertos sospecharon que la alimentación podía influir en la EII, pero lo único que lograron comprobar fue una relación entre la enfermedad y un gran consumo de grasas y azúcares.
Ese tipo de estudios tendieron a tener más errores que los prospectivos, como la nueva investigación. Hubo otros que asociaron la deficiencia de la vitamina D con la EII.
Otra investigación prospectiva reciente reveló que una dieta rica en ácidos grasos omega 3 reducía el riesgo de EII, mientras que el alto consumo de ácidos omega 6 lo elevaba, dijo Carbonnel a Reuters Health.
Los omega 3 se encuentran en el aceite de pescado, de semilla de lino y otras fuentes, y los omega 6 están presentes en distintos tipos de verduras y aceites de frutos secos.
La carne induciría el riesgo de EII porque la digestión de la proteína animal produce muchas sustancias potencialmente tóxicas. Además, dijo Carbonnel, una dieta rica en proteína alteraría la mezcla de bacterias en el colon.
"Los resultados deben confirmarse en otras poblaciones, en especial en hombres y jóvenes", dijo el autor. Si así ocurre, el próximo paso sería realizar un ensayo para comparar los efectos del consumo restringido y no restringido de proteína animal en el riesgo de sufrir EII.
Dada la gran cantidad de proteína que las mujeres consumían en el estudio, la dieta restringida no incluiría la reducción total del consumo de proteína, sino el cumplimiento de la cantidad recomendada.
FUENTE: American Journal of Gastroenterology, online 11 de mayo del 2010.
Medline Plus
"Los resultados ayudarían a comprender mejor el papel de la alimentación en la EII", escribió en American Journal of Gastroenterology el equipo de Franck Carbonnel, del Centre Hospitalier Universitaire de Bicetre, en París.
"Si se confirman, ayudarían a elaborar estrategias protectoras, en especial para las familias con riesgo de EII, y a prevenir las recaídas", agregó.
La EII es un conjunto de enfermedades que se caracterizan por una inflamación grave del sistema digestivo, como la colitis ulcerosa, en el colon, y la enfermedad de Crohn, en el tracto digestivo.
La enfermedad, que afecta a una de cada 500 personas, es más común desde la Segunda Guerra Mundial, señaló el equipo, aunque aún se desconocen los motivos.
Para investigar si la dieta influye en la aparición de la EII, el equipo estudió a más de 67.000 mujeres de entre 40 y 65 años. Durante el seguimiento, que duró 10 años, 77 mujeres desarrollaron la condición. El 90 por ciento de las participantes comía más de la cantidad recomendada diaria de proteína.
Las mujeres que comían la mayor cantidad de proteína tenían tres veces más riesgo de tener EII, y la proteína animal fue la que generó la mayor parte de ese riesgo, que estuvo especialmente asociado con el alto consumo de carne y pescado, pero no de lácteos y huevos.
Durante años, los expertos sospecharon que la alimentación podía influir en la EII, pero lo único que lograron comprobar fue una relación entre la enfermedad y un gran consumo de grasas y azúcares.
Ese tipo de estudios tendieron a tener más errores que los prospectivos, como la nueva investigación. Hubo otros que asociaron la deficiencia de la vitamina D con la EII.
Otra investigación prospectiva reciente reveló que una dieta rica en ácidos grasos omega 3 reducía el riesgo de EII, mientras que el alto consumo de ácidos omega 6 lo elevaba, dijo Carbonnel a Reuters Health.
Los omega 3 se encuentran en el aceite de pescado, de semilla de lino y otras fuentes, y los omega 6 están presentes en distintos tipos de verduras y aceites de frutos secos.
La carne induciría el riesgo de EII porque la digestión de la proteína animal produce muchas sustancias potencialmente tóxicas. Además, dijo Carbonnel, una dieta rica en proteína alteraría la mezcla de bacterias en el colon.
"Los resultados deben confirmarse en otras poblaciones, en especial en hombres y jóvenes", dijo el autor. Si así ocurre, el próximo paso sería realizar un ensayo para comparar los efectos del consumo restringido y no restringido de proteína animal en el riesgo de sufrir EII.
Dada la gran cantidad de proteína que las mujeres consumían en el estudio, la dieta restringida no incluiría la reducción total del consumo de proteína, sino el cumplimiento de la cantidad recomendada.
FUENTE: American Journal of Gastroenterology, online 11 de mayo del 2010.
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