domingo, 29 de marzo de 2020

Tratar la disbiosis: menos mortalidad y aumento de las tasas de curación por COVID-19


Zhegiang es una región situada al este de China, que con un territorio 5 veces más pequeño al de España, tiene una población superior a la española y se encuentra cerca de Wuhan, lugar tristemente conocido porque allí se detectaron los primeros casos de infección por el coronavirus COVID-19. Esta cercanía geográfica, ha hecho que esta zona haya tenido también numerosos casos de infección por este virus.

El Centro Nacional de Investigación Clínica para Enfermedades Infecciosas de China, asignó al Hospital asociado a la Facultad de Medicina de la Universidad de Zhejiang la atención médica primaria para COVID-19 en la provincia de Zhejiang, convirtiéndose en el hospital de referencia para la contención y tratamiento de la enfermedad.

En este hospital se estableció una estrategia de tratamiento basada en lo que denominaron “Four-Anti and Two-Balance”, es decir “cuatro antis y dos equilibradores”. Los cuatro “antis” fueron antivirales (lopinavir/ritonavir), tratamientos frente al shock, tratamientos que evitaran la hipoxia y fármacos antiinfecciosos, mientras que la "regulación" se hizo a dos niveles, teniéndose en cuenta el equilibrio hidroelectrolítico y ácido-base y por otro lado el equilibrio de la microbiota recomendándose un tratamiento multidisciplinario personalizado que mejoró el efecto terapéutico.

Los investigadores observaron que los pacientes afectados por COVID-19 presentaban una disbiosis intestinal con disminución de probióticos de los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium, y así, los expertos recomendaron evaluar también la función nutricional y gastrointestinal de todos los pacientes y la aplicación de prebióticos o probióticos para regular el equilibrio de la microbiota intestinal y reducir el riesgo de infecciones secundarias provocadas por translocación bacteriana. En este abordaje integrativo también se prestó atención a la esfera psicológica, ya que la ansiedad y el miedo fueron comunes en pacientes con COVID-19. Además, también integraron tratamientos de la medicina tradicional china siguiendo criterios de diagnóstico propios de esta disciplina.

Esta estrategia integrativa de "Cuatro antis y dos balanceadores" aumentó de una forma efectiva la tasa de curación y redujo la mortalidad en la infección por COVID-19, un ejemplo a seguir, en el que además del tratamiento convencional, se demuestra que implementar “pequeños detalles” puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte para muchos pacientes.


Referencia bibliográfica: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/32096367

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