tag:blogger.com,1999:blog-16068935285551884032024-03-28T00:53:56.481+01:00Tu médico te informaActualidad en terapias alternativas y complementarias especialmente Medicina Natural, Homeopatía, Acupuntura y Nutrición. Medicina Integrativa.Dr. D. Joaquín Outón Ruizhttp://www.blogger.com/profile/08784279400760111460noreply@blogger.comBlogger866125tag:blogger.com,1999:blog-1606893528555188403.post-62809850572914255272023-07-17T12:10:00.001+02:002023-07-17T12:10:24.409+02:00 Suplementos en infecciones urinarias (parte III) ¿Pueden los probióticos ayudarnos a reducir las infecciones de orina?<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6tmOBxIH4TQ4zUikQPLWeJpfRMfCQBixX7Ynph8-U_xlX-bJzflJUArH5oHKdnTLBQi_DE-eWVNV5DxsVZ4ne35jie4zJRfVCIgRww3i9zfQQ8QkFhLPyUHao-TkFKys8OrQug6qTmlb2-U6W9krLbEEkgR4WppiC7Y6HAaoM2I6j_MJdd5ihS0CqJqVT/s740/microbiota3.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="468" data-original-width="740" height="126" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6tmOBxIH4TQ4zUikQPLWeJpfRMfCQBixX7Ynph8-U_xlX-bJzflJUArH5oHKdnTLBQi_DE-eWVNV5DxsVZ4ne35jie4zJRfVCIgRww3i9zfQQ8QkFhLPyUHao-TkFKys8OrQug6qTmlb2-U6W9krLbEEkgR4WppiC7Y6HAaoM2I6j_MJdd5ihS0CqJqVT/w200-h126/microbiota3.jpg" width="200" /></a></div>Un enfoque no antibiótico prometedor es el uso de cepas de lactobacilos probióticos. En contra de lo que se pensaba hasta hace unos años, la orina humana en condiciones normales no es estéril, pues posee su propia microbiota o conjunto de microorganismos residentes, que pueden ser comensales, mutualistas o patógenos.<p></p><p>Está formada por un amplio rango de 20-500 especies bacterianas de los filos Firmicutes, Actinobacteria, Fusobacteria, Bacteroidetes, Proteobacteria, Chloroflexi, Spirochaetes, Synergistetes y Fibrobacteres.</p><p>El uso de antibióticos de amplio espectro puede afectar negativamente a esta microbiota urinaria, disminuyendo la flora bacteriana beneficiosa y favoreciendo una selección de flora patógena, que podrá ocasionar síntomas de ITU.</p><p>Las especies de Lactobacillus son los organismos comensales predominantes presentes en las áreas vaginal y periuretral y son responsables de prevenir la adherencia y migración de patógenos al urotelio vesical. Se ha demostrado que una reducción significativa de los niveles de lactobacilos vaginales está asociada con un aumento de la tasa de colonización vaginal por E. coli y también se produce una disminución de los niveles después de las relaciones sexuales, el uso de espermicidas y en mujeres posmenopáusicas, todos los cuales han demostrado ser factores de riesgo de infecciones urinarias. El uso repetido de antibióticos también puede afectar adversamente la composición local de lactobacilos de la vagina.</p><p>Los lactobacilos ejercen sus efectos protectores a través de diferentes mecanismos. Estos organismos compiten con los uropatógenos por los receptores de adhesión del epitelio vaginal, evitando así que los organismos uropatógenos colonicen la vagina. La adhesión puede bloquearse por exclusión (ocupando sitios de unión de modo que los uropatógenos no puedan unirse inicialmente), competencia (compitiendo directamente con los uropatógenos por los receptores de adhesión disponibles en las células epiteliales vaginales) o desplazamiento (desplazando los uropatógenos que ya se han unido a las células epiteliales vaginales).</p><p>La competencia por los nutrientes, la producción de sustancias que son directamente tóxicas para las bacterias uropatógenas (como el peróxido de hidrógeno, las bacteriocinas y sustancias similares a las bacteriocinas) y la creación de un pH vaginal ácido (a través de la producción de ácido láctico) son otros mecanismos mediante los cuales los lactobacilos pueden reducir la colonización vaginal y uretral con uropatógenos.</p><p>Hay una creciente evidencia que relaciona la disbiosis (cambios en la diversidad o cantidad de microbiota urinaria normal) con algunas patologías urológicas, entre las que las ITUs ocupan un papel destacado. Otras patologías relacionadas con la disbiosis son la incontinencia urinaria de urgencia, cáncer de próstata, cáncer de vejiga, cistitis intersticial, infecciones de transmisión sexual, prostatitis crónica, etc…</p><p>También se ha demostrado que los lactobacilos tienen un papel en la modulación del sistema inmunológico del huésped, generando una respuesta inmune contra los uropatógenos.</p><p>Además de la aplicación intravaginal de lactobacilos, se ha demostrado que la administración oral da como resultado una colonización urogenital después del tránsito a través del tracto gastrointestinal.</p><br /><b><u>Bibliografía:</u></b><br /><ul style="text-align: left;"><li><span style="font-size: x-small;">Ceprnja M, Oros D, Melvan E, Svetlicic E, Skrlin J, Barisic K, Starcevic L, Zucko J, Starcevic A. Modeling of Urinary Microbiota Associated With Cystitis. Front Cell Infect Microbiol. 2021 Mar 16;11:643638.</span></li><li><span style="font-size: x-small;">Kline KA, Lewis AL. Gram-Positive Uropathogens, Polymicrobial Urinary Tract Infection, and the Emerging Microbiota of the Urinary Tract. Microbiol Spectr. 2016 Apr;4(2):10.1128/microbiolspec.UTI-0012-2012.</span></li><li><span style="font-size: x-small;">Lewis AL, Gilbert NM. Roles of the vagina and the vaginal microbiota in urinary tract infection: evidence from clinical correlations and experimental models. GMS Infect Dis. 2020 Mar 26;8:Doc02.</span></li><li><span style="font-size: x-small;">Neugent ML, Hulyalkar NV, Nguyen VH, Zimmern PE, De Nisco NJ. Advances in Understanding the Human Urinary Microbiome and Its Potential Role in Urinary Tract Infection. mBio. 2020 Apr 28;11(2):e00218-20.</span></li><li><span style="font-size: x-small;">Perez-Carrasco V, Soriano-Lerma A, Soriano M, Gutiérrez-Fernández J, Garcia-Salcedo JA. Urinary Microbiome: Yin and Yang of the Urinary Tract. Front Cell Infect Microbiol. 2021 May 18;11:617002.</span></li><li><span style="font-size: x-small;">Stapleton AE. The Vaginal Microbiota and Urinary Tract Infection. Microbiol Spectr. 2016 Dec;4(6):10.1128/microbiolspec.UTI-0025-2016.</span></li></ul>Dr. D. Joaquín Outón Ruizhttp://www.blogger.com/profile/08784279400760111460noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1606893528555188403.post-34424737299756746062023-06-08T11:21:00.002+02:002023-06-08T11:21:28.024+02:00Suplementos en infecciones urinarias (parte II)<p><span style="text-align: justify;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjE4MFevs_cUTRpNY6Rfpi1utT2FDQY1hm_tJ2uU9FZNheE3V5kC_WsaSX0NdbgTHsMQQYmz4y5qb5ot0UGJuS_Uhe1DS13DDPXDtfq2f3bAnZeyJ2JMCqRNLaPnyQIgHkEd8i0E1jU98oqUx1RhtZAmURr-M-gMlXoIiYrkWUJL_pIMtp4GBw-iLKMJg/s1280/an%C3%A1lisis%20orina.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="853" data-original-width="1280" height="133" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjE4MFevs_cUTRpNY6Rfpi1utT2FDQY1hm_tJ2uU9FZNheE3V5kC_WsaSX0NdbgTHsMQQYmz4y5qb5ot0UGJuS_Uhe1DS13DDPXDtfq2f3bAnZeyJ2JMCqRNLaPnyQIgHkEd8i0E1jU98oqUx1RhtZAmURr-M-gMlXoIiYrkWUJL_pIMtp4GBw-iLKMJg/w200-h133/an%C3%A1lisis%20orina.jpg" width="200" /></a></div>El <b style="text-align: justify;">arándano
rojo americano </b><span style="text-align: justify;">(Vaccinum macrocarpon) es una planta de la familia Ericaceae
y su papel en la prevención de infecciones urinarias recurrentes sigue siendo
objeto de debate, aunque el mecanismo de acción por el que actúa en las ITU se
basa en las propiedades antiadherentes de las proantocianidinas (PAC) de los
extractos de arándano, que actúan como inhibidores de los pili tipo P que
ayudan a las bacterias a adherirse a las células uroepiteliales.</span><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">Los componentes del arándano también pueden alterar
las propiedades de la superficie celular de las bacterias (como una reducción
en la longitud y densidad de las fimbrias), disminuyendo así la adherencia a
las células uroteliales. La exposición prolongada al arándano puede provocar
cambios morfológicos en E. coli, que pasa de forma de varilla a esférica, lo
que provoca menor capacidad de adherencia con las células uroteliales.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">Investigaciones recientes han demostrado que las
bacterias se vuelven más sensibles a los antimicrobianos cuando las PAC se
administran simultáneamente, debido a un efecto inhibidor complejo sobre el
mecanismo de resistencia a los antibióticos: aumentan la permeabilidad de las
células bacterianas a los antibióticos y disminuyen la actividad de las bombas
de salida de múltiples fármacos (responsables de eliminar la antimicrobiano de
la célula).<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">Otros autores sugirieren que otros componentes del
arándano (como el ácido ursólico) tienen un papel complementario o sinérgico de
los polifenoles de proantocianidina en el proceso de antiadhesión, al causar una
inhibición de la formación de biopelículas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">Un enfoque no antibiótico prometedor es el uso de
cepas de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">lactobacilos probióticos</b>.
