lunes, 2 de junio de 2014

Omega 3 para regular los niveles de insulina y la glucosa

Los ácidos grasos omega 3 tendrían muchos más beneficios que proteger el corazón, ya que una de sus moléculas podría ser utilizada para tratar la resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2, según un nuevo estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad Laval de Canadá, el Centro de Investigaciones del Corazón y Pulmón de Quebec y el Instituto de Nutrición y Alimentos Funcionales.

Según la investigación publicada en la revista “Nature Medicine, la molécula encontrada imita algunos de los efectos del ejercicio físico sobre la regulación de la glucosa en sangre.

Los científicos refieren que si bien, ya se sabía que los ácidos grasos omega 3 pueden ayudar a reducir la resistencia a la insulina provocada por una dieta alta en grasas saturadas gracias al efecto de un lípido bioactivo llamado protectin D1, al investigar más a fondo se encontró que otro miembro de la misma familia llamada DX Protectin (PDX) activa la producción y liberación de una proteína llamada interleucina 6 (IL-6) en las células musculares, una respuesta que también se produce durante el ejercicio físico.

“Una vez en el torrente sanguíneo, la IL-6 controla los niveles de glucosa de dos maneras: indica al hígado la disminución de la producción de glucosa y actúa directamente sobre los músculos para aumentar la captación de glucosa”, detalló el Dr. André Marette, líder de la investigación en un comunicado difundido por la Universidad Laval.

Los investigadores compararon los efectos sobre ratones que carecían del gen de la IL-6 para demostrar el vínculo entre las PDX e IL-6. Además, en las pruebas realizadas en ratas diabéticas obesas, las PDX demostraron mejorar la capacidad de respuesta a la insulina, la hormona que regula la glucosa en sangre.

"El mecanismo de acción descrito para las PDX representa una nueva estrategia terapéutica para mejorar el control de glucosa. Su eficacia puede ser comparable con la de ciertos fármacos prescritos actualmente para controlar la glucemia", aseguró Marette.
Aunque las PDX parecen imitar el efecto del ejercicio físico mediante la activación de la secreción de IL-6 en los músculos, Marette advirtió de que no es un sustituto de la actividad física. “El ejercicio tiene beneficios cardiovasculares y otras hormonas que van mucho más allá de sus efectos metabólicos en los músculos”, puntualizó.

La Universidad Laval presentó una solicitud de patente para las PDX y sus aplicaciones terapéuticas. "Para nosotros, el siguiente paso consiste en demostrar los efectos antidiabéticos en seres humanos y determinar el receptor a través del cual actúan las PDX ", concluyó el investigador.


Los estudios han demostrado que los ácidos grasos omega 3 son beneficiosos para el corazón de la gente sana, de aquellos con alto riesgo cardiovascular o de aquellos que ya sufren de una enfermedad cardiovascular.

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