miércoles, 27 de septiembre de 2017

Nuestra flora intestinal puede influir en la capacidad para adelgazar (o engordar)

En los últimos años cada vez se han ido publicando más artículos sobre las bacterias intestinales (microbioma), demostrándose que pueden estar implicadas en numerosas funciones de nuestro organismo, como la síntesis de neurotransmisores, la prevención de tumores, la calidad del sueño, la mejora de nuestra respuesta inmunológica, etc. Pero ahora un nuevo estudio demuestra que también puede afectar a la facilidad que podemos tener para adelgazar o engordar.

La nueva investigación, publicada en el “International Journal of Obesity”, por investigadores, del Departamento de Nutrición, Ejercicio y Deportes de la Universidad de Copenhague, (Dinamarca) ha demostrado que las diferentes proporciones de bacterias intestinales pueden determinar cuánto peso una persona es capaz de perder en determinadas condiciones.

En el ensayo clínico participaron 62 personas con un perímetro abdominal por encima de lo normal y se les dieron instrucciones para seguir durante 26 semanas la “Nueva Dieta Nórdica” (verduras de hoja, bayas, cereales integrales) o la “Dieta Media Danesa” (carne magra, huevos, lechuga, café, sin cereales) y se les agrupó según los niveles que presentaban de dos tipos diferentes de bacterias intestinales, Prevotella y Bacteroides.

Se encontró que los que tenían una mayor proporción de Prevotella y siguieron la Nueva Dieta Nórdica tuvieron más éxito en el plan de adelgazamiento que los que siguieron la Dieta Media Danesa. Cuando la proporción se invirtió, no hubo diferencia en la pérdida de peso entre las dos dietas.

Del mismo modo, los que tenían niveles más altos de Prevotella también fueron capaces de cambiar la grasa corporal más fácilmente.


Con carácter general, se puede modificar cualquier desequilibrio en las bacterias intestinales, sustituyendo el azúcar, el alcohol y la cafeína por una dieta saludable, rica en fruta y verduras frescas, y complementada con probióticos y prebióticos, que aumentan la salud intestinal.

lunes, 25 de septiembre de 2017

La telomerasa, fuente de la eterna de juventud, pero relacionada con la progresión del cáncer, puede ser inhibida por la seta Ganoderma lucidum.

A medida que una célula normal se divide va perdiendo fragmentos de los extremos de los cromosomas (telómeros) y por tanto de ADN, provocándose una disminución progresiva de funcionalidad y en última instancia la muerte celular. Este proceso explica por qué las células normales son mortales.

La telomerasa es una enzima que permite agregar ADN a los telómeros, evitando así su acortamiento. Mediante este mecanismo una célula mortal se podría convertir en una célula inmortal, ya que podría dividirse indefinidas veces, evitando así su envejecimiento.

Las células tumorales evitan precisamente este acortamiento de los telómero aumentando los niveles de telomerasa. Esto ocurre en más del 95% de todos los tipos de tumores humanos, lo cual es una clara indicación de que es algo esencial para que el tumor crezca. De hecho, ya se ha demostrado que células tumorales cultivadas en el laboratorio a las que se les quita la telomerasa mueren rápidamente debido a un agotamiento de sus telómeros.

El carcinoma nasofaríngeo es una enfermedad maligna relacionada con infección previa por el virus de Epstein-Barr (EBV) por lo que se realizó una investigación de los fitoquímicos presentes en la seta Ganoderma lucidum (Reishi) con el fin de valorar  la posibilidad de que alguno tuviera acción antiviral.

Se consiguieron aislar cinco triterpenoides mediante espectroscopia: ácido ganodérico A, ácido ganodérico B, ganoderol B, ganodermanonitriol y ganodermanondiol y se buscó, si alguno de ellos presentaba una inhibición de la activación de antígenos de EBV con lo que se podría prevenir la aparición de un cáncer nasofaríngeo.


Todos los triterpenoides mostraron efectos inhibitorios significativos y además, también se inhibió la actividad de la telomerasa, especialmente el ácido ganodérico A, por lo que los autores concluyen que existe evidencia para la aplicación de estos triterpenoides y de Ganoderma. lucidum completo en el tratamiento del cáncer nasofaríngeo.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Ácido fólico contra el autismo provocado por pesticidas.

El autismo es un trastorno neurológico complejo que forma parte de los trastornos del espectro autista que dificulta la capacidad para comunicarse y relacionarse con el exterior y por un comportamiento restringido y repetitivo y que según la OMS afecta a 1 de cada 160 niños.

Sus causas se desconocen aunque parece tratarse de una enfermedad multifactorial donde intervienen factores genéticos y ambientales. Dentro de los ambientales, uno de los más importantes es la sobreexposición materna a los pesticidas.

Un estudio realizado en 300 niños de 2 a 5 años de edad con autismo y otros 220 sin la enfermedad, evidenció que aquellas madres que habían tomado ácido fólico en el momento periconcepcional para evitar enfermedades del desarrollo del tubo neural (como la espina bífida), redujeron la probabilidad de que sus hijos desarrollaran autismo aun cuando estuvieron expuestas a pesticidas domésticos o agrícolas.

El ácido fólico es la forma sintética de la vitamina B9, y juega un papel crítico en la reparación y la síntesis del ADN, y a la hora de determinar qué genes se activan o se desactivan.

Referencia bibliográfica: https://ehp.niehs.nih.gov/ehp604/