En contra de lo que se pensaba hasta hace unos años, la orina humana en condiciones
normales no es estéril, pues posee su propia microbiota o conjunto de
microorganismos residentes, que pueden ser comensales, mutualistas o patógenos.
Está formada por un amplio rango de 20-500 especies bacterianas de los filos
Firmicutes, Actinobacteria, Fusobacteria, Bacteroidetes, Proteobacteria,
Chloroflexi, Spirochaetes, Synergistetes y Fibrobacteres.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">El uso de antibióticos de amplio espectro puede
afectar negativamente a esta microbiota urinaria, disminuyendo la flora
bacteriana beneficiosa y favoreciendo una selección de flora patógena, que
podrá ocasionar síntomas de ITU.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">Las especies de Lactobacillus son los organismos
comensales predominantes presentes en las áreas vaginal y periuretral y son
responsables de prevenir la adherencia y migración de patógenos al urotelio
vesical. Se ha demostrado que una reducción significativa de los niveles de
lactobacilos vaginales está asociada con un aumento de la tasa de colonización
vaginal por E. coli y también se produce una disminución de los niveles después
de las relaciones sexuales, el uso de espermicidas y en mujeres
posmenopáusicas, todos los cuales han demostrado ser factores de riesgo de
infecciones urinarias. El uso repetido de antibióticos también puede afectar
adversamente la composición local de lactobacilos de la vagina.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">Los lactobacilos ejercen sus efectos protectores a
través de diferentes mecanismos. Estos organismos compiten con los uropatógenos
por los receptores de adhesión del epitelio vaginal, evitando así que los
organismos uropatógenos colonicen la vagina. La adhesión puede bloquearse por
exclusión (ocupando sitios de unión de modo que los uropatógenos no puedan
unirse inicialmente), competencia (compitiendo directamente con los
uropatógenos por los receptores de adhesión disponibles en las células
epiteliales vaginales) o desplazamiento (desplazando los uropatógenos que ya se
han unido a las células epiteliales vaginales).<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">La competencia por los nutrientes, la producción de
sustancias que son directamente tóxicas para las bacterias uropatógenas (como
el peróxido de hidrógeno, las bacteriocinas y sustancias similares a las bacteriocinas)
y la creación de un pH vaginal ácido (a través de la producción de ácido
láctico) son otros mecanismos mediante los cuales los lactobacilos pueden reducir
la colonización vaginal y uretral con uropatógenos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">Hay una creciente evidencia que relaciona la
disbiosis (cambios en la diversidad o cantidad de microbiota urinaria normal)
con algunas patologías urológicas, entre las que las ITUs ocupan un papel
destacado. Otras patologías relacionadas con la disbiosis son la incontinencia
urinaria de urgencia, cáncer de próstata, cáncer de vejiga, cistitis
intersticial, infecciones de transmisión sexual, prostatitis crónica, etc…<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">También se ha demostrado que los lactobacilos
tienen un papel en la modulación del sistema inmunológico del huésped,
generando una respuesta inmune contra los uropatógenos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">Además de la aplicación intravaginal de
lactobacilos, se ha demostrado que la administración oral da como resultado una
colonización vaginal después del tránsito a través del tracto gastrointestinal.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><o:p> </o:p>La <b>gayuba </b>o<b> uva-ursi</b> (Arctostaphylos uva-ursi), posee
compuestos flavonoides que actúan en el tracto urinario como diuréticos facilitando
las micciones, mecanismo que facilita la eliminación de las bacterias
responsables de la aparición de episodios de cistitis.</p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">Además, posee una acción antiséptica sobre el
tracto urinario por la presencia en su composición de su principal principio
activo, la arbutina, que mediante una hidrólisis enzimática por la microbiota
intestinal, se obtiene hidroquinona que tiene acción antiséptica sobre el
tracto urinario. La hidroquinona es absorbida accediendo al hígado, donde se
conjuga con derivados glucurónicos y ésteres de sulfato que se eliminan a
través de la orina donde se libera parcialmente la hidroquinona ejerciendo el
efecto antiséptico. Para que la hidroquinona ejerza su acción es necesario que
la orina sea alcalina (pH> 7), ya que el principio activo se inactiva cuando
el pH es ácido. Durante el tratamiento con gayuba se recomienda seguir una
dieta rica en frutas y verduras, que alcalinizan la orina y conseguir así una
mayor eficacia. La máxima acción antibacteriana se alcanza aproximadamente de 3
a 4 horas después de la ingestión.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">Los extractos de uva ursi han demostrado in vitro
que son capaces de inhibir el crecimiento de Bacillus subtilis, Escherichia
coli, Pseudomonas aeruginosa, Salmonella typhimurium, Serratia marcescens,
Staphylococcus aureus, Streptococcus mutans, Proteus vulgaris, Staphylococcus
faecalis y aeroespacial.<o:p></o:p></p><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: inherit;">Bibliografía:</span></div><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; white-space: pre-wrap;"><ul style="text-align: left;"><li><span style="font-family: inherit; font-size: x-small;">Afshar K, Fleischmann N, Schmiemann G, Bleidorn J, Hummers-Pradier E, Friede T, Wegscheider K, Moore M, Gágyor I. Reducing antibiotic use for uncomplicated urinary tract infection in general practice by treatment with uva-ursi (REGATTA) - a double-blind, randomized, controlled comparative effectiveness trial. BMC Complement Altern Med. 2018 Jul 3;18(1):203.</span></li><li><span style="font-size: x-small;">Colletti A, Sangiorgio L, Martelli A, Testai L, Cicero AFG, Cravotto G. Highly Active Cranberry's Polyphenolic Fraction: New Advances in Processing and Clinical Applications. Nutrients. 2021 Jul 26;13(8):2546.</span></li><li><span style="font-size: x-small;">Datta R, Juthani-Mehta M. Antibiotic-sparing agents for uncomplicated cystitis: uva-ursi and ibuprofen not ready for primetime. Clin Microbiol Infect. 2019 Aug;25(8):922-924.</span></li><li><span style="font-size: x-small;">Gbinigie OA, Spencer EA, Heneghan CJ, Lee JJ, Butler CC. Cranberry Extract for Symptoms of Acute, Uncomplicated Urinary Tract Infection: A Systematic Review. Antibiotics (Basel). 2020 Dec 25;10(1):12.</span></li><li><span style="font-size: x-small;">González de Llano D, Moreno-Arribas MV, Bartolomé B. Cranberry Polyphenols and Prevention against Urinary Tract Infections: Relevant Considerations. Molecules. 2020 Aug 1;25(15):3523.</span></li><li><span style="font-size: x-small;">Moore M, Trill J, Simpson C, Webley F, Radford M, Stanton L, Maishman T, Galanopoulou A, Flower A, Eyles C, Willcox M, Hay AD, van der Werf E, Gibbons S, Lewith G, Little P, Griffiths G. Uva-ursi extract and ibuprofen as alternative treatments for uncomplicated urinary tract infection in women (ATAFUTI): a factorial randomized trial. Clin Microbiol Infect. 2019 Aug;25(8):973-980.</span></li><li><span style="font-size: x-small;">Rădulescu D, David C, Turcu FL, Spătaru DM, Popescu P, Văcăroiu IA. Combination of cranberry extract and D-mannose - possible enhancer of uropathogen sensitivity to antibiotics in acute therapy of urinary tract infections: Results of a pilot study. Exp Ther Med. 2020 Oct;20(4):3399-3406.</span></li><li><span style="font-size: x-small;">Samoilova Z, Smirnova G, Muzyka N, Oktyabrsky O. Medicinal plant extracts variously modulate susceptibility of Escherichia coli to different antibiotics. Microbiol Res. 2014 Apr;169(4):307-13.</span></li><li><span style="font-size: x-small;">Schindler G, Patzak U, Brinkhaus B, von Niecieck A, Wittig J, Krähmer N, Glöckl I, Veit M. Urinary excretion and metabolism of arbutin after oral administration of Arctostaphylos uvae ursi extract as film-coated tablets and aqueous solution in healthy humans. J Clin Pharmacol. 2002 Aug;42(8):920-7.