lunes, 22 de mayo de 2023

Suplementos en infecciones urinarias (parte I)

Introducción:

Las infecciones del tracto urinario (ITU) constituyen la segunda patología infecciosa, tras las infecciones respiratorias, como motivo de consulta en atención primaria, relacionándose en el ámbito hospitalario con la presencia de catéteres urinarios. Se producen por vía ascendente de un uropatógeno que coloniza la mucosa periuretral, habitualmente procedente del intestino. Principalmente se manifiestan con un síndrome miccional. Las infecciones de vías urinarias altas entre las que incluyen aquellas infecciones que afectan a parénquima-pelvis renal y/o próstata se pueden producir por vía ascendente o por vía hematógena y clínicamente suelen asociar un síndrome infeccioso. El riesgo de recurrencia en los seis meses siguientes es mayor en las infecciones por Escherichia coli. La prevalencia de ITUs sintomáticas es mayor en mujeres, con un pico a los 14-24 años relacionado con la actividad sexual, y resolución espontánea de los síntomas en 1 de cada 4 casos. Son la causa más frecuente de bacteriemia de origen comunitario, y responsables del 5-7% de las sepsis graves que requieren ingreso en UCI, con posible evolución a fallo multiorgánico. Entre un 50-60% de mujeres premenopáusicas presentan un episodio de ITU sintomática. Se calcula que a los 70 años un 15% de mujeres presenta bacteriuria asintomática, cifra que aumenta al 30-40% en ancianas hospitalizadas o ingresadas en instituciones geriátricas y prácticamente al 100% en portadoras de sonda urinaria permanente. En el medio hospitalario, representan hasta el 40% de las infecciones nosocomiales, y son el reservorio institucional más importante de patógenos resistentes. En las unidades de cuidados intensivos hospitalarias, son las segundas infecciones más frecuentes, después de las neumonías asociadas a la ventilación mecánica.

Clasificación de las ITUS:

Las infecciones urinarias se pueden clasificar en:

  • ITU no complicada.
  • ITU complicada: ITU en pacientes que presentan alguna situación que pueda implicar una evolución desfavorable, como embarazadas, hombres, inmunodeprimidos, insuficiencia renal, trasplante renal, problemas neurológicos que puedan causar obstrucción de vías urinarias, nefrostomías, etc.
  • ITU asociada a catéter.
  • ITU recurrente (ITUr): recurrencias de ITU (no complicada o complicada), cuando acontecen 2 episodios de ITU en seis meses o 3 episodios de ITU en doce meses.
  • Urosepsis: cuando aparece una sepsis asociada a una ITU que causa riesgo vital.

Por su localización anatómica, nos encontramos con:

  • ITU de vía urinaria baja: uretritis, cistitis, prostatitis.
  • ITU de vía urinaria alta: pielonefritis, absceso intrarrenal, absceso periférico.

Origen y causas de las ITUS:

Las ITUs pueden estar causadas por una gran variedad de patógenos, entre los que se incluyen bacterias Gram negativas, Gram positivas y hongos.

En general, se suele aislar un único patógeno en la mayoría de los casos, excepto en casos de anomalías del aparato urinario o en pacientes con cateterización crónica de la vía urinaria (polibacterianas). La bacteria más frecuentemente aislada es la E coli uropatógena, tanto en ITUs no complicadas (75%) como en ITUs complicadas (65%). La infección por este patógeno aumenta la probabilidad de recurrencia en 6 meses.

  • En ITUs no complicadas otros gérmenes causantes son: Klebsiella pneumoniae, Staphylococcus saprophyticus, Enterococcus faecalis, Streptococcus del grupo B, Proteus mirabilis, Pseudomona aeruginosa, Staphylococcus aureus y Candida spp.
  • En ITUs complicadas, por detrás de E coli, los patógenos más frecuentes son: Enterococcus spp, K. pneumoniae, Candida spp, S. aureus, P. mirabilis, P. aeruginosa y Streptococcus del grupo B.

La E. coli se adhiere a las células del urotelio mediante fimbrias, siendo la más común, las fimbrias o pilli de tipo 1 en cuyo extremo existe una adhesina llamada FimH, que generan una respuesta inflamatoria temprana al reclutar neutrófilos en el tracto urinario. Estas fimbrias son manosasensibles o sea que tienen afinidad para adherirse a la manosa. Otras fimbrias mediante las cuales se pueden adherir, son las tipo P (fimbrias de pielonefritis) que tienen un mayor tropismo para el riñón y se asocian con infecciones más severas (renales). Las fimbrias P no son manosasensibles, pero poseen receptores para las proantocianidinas (PAC) que contiene el arándano rojo.

Los antibióticos son la principal herramienta terapéutica pero su uso está asociado con numerosos efectos secundarios, como diarrea, náuseas, vómitos, cefaleas, ardor vaginal y candidiasis, así como otros menos comunes y más graves. El uso prolongado de antibióticos puede provocar además la alteración de la microbiota normal y la resistencia a los antibióticos, lo que dificulta el tratamiento de futuras infecciones urinarias, que se consideran como “daños colaterales”.

Por todas estas razones, las posibles medidas y tratamientos no farmacológicos para las infecciones urinarias entre los que están los cambios de ciertos hábitos, plantas medicinales como el arándano, probióticos y los suplementos de D-manosa, están sido cada vez más objeto de investigación.

La D-manosa es un tipo de azúcar (un isómero monosacárido de la glucosa) inerte que se metaboliza y excreta en la orina y actúa inhibiendo la adhesión bacteriana al urotelio al unirse a la adhesina FimH de la punta de la fimbria tipo 1. De esta forma, ha demostrado ser beneficiosa al reducir la incidencia de infecciones recurrentes del tracto urinario y sus síntomas, aumentando también la duración entre episodios de recurrencias, mejorando en consecuencia la calidad de vida del paciente. La D-manosa empleada conjuntamente con antibióticos ha mostrado una reducción significativa en los urocultivos positivos para bacterias y una mejoría en síntomas como urgencia urinaria, frecuencia, incontinencia de urgencia, cistitis recurrente, dolor de vejiga y uretra, en comparación con las mujeres tratadas solo con antibióticos.

Una nueva investigación sugiere que la D-manosa también puede actuar como un modulador inmunológico. La mayoría de las investigaciones sobre las fimbrias tipo 1 y las infecciones urinarias se centran en la E. coli. aunque se han descrito pili tipo 1 en otros miembros de la familia Enterobacteriaceae, entre los que se incluye Klebsiella pneumoniae, Shigella flexneri, Salmonella typhimurium, Serratia marcescens y Enterobacter cloacae. Muchos de estos son uropatógenos de ITUr comunes, por lo que la D-manosa podría prevenir su adhesión al urotelio.

Los datos disponibles en la literatura destacan la tolerabilidad de la D-manosa, con efectos secundarios mínimos que corresponden, principalmente, a la diarrea.

Por todo ello, la D-manosa se puede utilizar como tratamiento complementario o alternativo para las infecciones recurrentes del tracto urinario.

Bibliografía:

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