viernes, 21 de junio de 2013

Un estudio vincula la contaminación del aire con la aparición de arritmias y otro con el riesgo de autismo

El primero de ellos, demostró que la exposición a altos niveles de contaminación del aire puede provocar en pacientes cardíacos latidos irregulares que pueden provocar trombosis causantes de accidentes cerebrovasculares (ACV). 
 
Estudios previos habían asociado la contaminación con la fibrilación ventricular, causa de muerte súbita.
 
El equipo analizó los datos de 176 pacientes con desfibriladores cardioversores implantables (DCI) y los comparó con la información sobre la calidad del aire de la región. En dos años, 49 pacientes sufrieron un total de 328 fibrilaciones auriculares.
 
El nivel de contaminación de un día, incluidas las partículas similares al hollín, estaba directamente asociado con las alteraciones del ritmo cardíaco. Cada 6 mcg/m3 más de partículas finas en el ambiente, la gente era un 26 por ciento más propensa a tener una fibrilación auricular en las dos horas posteriores. Ese riesgo extra supera el 1 por ciento de aumento en la posibilidad de morir por infarto y el 18 por ciento adicional de tener un ACV con cada 10 mcg/m3 más de contaminación detectados en otros estudios.
 
El segundo estudio afirma que las mujeres embarazadas que viven en áreas llenas de esmog presentan el doble de probabilidades de tener hijos autistas.
 
Los investigadores compararon la exposición a la contaminación atmosférica de 325 mujeres que tenían un hijo con autismo y de 22.000 mujeres que no. Las mujeres eran participantes del "Estudio de salud de las enfermeras II". Los contaminantes medidos incluyeron la materia particulada del diesel, el plomo, el manganeso, el mercurio, el cloruro de metileno, y una medida combinada de la exposición a los metales.
 
Entre el 20 y el 60 por ciento de las mujeres vivían en áreas que se consideraban altamente contaminadas. Y el estudio mostró que las mujeres que vivían en el 20 por ciento de las ubicaciones que tenían los niveles más altos de particulados de diesel o de mercurio en el aire presentaban el doble de probabilidades de tener un hijo autista, en comparación con las que vivían en el 20 por ciento de las áreas con los niveles más bajos de esos contaminantes.
 
Además, las que vivían en el 20 por ciento de las ubicaciones con los niveles más altos de plomo, manganeso, cloruro de metileno y la exposición combinada a los metales tenían alrededor de un 50 por ciento más de probabilidades de tener un hijo autista que las que vivían en el 20 por ciento de las áreas con las concentraciones más bajas.
 
http://www.environmentalhealthnews.org/ehs/news/2013/pollution-and-autism

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