</span></li><li><span style="font-size: x-small;">Sun J, Marais JP, Khoo C, LaPlante K, Vejborg RM, Givskov M, Tolker-Nielsen T, Seeram NP, Rowley DC. Cranberry (Vaccinium macrocarpon) oligosaccharides decrease biofilm formation by uropathogenic Escherichia coli. J Funct Foods. 2015 Aug;17:235-242.</span></li></ul></div>Dr. D. Joaquín Outón Ruizhttp://www.blogger.com/profile/08784279400760111460noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1606893528555188403.post-4026774588454552322023-05-22T11:54:00.000+02:002023-05-22T11:54:06.577+02:00Suplementos en infecciones urinarias (parte I)<p style="text-align: justify;"><u><b></b></u></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><u><b><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNVTJXmgckg0cngMWCmYBeNcLEPl2G03qNrRG70DceNuDBYFlPIZ6zlPXWZqueo8t3IHuY-nkI967QNVyAo-jo9Xczxcw9Se9q7GbSmZG3KaPCe_jyezQGLWHvwR2XHrxPdIhRYv2dEl1h04c0tjlUbqeZZJDWbP8K_L5tEWjI8g6iKkgS9Pbfst4DVA/s4741/pexels-mikhail-nilov-8669900.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4741" data-original-width="3160" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNVTJXmgckg0cngMWCmYBeNcLEPl2G03qNrRG70DceNuDBYFlPIZ6zlPXWZqueo8t3IHuY-nkI967QNVyAo-jo9Xczxcw9Se9q7GbSmZG3KaPCe_jyezQGLWHvwR2XHrxPdIhRYv2dEl1h04c0tjlUbqeZZJDWbP8K_L5tEWjI8g6iKkgS9Pbfst4DVA/w133-h200/pexels-mikhail-nilov-8669900.jpg" width="133" /></a></b></u></div><u><b>Introducción:</b></u><p></p><p style="text-align: justify;">Las infecciones del tracto urinario (ITU) constituyen la segunda patología infecciosa, tras las infecciones respiratorias, como motivo de consulta en atención primaria, relacionándose en el ámbito hospitalario con la presencia de catéteres urinarios. Se producen por vía ascendente de un uropatógeno que coloniza la mucosa periuretral, habitualmente procedente del intestino. Principalmente se manifiestan con un síndrome miccional. Las infecciones de vías urinarias altas entre las que incluyen aquellas infecciones que afectan a parénquima-pelvis renal y/o próstata se pueden producir por vía ascendente o por vía hematógena y clínicamente suelen asociar un síndrome infeccioso. El riesgo de recurrencia en los seis meses siguientes es mayor en las infecciones por Escherichia coli. La prevalencia de ITUs sintomáticas es mayor en mujeres, con un pico a los 14-24 años relacionado con la actividad sexual, y resolución espontánea de los síntomas en 1 de cada 4 casos. Son la causa más frecuente de bacteriemia de origen comunitario, y responsables del 5-7% de las sepsis graves que requieren ingreso en UCI, con posible evolución a fallo multiorgánico. Entre un 50-60% de mujeres premenopáusicas presentan un episodio de ITU sintomática. Se calcula que a los 70 años un 15% de mujeres presenta bacteriuria asintomática, cifra que aumenta al 30-40% en ancianas hospitalizadas o ingresadas en instituciones geriátricas y prácticamente al 100% en portadoras de sonda urinaria permanente. En el medio hospitalario, representan hasta el 40% de las infecciones nosocomiales, y son el reservorio institucional más importante de patógenos resistentes. En las unidades de cuidados intensivos hospitalarias, son las segundas infecciones más frecuentes, después de las neumonías asociadas a la ventilación mecánica.</p><p style="text-align: justify;"><b><u>Clasificación de las ITUS:</u></b></p><p style="text-align: justify;">Las infecciones urinarias se pueden clasificar en:</p><p></p><ul style="text-align: left;"><li style="text-align: justify;">ITU no complicada.</li><li style="text-align: justify;">ITU complicada: ITU en pacientes que presentan alguna situación que pueda implicar una evolución desfavorable, como embarazadas, hombres, inmunodeprimidos, insuficiencia renal, trasplante renal, problemas neurológicos que puedan causar obstrucción de vías urinarias, nefrostomías, etc.</li><li style="text-align: justify;">ITU asociada a catéter.</li><li style="text-align: justify;">ITU recurrente (ITUr): recurrencias de ITU (no complicada o complicada), cuando acontecen 2 episodios de ITU en seis meses o 3 episodios de ITU en doce meses.</li><li style="text-align: justify;">Urosepsis: cuando aparece una sepsis asociada a una ITU que causa riesgo vital.</li></ul><p></p><p style="text-align: justify;">Por su localización anatómica, nos encontramos con:</p><p></p><ul style="text-align: left;"><li style="text-align: justify;">ITU de vía urinaria baja: uretritis, cistitis, prostatitis.</li><li style="text-align: justify;">ITU de vía urinaria alta: pielonefritis, absceso intrarrenal, absceso periférico.</li></ul><p></p><p style="text-align: justify;"><b><u>Origen y causas de las ITUS:</u></b></p><p style="text-align: justify;">Las ITUs pueden estar causadas por una gran variedad de patógenos, entre los que se incluyen bacterias Gram negativas, Gram positivas y hongos.</p><p style="text-align: justify;">En general, se suele aislar un único patógeno en la mayoría de los casos, excepto en casos de anomalías del aparato urinario o en pacientes con cateterización crónica de la vía urinaria (polibacterianas). La bacteria más frecuentemente aislada es la E coli uropatógena, tanto en ITUs no complicadas (75%) como en ITUs complicadas (65%). La infección por este patógeno aumenta la probabilidad de recurrencia en 6 meses.</p><p></p><ul style="text-align: left;"><li style="text-align: justify;">En ITUs no complicadas otros gérmenes causantes son: Klebsiella pneumoniae, Staphylococcus saprophyticus, Enterococcus faecalis, Streptococcus del grupo B, Proteus mirabilis, Pseudomona aeruginosa, Staphylococcus aureus y Candida spp.</li><li style="text-align: justify;">En ITUs complicadas, por detrás de E coli, los patógenos más frecuentes son: Enterococcus spp, K. pneumoniae, Candida spp, S. aureus, P. mirabilis, P. aeruginosa y Streptococcus del grupo B.</li></ul><p></p><p style="text-align: justify;">La E. coli se adhiere a las células del urotelio mediante fimbrias, siendo la más común, las fimbrias o pilli de tipo 1 en cuyo extremo existe una adhesina llamada FimH, que generan una respuesta inflamatoria temprana al reclutar neutrófilos en el tracto urinario. Estas fimbrias son manosasensibles o sea que tienen afinidad para adherirse a la manosa. Otras fimbrias mediante las cuales se pueden adherir, son las tipo P (fimbrias de pielonefritis) que tienen un mayor tropismo para el riñón y se asocian con infecciones más severas (renales). Las fimbrias P no son manosasensibles, pero poseen receptores para las proantocianidinas (PAC) que contiene el arándano rojo.</p><p style="text-align: justify;">Los antibióticos son la principal herramienta terapéutica pero su uso está asociado con numerosos efectos secundarios, como diarrea, náuseas, vómitos, cefaleas, ardor vaginal y candidiasis, así como otros menos comunes y más graves. El uso prolongado de antibióticos puede provocar además la alteración de la microbiota normal y la resistencia a los antibióticos, lo que dificulta el tratamiento de futuras infecciones urinarias, que se consideran como “daños colaterales”.</p><p style="text-align: justify;">Por todas estas razones, las posibles medidas y tratamientos no farmacológicos para las infecciones urinarias entre los que están los cambios de ciertos hábitos, plantas medicinales como el arándano, probióticos y los suplementos de D-manosa, están sido cada vez más objeto de investigación.</p><p style="text-align: justify;">La <b>D-manosa</b> es un tipo de azúcar (un isómero monosacárido de la glucosa) inerte que se metaboliza y excreta en la orina y actúa inhibiendo la adhesión bacteriana al urotelio al unirse a la adhesina FimH de la punta de la fimbria tipo 1. De esta forma, ha demostrado ser beneficiosa al reducir la incidencia de infecciones recurrentes del tracto urinario y sus síntomas, aumentando también la duración entre episodios de recurrencias, mejorando en consecuencia la calidad de vida del paciente. La D-manosa empleada conjuntamente con antibióticos ha mostrado una reducción significativa en los urocultivos positivos para bacterias y una mejoría en síntomas como urgencia urinaria, frecuencia, incontinencia de urgencia, cistitis recurrente, dolor de vejiga y uretra, en comparación con las mujeres tratadas solo con antibióticos.