miércoles, 27 de noviembre de 2013

El intestino, un actor clave en la respuesta a la quimioterapia

Nuestro sistema gastrointestinal es un actor clave en el sistema inmune, con decenas de miles de células defensivas 'alojadas' entre sus pliegues y listas para actuar en cualquier rincón del organismo.
 
Esta semana, dos artículos publicados en la revista "Science" demuestran que la flora bacteriana que habita en nuestro aparato digestivo puede ser clave en la respuesta a los tratamientos oncológicos.
 
En el primero de los trabajos, liderado por Noriho Iida, del Instituto Nacional del Cáncer de EEUU, se estudió a ratones cuya flora bacteriana había sido "eliminada" (bien con un tratamiento a base de antibióticos o bien porque habían sido criados en un ambiente libre de gérmenes, en cuyo el cual su sistema inmune fue incapaz de desarrollarse). Cuando se les implantaron diferentes tipos de tumores de manera subcutánea, los investigadores observaron que la respuesta a la quimioterapa era menor que la de otros roedores cuya microbiota había permanecido intacta.
 
Aunque en este trabajo se observó tanto la respuesta en animales tratados con inmunoterapia y con quimioterapia, en el segundo de los trabajos se eligió únicamente un quimioterápico clásico, muy habitual (la ciclofosfamida), para llegar a las mismas conclusiones. De nuevo en modelos con animales, Sophie Vigaud y sus colegas del Instituto Nacional de la Salud francés, demostraron que este medicamento altera la composición de la microbiota del intestino delgado y observaron que con la ciclofosfamida, muchas bacterias gástricas son capaces de atravesar las paredes del intestino y al invadir el torrente sanguíneo y los ganglios linfáticos estimulan una reacción del sistema inmune que ayuda a combatir el tumor.
 
Sin embargo, en el caso de los ratones que carecían totalmente de gérmenes (porque habían sido tratados previamente con antibióticos para 'aniquilar' su flora bacteriana), sus tumores parecían resistentes al tratamiento con ciclofosfamida. En cambio, si se les restauraba la flora intestinal, se recuperaba la eficacia antitumoral del medicamento.
 
La cuestión no es baladí si se tiene en cuenta que muchos pacientes con cáncer reciben antibióticos para tratar infecciones que pueden sufrir durante su enfermedad, aunque varios especialistas estadounidenses consultados para un comentario en la misma revista también coinciden en que es demasiado pronto para extraer conclusiones en humanos, puesto que nuestra microbiota no es idéntica a la de los ratones. Giorgio Trincheri, uno de los autores del trabajo estadounidense, asegura que habrá que realizar ensayos en humanos antes de nada; Laurence Zitvogel, otro de los autores del estudio galo es en cambio más tajante: "a partir de ahora seremos más cuidadosos a la hora de prescribir antibióticos a nuestros pacientes con cáncer", concluye.
 

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