Según los resultados de una
investigación realizada por científicos de la Universidad de Missouri y
publicada en "Journal of Alzheimer´s Disease" la administración oral de un
extracto del té verde, la epigalocatequina-3-galato (EGCG), así como el
ejercicio voluntario, mejoraron algunas de las manifestaciones de conducta y
trastornos cognitivos de la enfermedad y frenaron la acumulación de las placas
amiloides en el cerebro, responsables de la enfermedad de Alzheimer.
En el estudio, los investigadores
decidieron analizar en un modelo animal los efectos del ejercicio voluntario y
el impacto del EGCG, en los niveles de función de memoria y de A-beta. Para
ello, administraron EGCG en el agua de un grupo de ratones, mismos que tenía
acceso a una rueda de desplazamiento giratorio en su jaula.
Los científicos encontraron mejoras
notables en la función cognitiva y la memoria de retención en ratones afectados
de Alzheimer que recibieron EGCG y se ejercitaron. "Los ratones que
presentaban síntomas de la enfermedad tenían nidos que estaban mal formados o
erráticos", precisó Schachtman. "Además, encontramos que los ratones
con síntomas de Alzheimer, al igual que las personas, pueden ser apáticos
acerca de su hábitat, y han olvidado cómo hacer un nido de manera
apropiada".
El equipo también analizó los tejidos
cerebrales de ratones para determinar los efectos de EGCG y el ejercicio sobre
los niveles de A-beta en las regiones afectadas del cerebro. Estamos muy
contentos de ver una disminución en los niveles de A-beta en el cerebro de los
ratones afectados, así como mejoras en los déficits de comportamiento en
ratones con Alzheimer, comentaron los investigadores.
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