</p><p style="text-align: justify;">Una nueva investigación sugiere que la D-manosa también puede actuar como un modulador inmunológico. La mayoría de las investigaciones sobre las fimbrias tipo 1 y las infecciones urinarias se centran en la E. coli. aunque se han descrito pili tipo 1 en otros miembros de la familia Enterobacteriaceae, entre los que se incluye Klebsiella pneumoniae, Shigella flexneri, Salmonella typhimurium, Serratia marcescens y Enterobacter cloacae. Muchos de estos son uropatógenos de ITUr comunes, por lo que la D-manosa podría prevenir su adhesión al urotelio.</p><p style="text-align: justify;">Los datos disponibles en la literatura destacan la tolerabilidad de la D-manosa, con efectos secundarios mínimos que corresponden, principalmente, a la diarrea.</p><p style="text-align: justify;">Por todo ello, la D-manosa se puede utilizar como tratamiento complementario o alternativo para las infecciones recurrentes del tracto urinario.</p><p style="text-align: justify;"><u>Bibliografía:</u></p><p style="text-align: justify;"></p><ul><li><span style="font-size: x-small;">De Nunzio C, Bartoletti R, Tubaro A, Simonato A, Ficarra V. Role of D-Mannose in the Prevention of Recurrent Uncomplicated Cystitis: State of the Art and Future Perspectives. Antibiotics (Basel). 2021 Apr 1;10(4):373.</span></li><li><span style="font-size: x-small;">Domenici L, Monti M, Bracchi C, Giorgini M, Colagiovanni V, Muzii L, Benedetti Panici P. D-mannose: a promising support for acute urinary tract infections in women. A pilot study. Eur Rev Med Pharmacol Sci. 2016.</span></li><li><span style="font-size: x-small;">Hatton NE, Baumann CG, Fascione MA. Developments in Mannose-Based Treatments for Uropathogenic Escherichia coli-Induced Urinary Tract Infections. Chembiochem. 2021 Feb 15;22(4):613-629.</span></li><li><span style="font-size: x-small;">Lenger SM, Bradley MS, Thomas DA, Bertolet MH, Lowder JL, Sutcliffe S. D-mannose vs other agents for recurrent urinary tract infection prevention in adult women: a systematic review and meta-analysis. Am J Obstet Gynecol. 2020 Aug;223(2):265.e1-265.e13</span></li><li><span style="font-size: x-small;">Rădulescu D, David C, Turcu FL, Spătaru DM, Popescu P, Văcăroiu IA. Combination of cranberry extract and D-mannose - possible enhancer of uropathogen sensitivity to antibiotics in acute therapy of urinary tract infections: Results of a pilot study. Exp Ther Med. 2020 Oct;20(4):3399-3406.</span></li></ul><p></p><p style="text-align: justify;"><br /></p>Dr. D. Joaquín Outón Ruizhttp://www.blogger.com/profile/08784279400760111460noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1606893528555188403.post-8499357767879685872022-03-18T11:42:00.004+01:002022-03-18T11:59:34.208+01:00Un nuevo ensayo clínico confirma que el empleo de insaponificables de soja y aguacate (Arthrocen) reduce la inflamación sistémica y calidad de vida en pacientes con artrosis de rodilla.<p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiH-GlT61NElCAWhUW61A3WZbD4B06R_-tCwHSqif8-vzOHovgNXZPo18QxDOQP-HwGk9V3UwpPP6B63ojSjYREURxDckXoCHpU_r5cKwANh5n1P18WPbWfamvjrzD-KBcSTxOH2uTbc8KJv3S2PQO-y1GtP1Vg4dRJ80VzEaYCzUQcbftkfW7pA3R0vw/s6000/3d-render-of-medical-figure-with-close-up-of-knee-and-glowing-bones.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="5872" data-original-width="6000" height="196" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiH-GlT61NElCAWhUW61A3WZbD4B06R_-tCwHSqif8-vzOHovgNXZPo18QxDOQP-HwGk9V3UwpPP6B63ojSjYREURxDckXoCHpU_r5cKwANh5n1P18WPbWfamvjrzD-KBcSTxOH2uTbc8KJv3S2PQO-y1GtP1Vg4dRJ80VzEaYCzUQcbftkfW7pA3R0vw/w200-h196/3d-render-of-medical-figure-with-close-up-of-knee-and-glowing-bones.jpg" width="200" /></a></div>El estudio aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo valoró las muestras de suero de los 119 pacientes con artrosis bilateral de rodilla de leve a moderada para comprobar la eficacia y los
efectos de la administración de insaponificables de aguacate/soja (ASU) con una dosis de 300 mg/día, sobre los cambios de
citoquinas involucradas durante 3 meses..<p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Además se procedió a la recogida de datos clínicos mediante los
principales cuestionarios que se emplean para valorar los síntomas de la
artrosis como son el índice de osteoartritis de las universidades de Western
Ontario y McMaster (WOMAC), una encuesta breve de 20 ítems (SF-20), el índice
de gravedad de la osteoartritis de la rodilla de Lequesne (LISOK) y tres
escalas analógicas visuales (EVA).<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Los niveles séricos de mediadores químicos que intervienen
en la patogénesis de la artrosis como las interleuquinas 2 (IL-2), IL-4, IL-10,
IL-17α y factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α) se midieron mediante la
técnica ELISA.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Los niveles séricos de interleucinas antiinflamatorias 4 y 10 también aumentaron, mientras que los niveles de citocinas inflamatorias IL-17 y TNF-ɑ disminuyeron significativamente en comparación con los grupos de control durante el tratamiento valorados a los 3 y 6 meses.</p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Los resultados demostraron también que tanto los índices de calidad
de vida, la sensación de dolor y la puntuación de los cuestionarios
especializados en valorar la artrosis que se emplearon, mejoraron
significativamente en pacientes con artrosis que recibieron ASU.</p>
<span style="font-size: 11pt; line-height: 107%;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: 11pt;">Los autores concluyeron que el consumo de ASU puede
aumentar la calidad de vida en pacientes con artrosis a través de la mejora de
la inflamación y la mejora de la incapacidad funcional sin efectos adversos a
largo plazo.</span></div></span><div><span style="font-size: 11pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div><div><span style="font-size: 14.6667px;">Referencia bibliográfica: <a href="https://www.mdpi.com/1648-9144/58/2/228/htm">https://www.mdpi.com/1648-9144/58/2/228/htm</a></span></div><div>Imagen: <a href="https://www.freepik.es/fotos/anatomia">Foto de anatomia creado por kjpargeter - www.freepik.es</a></div>Dr. D. Joaquín Outón Ruizhttp://www.blogger.com/profile/08784279400760111460noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1606893528555188403.post-57189716746782246272022-01-10T12:48:00.000+01:002022-01-10T12:48:07.287+01:00COVID-19 vs gripe<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEilpjAhD7QdjpRNrFh3Ix6J1YGjX4aBwxOU-kZiqum2hmy8cE9sUi3_VNqxHuGMzFaw7hNZc6Jq5rUQFHexYWT0QI2wgXK7pcDydtFt5XpyZ4vzG8E0uGDZf3YI8Q1jVOPM0-vyatkfeakNqpD4VCLeAgNO-czC-ThhoMBkd38WkF_NpJjKrc3397s6TQ=s960" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="960" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEilpjAhD7QdjpRNrFh3Ix6J1YGjX4aBwxOU-kZiqum2hmy8cE9sUi3_VNqxHuGMzFaw7hNZc6Jq5rUQFHexYWT0QI2wgXK7pcDydtFt5XpyZ4vzG8E0uGDZf3YI8Q1jVOPM0-vyatkfeakNqpD4VCLeAgNO-czC-ThhoMBkd38WkF_NpJjKrc3397s6TQ=s320" width="320" /></a></div><br />Con toda probabilidad, durante la pandemia
de la COVID-19, hayamos escuchado que la infección por el SARS-CoV-2, tiene
muchas similitudes con la que produce el virus de la gripe o influenza, ya que
ambas son enfermedades respiratorias contagiosas que se transmiten mediante un
virus. Además, pueden tener síntomas comunes que hace que a veces se confundan,
por lo que hay que recurrir a otras pruebas diagnósticas por las dudas que
suscitan incluso entre el personal médico más avezado. Para complicar aún más
la situación, existen numerosos virus respiratorios, responsables de catarros
simples o incluso las alergias, que pueden dar síntomas similares con lo que
aumenta la confusión y la posibilidad de error en el diagnóstico. Sin embargo,
a pesar de las múltiples semejanzas que poseen, también presentan claros
síntomas y signos diferenciadores que nos pueden permitir saber cuándo estamos
ante una infección por uno u otro virus.<p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Entre las diferencias, la más
importante es el </span><b style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">agente causal</b><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">, pues
se trata de infecciones por virus diferentes, siendo en la gripe los virus de
la influenza A y B pertenecientes a la familia Orthomixoviridae, y en el caso
de la COVID-19, el virus SARS-CoV-2, un tipo de coronavirus.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">En cuanto al mecanismo de </span><b style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">transmisión</b><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">, tanto la COVID-19 como la
