Una
investigación reciente indica que en bastantes personas una simple taza de
arándanos al día podría ser la clave para reducir la presión sanguínea y la
rigidez arterial, asociadas ambas a enfermedades cardiovasculares.
Los
resultados del estudio realizado por el equipo de Sarah A. Johnson, de la
Universidad Estatal de Florida en Estados Unidos, sugieren que el consumo
habitual de arándanos podría retrasar la progresión de la prehipertensión hacia
la hipertensión, reduciendo por tanto el riesgo de padecer enfermedades
cardiovasculares.
La
investigación se hizo en mujeres postmenopáusicas. Johnson está interesada
en comprobar cómo los alimentos funcionales, o sea los que tienen un impacto
positivo en la salud más allá de la nutrición básica, pueden prevenir e incluso
revertir problemas de salud, en particular en mujeres postmenopáusicas.
Las
enfermedades cardiovasculares son la causa principal de muerte en Estados
Unidos y en otras naciones. Este riesgo es aún mayor para las mujeres que han
alcanzado la menopausia.
Durante
un período de ocho semanas, se asignó aleatoriamente a 48 mujeres
postmenopáusicas con prehipertensión e hipertensión de fase 1 a consumir
arándanos o un placebo. Las participantes, mientras tanto, continuaban con su
dieta habitual y sus ejercicios rutinarios.
Al
principio del estudio, el equipo midió la presión sanguínea de las
participantes y su rigidez arterial.
Al
concluir las ocho semanas, las consumidoras de arándanos habían tenido en
promedio una disminución de un 5,1 por ciento en la presión sanguínea
sistólica, que es el número superior en las lecturas de tensión arterial cuando
el corazón se contrae en el latido. También tuvieron una reducción del 6,3 por
ciento en la presión sanguínea diastólica, el número inferior en las lecturas
de la tensión arterial entre latidos.
Además,
las consumidoras de arándanos experimentaron una reducción media del 6,5 por
ciento en la rigidez arterial, en tanto que el óxido nítrico, un biomarcador
sanguíneo conocido por estar implicado en el ensanchamiento de los vasos
sanguíneos, se incrementó en un 68,5 por ciento.
Los
hallazgos sugieren que la adición a la dieta de un solo alimento, el arándano,
podría mitigar los efectos cardiovasculares negativos que a menudo se presentan
como resultado de llegar a la menopausia.
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