gripe pueden propagarse de persona a persona entre personas que están en
contacto cercano entre sí (a menos de 1´5-2 metros de distancia) especialmente
en espacios cerrados y mal ventilados. La transmisión de ambos procesos infecciosos
es similar, pues se contagian a través de gotitas de saliva que se liberan al
hablar, toser, estornudar o cantar. Las partículas víricas exhaladas y
vehiculizadas en estas minúsculas gotas, pueden penetrar en las vías
respiratorias al ser inhaladas o pueden propagarse de una persona a otra cuando
tocamos una superficie donde han podido depositarse estas gotas cargadas de
virus bien directamente procedentes del árbol respiratorio de quien contagia, o
de forma indirecta como por ejemplo ocurre al estrechar la mano de alguien que
ha estornudado o tosido y se ha tapado con la mano. Tras entrar en contacto con
esas superficies contaminadas si nos tocamos la boca, nariz u ojos, podremos
contagiarnos.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">De esta forma de contagio, se derivan las
principales medidas preventivas como son el aislamiento de los enfermos, el uso
de mascarillas y la higiene de manos y superficies.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">En el caso de la COVID-19, la probabilidad
de transmisión es más alta, ya que se contagian de 2 a 3 personas por cada
persona infectada en comparación a 1,3 personas por gripe común, aunque con las nuevas variantes como la ómicron, esta cifra es aún superior</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">Ambas infecciones víricas, comparten </span><b style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">síntomas </b><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">comunes como son la fiebre,
tos, cansancio (astenia), dificultad para respirar (disnea), dolor faríngeo,
congestión nasal, dolores musculares, cefaleas o síntomas digestivos como
náuseas, vómitos y/o diarrea También sus complicaciones más graves, pueden ser
similares, pues puede aparecer neumonía, síndrome de dificultad respiratoria
aguda, infartos, miocarditis, encefalitis, ictus e incluso muerte.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">No obstante, hay diferencias reconocibles.
La mucosidad nasal, tos y dolor de garganta son más comunes en los catarros y
gripe y la fiebre alta, la diarrea, el cansancio y la tos en la COVID-19, pero
muy especialmente en esta última la pérdida del olfato y la alteración en el
sentido del gusto.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">La variabilidad de los síntomas como
vemos, es muy amplia y hay pacientes que la pasan de una forma prácticamente
asintomática, que pueden recuperarse perfectamente en sus domicilios, a otros
donde los síntomas son intensos precisando ingreso hospitalario.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">Por último, la gravedad de los síntomas es
mayor en la COVID-19, siendo la principal complicación la neumonía que en
algunos casos precisa ingreso en UCI y provoca una mayor mortalidad en
comparación con la gripe, al menos 3´5 veces más alta frente a los casos de
gripe.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">El </span><b style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">curso
evolutivo</b><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;"> es también diferente, el periodo de incubación que va desde el
momento del contagio hasta la aparición de los primeros síntomas, en la
infección por SARS-CoV-2 suele ser de unos 5 días, aunque puede alargarse hasta
los 14 días, mientras que en la gripe este espacio de tiempo es de 1 a 4 días.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">En cuanto a la </span><b style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">contagiosidad</b><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;"> y la velocidad de transmisión, la de la COVID-19 es
mayor que la de la gripe, especialmente en las nuevas cepas descritas como las
delta y delta plus, en las que las últimas investigaciones apuntan también a un
cambio en los síntomas más comunes, donde el dolor de cabeza y la secreción
nasal pasan a ser los indicadores más habituales de infección por estas
variantes. Esto hace que muchos pacientes puedan confundirlo con un
"resfriado fuerte" y no ser conscientes del contagio de coronavirus.
También son menos comunes los síntomas más característicos de la COVID-19, como
la falta de aire y la pérdida del gusto.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">El espacio de tiempo en el que es
contagiosa una persona con gripe o influenza, va desde el día anterior a la
aparición de los síntomas hasta una semana después de haber debutado con la
infección, aunque los recién nacidos y las personas inmunodeprimidas pueden
serlo durante periodos más largos, situándose el periodo de máxima
contagiosidad en los primeros 3-4 días de la enfermedad. En cuanto a la
COVID-19, es posible que las personas puedan propagar el virus aproximadamente
desde 2 días antes de manifestar los primeros signos o síntomas (o posiblemente
antes) y permanecer contagiosas durante al menos 10 días después de la primera
aparición de los signos o síntomas. Una persona asintomática o cuyos síntomas
desaparecen puede seguir contagiando por al menos 10 días después de su
resultado positivo en la prueba de detección del COVID-19. Las personas
hospitalizadas con casos graves de la enfermedad y las personas con el sistema
inmunitario debilitado pueden contagiar durante al menos 20 días o más.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">Las </span><b style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">complicaciones</b><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">
de la COVID-19 con respecto a la gripe, también son diferentes, pues en la
primera pueden aparecer trastornos de la coagulación y como posibles
consecuencias clínicas de este proceso, destaca la potencial aparición de trombosis,
entre las que se incluyen principalmente la embolia pulmonar o la trombosis venosa
profunda. En el caso de los niños, la infección por SARS-CoV-2 puede provocar un
síndrome multisistémico inflamatorio en el que se produce una inflamación grave
de algunos órganos y tejidos, como el corazón, los pulmones, los vasos
sanguíneos, los riñones, el aparato digestivo, el cerebro, la piel o los ojos.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">A corto-medio plazo, la COVID puede
presentar multitud de síntomas que se conocen como síndrome post-COVID-19,
muchos de los cuales son síntomas persistentes y otros síntomas nuevos. El
síndrome post-COVID-19 se define por la persistencia de signos y síntomas
clínicos que surgen durante o después de padecer la COVID-19, permanecen más de
12 semanas y no se explican por un diagnóstico alternativo. Los síntomas pueden
fluctuar o causar brotes. Se ha descrito en pacientes con independencia de si
pasaron una COVID-19 leve o grave. Fatiga, cansancio y dolor de cabeza son los
síntomas persistentes más frecuentes después de haber pasado la COVID-19. La
falta de aire también es frecuente, pudiendo ser ocasionalmente grave, y pueden
persistir o intensificarse los dolores y debilidad musculares, mareo,
palpitaciones, dolor de pecho, pérdida del olfato o del gusto, tos, febrícula,
dolor de garganta, dispepsia y otras molestias abdominales, lesiones cutáneas,
parestesias, una mayor dificultad para concentrarse o problemas de memoria.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">Se han descrito además pacientes que tras
la infección permanecen con secuelas cardíacas después de haber padecido un
infarto de miocardio o una miocarditis o aparecer insuficiencia renal o una
eliminación elevada de proteínas en la orina, sin olvidar trastornos psicológicos,
como la ansiedad o el insomnio e incluso depresión más grave o de estrés
postraumático. Otras complicaciones que podemos encontrar son la diabetes,
hipertensión e incluso los problemas neurológicos: desde la falta de
coordinación hasta una menor tolerancia al calor.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">En cuanto al </span><b style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">tratamiento</b><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;"> hoy en día se están administrando unas mal llamadas
vacunas para la COVID-19 que en el fondo no son vacunas, ya que éstas previenen
y nos preservan de sufrir una enfermedad y hasta ahora eso no ocurre con las
“vacunas” comercializadas hasta la fecha en la transmisión de la infección por
SARS-CoV-2, ya que lo único que consiguen es que pasemos una COVID-19 más leve
(lo cual no es poco), pero no evitan que nos podamos contagiar y contagiar a la
vez a los demás. Sin embargo, con la vacuna de la gripe, sí podemos decir que
previenen de la gripe y que por tanto estamos ante una auténtica vacuna.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">Para ambos casos, se disponen de
antivirales, que solo han demostrado una relativa eficacia y no están exentos
de efectos secundarios.</span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;"> </span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">En el caso de la
gripe, se utilizan por ejemplo el oseltamivir o el zanamivir. En el de la COVID-19,
se han utilizado numerosos fármacos antivirales a nivel hospitalario cuyo uso
ha quedado invalidado con el paso del tiempo, ya que no aportaban ningún
beneficio, estando en la actualidad las esperanzas puestas en el molnupiravir
que sería el primer fármaco antiviral de uso no hospitalario que podría
administrarse el paciente en su domicilio ante la aparición de los primeros
síntomas. En España se está desarrollando posiblemente uno de los antivirales
más potentes que se conocen la plitidepsina, que produce la ascidia, un
invertebrado marino, presente en las aguas de algunos mares, como el que rodea
a Ibiza.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">Desde la medicina
integrativa son numerosas también las opciones que se nos proponen, existiendo
una cierta evidencia científica con el empleo de moléculas naturales como el
propóleo, la equinácea, las vitaminas C y D, el zinc, la quercetina, la
lactoferrina o la melatonina por citar algunos y recuerde que la mejor medicina
es la preventiva y no la que cura o palía los síntomas, por lo que un sistema
inmunológico fuerte que se consigue con hábitos saludables, puede ser el mejor
remedio para combatir esta infección.</span></p>Dr. D. Joaquín Outón Ruizhttp://www.blogger.com/profile/08784279400760111460noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1606893528555188403.post-37530838614501781882021-08-12T14:04:00.001+02:002021-08-12T14:04:39.842+02:00Azafrán, una planta que podría ayudarte a dormir mejor<p><span style="background-color: white;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6Pi2qKdGudlKgFzVvHFRIA_Bsj-F-FPmsVyHfg77wNFLmMJU5dF2Djfs-vXPkwdaZke-OfNM9e8RX_LY6Vxbc_w4mS7FmKXKBtkKGa79xFfDJCniS1gkhccFZGKqC8wFonaf9guebJvrl/s960/crocus-279574_960_720.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="960" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6Pi2qKdGudlKgFzVvHFRIA_Bsj-F-FPmsVyHfg77wNFLmMJU5dF2Djfs-vXPkwdaZke-OfNM9e8RX_LY6Vxbc_w4mS7FmKXKBtkKGa79xFfDJCniS1gkhccFZGKqC8wFonaf9guebJvrl/s320/crocus-279574_960_720.jpg" width="320" /></a></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">El insomnio y los trastornos del sueño son motivos de preocupación
importantes en todo el mundo, pero especialmente en las sociedades occidentales
donde presentan una alta prevalencia. Además, puede generar problemas durante
las actividades diarias, induciendo astenia, déficit de atención, inestabilidad
anímica, ansiedad o incluso depresión. El insomnio se asocia también con una
reducción del volumen del hipocampo, de los niveles de ácido
gamma-aminobutírico cortical (GABA) durante el día y modificación de la
actividad del núcleo caudado.</span></div><p></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin: 8.3pt 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-weight: bold; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 18.0pt;">Para tratar esta enfermedad, existen fármacos eficaces, como las
benzodiazepinas o los agonistas de los receptores de las benzodiazepinas, pero
el uso de estos fármacos debería restringirse por su tolerancia y el riesgo
elevado de dependencia, morbilidad y mortalidad con el uso a largo plazo, por
lo que la búsqueda de compuestos seguros y eficientes sin efectos adversos es
fundamental.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin: 8.3pt 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-weight: bold; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 18.0pt;">Existe una creciente e importante evidencia científica sobre la eficacia
del extracto de azafrán </span><span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">en el tratamiento de la depresión y la ansiedad, pero aunque existen
estudios que demuestran que puede inducir efectos beneficiosos sobre la
duración y calidad del sueño, aún no se ha investigado su efecto sobre la calidad
del sueño utilizando herramientas objetivas. Por ello, se realizó un estudio
controlado, aleatorizado, doble ciego, en sujetos que presentaban un trastorno
del sueño de leve a moderado asociado a ansiedad. Participaron sesenta y seis
sujetos que fueron aleatorizados en dos grupos, que recibieron o un placebo
(maltodextrina) o un extracto de azafrán (15,5 mg al día) durante 6 semanas.</span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin: 8.3pt 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Para
recopilar de forma objetiva los datos relacionados con la calidad del sueño se
empleó la actigrafía al inicio, a la mitad y al final de la intervención. La
calidad del sueño también se evaluó mediante los cuestionarios</span> <span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">de evaluación de sueño
de Leeds (LSEQ) y el de Pittsburgh (PSQI) y la calidad de vida con el
cuestionario short form-36 (SF-36). Tras seis semanas de suplementación con
azafrán se observó una mayor permanencia en la cama evaluada por actigrafía, una
mayor facilidad para conciliar el sueño evaluada por el cuestionario LSEQ y a
una mejor calidad del sueño, latencia del sueño, duración del sueño y
puntuaciones globales evaluadas por el cuestionario PSQI, mientras que esos
parámetros no se vieron modificados por el placebo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin: 8.3pt 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">En comparación con los somníferos
químicos, esas mejoras deben considerarse modestas pero interesantes e
importantes en comparación con otros suplementos dietéticos y/o productos de
fitoterapia, según los datos de actigrafía.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin: 8.3pt 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El mecanismo de acción del extracto de
azafrán sobre la calidad y la duración del sueño no se conoce del todo. Se
sabe que el safranal activa las neuronas promotoras del sueño del núcleo
preóptico ventrolateral e inhibe las neuronas promotoras de la vigilia del
núcleo tuberomamilar in vitro. En ratones, las crocinas modulan el sistema
de excitación histaminérgico o colinérgico para inducir el sueño no
REM. Además, el extracto de azafrán y sus compuestos activos son bien
conocidos por modular los niveles de serotonina, dopamina, norepinefrina,
glutamato y neurotransmisores GABA-A y la regulación de los niveles cerebrales
de esos neurotransmisores por el azafrán probablemente contribuya en gran
medida a los efectos positivos del azafrán en la calidad del sueño.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin: 8.3pt 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">En conclusión, esos resultados sugieren
que el extracto de azafrán podría ser una estrategia nutricional natural y
segura para mejorar la duración y la calidad del sueño en la población que
presenta trastorno primario crónico del sueño leve a moderado.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 8.3pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 8.3pt;"><span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Fuente bibliográfica: <a href="https://www.mdpi.com/2072-6643/13/5/1473" target="_blank">Pachikian BD, CopineS, Suchareau M, Deldicque L. Effects of Saffron Extract on Sleep Quality: ARandomized Double-Blind Controlled Clinical Trial. Nutrients. 2021 Apr27;13(5):1473. doi: 10.3390/nu13051473. PMID: 33925432; PMCID: PMC8145009.</a><o:p></o:p></span></p>Dr. D. Joaquín Outón Ruizhttp://www.blogger.com/profile/08784279400760111460noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1606893528555188403.post-24790075436005201612021-06-18T10:23:00.002+02:002021-06-18T11:19:56.501+02:00Incontinencia urinaria<p><span style="text-align: justify;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTBjAWOKIDl1meStc966yTHP57-IuK5ZBguurD2CTyh6tAqyEdExe_7P5AqqLX8bh5FR1VlHfqbrY2n684UKxSFVvXRyZkD8j1j2M2F_PjW7HZvQKshJCdPsI7SYzyuAewHJgswVciERuQ/s1000/medical-problem-incontience-concept-displeased-afro-american-woman-hods-crotch-waits-near-closed-wc-needs-toilet.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="667" data-original-width="1000" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTBjAWOKIDl1meStc966yTHP57-IuK5ZBguurD2CTyh6tAqyEdExe_7P5AqqLX8bh5FR1VlHfqbrY2n684UKxSFVvXRyZkD8j1j2M2F_PjW7HZvQKshJCdPsI7SYzyuAewHJgswVciERuQ/s320/medical-problem-incontience-concept-displeased-afro-american-woman-hods-crotch-waits-near-closed-wc-needs-toilet.jpg" width="320" /></a></div></div>La incontinencia urinaria es la
pérdida del control de la vejiga o incapacidad de controlar la micción que
afecta más a personas mayores y sigue siendo un problema infradiagnosticado e
infratratado, influyendo en esta situación diferentes circunstancias, como los sentimientos
de vergüenza, la aceptación de que es un problema irresoluble, involutivo y
normal que aparece con el envejecimiento, la falta de formación específica y de
sensibilización de los profesionales sanitarios, etc. Constituye uno de los
problemas crónicos que más merma la calidad de vida de las personas que la
sufren, ya que incluso, los pacientes mayores declaran tener más problemas de
movilidad que los que sufren artrosis, artritis o reumatismos, mientras que
otros refieren mayor riesgo de caídas debido a la urgencia por encontrar un
baño, o problemas de sueño y fatiga durante el día por tener que levantarse por
la noche para orinar. Los efectos psicosociales de la incontinencia suelen
llevar implícitos numerosos trastornos emocionales, entre los que se encuentran
la pérdida de autoestima y la discontinuidad en las actividades laborales,
sexuales y sociales.<p></p><p><span style="text-align: justify;">El progresivo incremento de la
esperanza de vida y el paulatino envejecimiento de la población española va a
suponer el aumento del número de afectados. Al menos, entre un 10 y un 20 por
ciento de los mayores de 65 años que viven de forma independiente en sus
domicilios sufren incontinencia y cuando necesitan ser ingresados en
residencias por necesidad de cuidados, su frecuencia alcanza al 60-80 por
ciento de ellos. La prevalencia de la incontinencia urinaria aumenta con la
edad y es más frecuente en la mujer que en el varón por la influencia que la multiparidad
desempeña sobre el suelo pélvico, provocando una mayor debilidad y pérdida de
su resistencia, así como al hipoestrogenismo que se establece a partir de la
menopausia.</span></p><p><span style="text-align: justify;">Existen varios tipos de
incontinencia urinaria:</span></p><p></p><ul style="text-align: left;"><li><span style="text-align: justify; text-indent: -18pt;">Incontinencia de esfuerzo. La orina se escapa en
pequeña cantidad al ejercer presión sobre la vejiga al toser, estornudar, reír,
hacer ejercicio o levantar algo pesado. Esta forma de incontinencia se
relaciona con debilidad o fallos en la musculatura del suelo pélvico, casi
siempre debido a los partos múltiples, la obesidad, las operaciones
ginecológicas o prostáticas, la pérdida de elasticidad y tensión que se
incrementa también con los años y el déficit estrogénico que tiene lugar en la
menopausia.</span></li><li>Incontinencia de urgencia. Existe una necesidad
repentina e intensa de orinar, seguida de una pérdida involuntaria de orina. Es
posible tener que orinar con frecuencia, incluso durante toda la noche. La
incontinencia imperiosa puede deberse a una afección menor, como una infección
o hiperplasia benigna de próstata, o a una enfermedad más grave, como un
trastorno neurológico (ictus, Parkinson, demencia…) o diabetes.</li><li>Incontinencia mixta. Se producen más de un tipo
de incontinencia urinaria a la vez.</li></ul><p></p><p class="MsoListParagraphCxSpLast" style="mso-list: l1 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">El tratamiento debe iniciarse con
las medidas más básicas y sencillas, para plantear posteriormente y dependiendo
del tipo de incontinencia el tratamiento farmacológico, e incluso en algunas
personas mayores bien seleccionadas, un tratamiento quirúrgico.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Algunas de las medidas generales
y básicas son evitar el consumo de sustancias excitantes (alcohol, café, cola, té);
evitar la ingesta de líquidos por las tardes-noches; salir de casa con la
vejiga vacía; utilizar ropa con sistemas de apertura y cierre sencillos
(elásticos o velcros); reducir o cambiar los fármacos potencialmente implicados
en la aparición de incontinencia urinaria (diuréticos, psicofármacos); evitar
el estreñimiento; facilitar el acceso al retrete y la utilización del orinal,
cuña o botella cuando precise; técnicas de modificación de conducta: como los
ejercicios del suelo pélvico; el reentrenamiento vesical o las micciones
programadas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Los casos de incontinencia
urinaria de esfuerzo requieren fortalecer el suelo pélvico, por lo que debe
indicarse la realización de un programa de gimnasia destinada a tonificar esta
musculatura. La técnica más extendida es la realización de los ejercicios de
Kegel y el empleo de conos vaginales de diferentes pesos. Los resultados
positivos de esta primera medida, siempre y cuando sea instaurada en las fases
iniciales de la patología, están sobre el 80%.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Donde los fármacos han demostrado
una mayor efectividad es en la incontinencia de urgencia, destacando sobre todo
los antimuscarínicos (fesoterodina, oxibutinina, flavoxato, solifenacina, cloruro
de trospio), contraindicados en algunas enfermedades (deterioro cognitivo,
demencia, glaucoma, arritmias o insuficiencia renal). Sus efectos secundarios,
fundamentalmente la sequedad de boca, la taquicardia y la excitación, son muy
graves en algunos pacientes, que en ocasiones deben abandonar el tratamiento. También
existen plantas medicinales cuyos alcaloides tienen ese mismo efecto (antimuscarínico,
anticolinérgico o antiespasmódico), como la hioscina o escopolamina (del beleño
-Hyoscyamus niger-) y la atropina (de la belladona -Atropa belladona-), usados ya
en Egipto, China e India hace 4000 años, pero por sus efectos secundarios y
riesgo de toxicidad, no se recomienda su uso a no ser en forma de preparados
farmacéuticos bajo supervisión médica. Un grupo más reciente de fármacos lo
constituyen los agonistas beta-3 adrenérgicos (mirabegrón) con la misma
efectividad clínica que los antimuscarínicos, y tal vez menos efectos adversos,
aunque con menor evidencia científica. En algunos casos de incontinencia de
esfuerzo, ciertos fármacos como la duloxetina, pueden ser efectivos, aunque en
este tipo de incontinencia es donde las técnicas quirúrgicas (como los <span style="mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;">cabestrillos
uretrales o la colposuspensión) tienen un papel más destacado. </span><span style="background: white; color: black;">Otras plantas medicinales estudiadas en el
tratamiento de la incontinencia urinaria, son el kalanchoe (</span>Bryophyllum
pinnatum) y el gegen (Puerariae lobatae, de donde se prepara también el kudzu),
aunque los resultados por ahora son solo preliminares. <span style="mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;">Por último, se han ensayado
instilaciones con pimienta de cayena (Capsicum annuum) que provoca la desensibilización
de la vejiga, así como con toxina botulínica para el control de la urgencia
miccional.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;">Históricamente, la vejiga y la orina
se han considerado estériles, pero las nuevas técnicas diagnósticas han demostrado
la existencia de una amplia gama de organismos como Lactobacillus,
Corynebacterium, Streptococcus, Actinomyces, Staphylococcus, Gardnerella y
Bifidobacterium que podrían estar implicados en la disfunción del tracto
urinario inferior. Existen diferencias del microbioma entre los diferentes
subtipos de incontinencia urinaria y los individuos asintomáticos y que además
pudieran ser las responsables de la respuesta o no al tratamiento anticolinérgico.
Otro factor a considerar es la contribución de los bacteriófagos (virus que
infectan a las bacterias) al microbioma urinario, que podrían contribuir a la
salud del tracto urinario. Recientemente, se realizó una observación
interesante en pacientes sometidos a trasplante de microbiota fecal. Un año
después del trasplante, el número de infecciones urinarias recurrentes
disminuyeron de 4 a 1, mientras que, en el grupo de control, el número no
cambió, por lo que se sugiere una posible relación entre la microbiota
intestinal y las comunidades microbianas de la vejiga. La evidencia sugiere también
que la vagina y la microbiota urinaria están interconectadas. A medida que
aumente nuestro conocimiento de la microbiota urinaria, deberíamos esperar
poder diferenciar los organismos comensales comunes de los colonizadores
bacterianos que probablemente tengan un efecto negativo en la función urotelial
y potencialmente conduzcan a hipersensibilidad de la vejiga y posiblemente los
probióticos especialmente del género Lactobacillus dirigidos a la vejiga pueden
convertirse en los próximos agentes terapéuticos en la salud de la vejiga.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">La enuresis nocturna, es otra
forma de incontinencia urinaria que tiene lugar por la noche en el niño mayor
de 5 años. Afecta a casi el 20 por ciento de los niños de 5 años y un 10 por
ciento de los de 10 y en el 85-90 % de los casos es hereditario. Cuando el niño
no ha estado seco por las noches durante un periodo superior a 6 meses, se la
llama primaria, y si ha existido un periodo de continencia nocturna superior a
seis meses y vuelve a mojar la cama, secundaria, que suele ser consecuencia de
una situación estresante vivida por el menor (divorcio de los padres,
nacimiento de un hermano, problemas escolares…) o por el agravamiento de alguna
enfermedad que favorezca la enuresis, como el estreñimiento, disfunción del
tracto urinario inferior, apnea del sueño, diabetes, hipotiroidismo o
enfermedad renal crónica.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Esta situación
<span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-hansi-font-family: Calibri;">puede deteriorar de una forma importante la
calidad de vida del niño, desde el punto de vista social y psicológico,
generando un importante estrés, disminución del rendimiento escolar y depresión.
Este trastorno, está infradiagnosticado, ya que sólo uno de cada tres niños
está diagnosticado, debido a que muchas veces los padres lo ocultan -sobre todo
cuando uno de los padres lo ha padecido- <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y otras le restan importancia al problema
considerando que ya se corregirá solo y piensan que el pañal es un buen remedio
cuando el niño moja la cama, lo que hace que se cronifique el problema.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-hansi-font-family: Calibri;">Las
estrategias más comunes utilizadas por los padres para manejar esta situación
son despertar al niño durante la noche para que orine y limitar la ingesta de
agua antes de acostarse. Las terapias conductuales o educativas para la
enuresis, como la uroterapia (programas conductuales en los que se enseña a los
niños -y a veces a los cuidadores- cómo funciona la vejiga, las posturas y los
métodos adecuados para ir al baño, los horarios para ir al baño y la
planificación de qué y cuánto beber</span>) o el entrenamiento muscular del
suelo pélvico están ampliamente aceptadas y se consideran como una opción de
tratamiento en estas situaciones, jugando el empleo de fármacos<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>un papel secundario. También se propone como
tratamiento además del manejo conductual, los dispositivos de alarma que
despiertan al niño cuando notan la humedad y la desmopresina que es un análogo
sintético de la hormona antidiurética, solos o combinados.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="background: white; color: black;">Existen estudios etnofarmacológicos sobre el empleo de
plantas medicinales practicado por curanderos y herbolarios tradicionales en
diferentes áreas del planeta para el tratamiento de la enuresis, donde entre
las diferentes plantas medicinales empleadas, destacan el hipérico, el aceite
esencial de ciprés, la biznaga, la cúrcuma, el lúpulo y el azafrán. De menor
importancia y efectividad, están las bayas de saúco, el aguacate o el regaliz.
La efectividad de estas plantas medicinales, se basan en el uso tradicional,
pero no está validada por ensayos clínicos, lo que no quiere decir que no
pudieran mostrar una cierta eficacia, simplemente que no se han estudiado. Sí
existen pequeños estudios con el Yokukansan, un remedio de la medicina
tradicional japonesa basado en una mezcla de plantas medicinales</span> <span style="background: white; color: black;">aprobado por la Agencia Japonesa de
Medicamentos que se emplea para el nerviosismo, insomnio, enfermedad de
Parkinson y los terrores nocturnos y rabietas de los niños, que ha mostrado su
efectividad en la enuresis infantil.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="background-color: white;">Bibliografía:</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><ul><li><span style="background-color: white; text-indent: -18pt;"><span style="font-size: x-small;">Aoki Y,
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</span><span style="background-color: white; text-indent: -18pt;">CD, Spineli</span><span style="text-indent: -18pt;"> </span><span style="background-color: white; text-indent: -18pt;">L, Deng</span><span style="text-indent: -18pt;"> </span><span style="background-color: white; text-indent: -18pt;">Q, Kwong</span><span style="text-indent: -18pt;">
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Gegen (Puerariae lobatae Radix) water extract on improving detrusor
overactivity in spontaneously hypertensive rats. Phytomedicine. 2016 Jun
1;23(6):672-8.</span></li></ul><div><span style="font-size: x-small;">Fotografía: <a href='https://www.freepik.es/fotos/foto'>Foto de Foto creado por wayhomestudio - www.freepik.es</a></span></div><div><span style="font-size: x-small;"><br /></span></div><p></p>Dr. D. Joaquín Outón Ruizhttp://www.blogger.com/profile/08784279400760111460noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1606893528555188403.post-65113345031158733972021-04-03T09:12:00.000+02:002021-04-03T09:12:03.355+02:00Alergia primaveral<p style="text-align: justify;"><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"></span></p><div class="separator" dir="rtl" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3mTYJRFE39jALWiLZ4qSiquroYqQqjmrjzpm-JjIVjbZcT1XUHTXZu8bN4FVoPl_VHBVoH59vVi4PRBD-XePAZ_F-qtpO7XXhb6C7MK_n0f8joQWxbR735JbCR9OXztdh42-cq2Ten4XB/s960/primavera.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="960" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3mTYJRFE39jALWiLZ4qSiquroYqQqjmrjzpm-JjIVjbZcT1XUHTXZu8bN4FVoPl_VHBVoH59vVi4PRBD-XePAZ_F-qtpO7XXhb6C7MK_n0f8joQWxbR735JbCR9OXztdh42-cq2Ten4XB/w320-h213/primavera.jpg" width="320" /></a></div><div style="text-align: justify;">De una forma
simplista, podemos decir que <u>la alergia es</u> aquel proceso que tiene lugar en
nuestro organismo, cuando nuestro sistema inmunitario da una respuesta
exagerada a cualquier estímulo externo. En condiciones normales, supongamos que
estamos respirando partículas de polen, en nuestro aparato respiratorio se
desencadenan respuestas como el estornudo o la tos para evitar que entren éstas
en nuestras vías respiratorias, aumenta la secreción de moco y se cierran un
poco los bronquios para evitar que penetren más profundamente esos pólenes y se
queden pegadas en la mucosidad. Si esto mismo se produce de forma intensa y con
cantidades mínimas de polen apareciendo tos continua, salvas de estornudos,
aumento de la secreción de mucosidad y broncoconstricción intensa, efectivamente
estaremos evitando la entrada del polen, pero de una forma que también
estaremos provocando daños en nuestro organismo, y es esta forma de reaccionar
excesiva, lo que conocemos como alergia. Aunque es raro con las alergias a
pólenes, a ácaros o a epitelios de animales y es más propio de reacciones
alérgicas a medicamentos o a alimentos, se puede provocar una respuesta tan
intensa que puede poner en peligro la vida de quien la sufre, al producirse una
afectación de todo el organismo con hipotensión y dificultad respiratoria,
denominada shock anafiláctico y que constituye una emergencia médica.</div><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="text-indent: 35.4pt;">Las alergias están
en un claro aumento de su <u>incidencia</u> en la población general, pues se calcula
que en la actualidad con respecto a los datos de hace los últimos 40 años, el
número de alérgicos a determinadas sustancias se ha duplicado e incluso en
algunas alergias, triplicado, estimándose que el 25% de los niños en la
actualidad ha sufrido alguna alergia, y es que, en el desarrollo de esta
patología, cada vez tienen más peso los factores medioambientales frente a los
puramente genéticos. Los últimos datos, nos avisan de que en dos décadas es
posible que el 50% de la población de países industrializados haya desarrollado
una alergia.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="text-indent: 35.4pt;">Entre las
<u>causas</u> que están provocando el aumento de la incidencia está sin lugar a dudas,
el auge de la industria química, que cada vez lanza nuevas sustancias y en
mayor cantidad a nuestro entorno, pudiendo actuar como alérgenos o sustancias
capaces de provocar una alergia, ya sea en lo que comemos, en lo que
respiramos, o en todo aquello que entra en contacto con nuestra piel. Pero
estas sustancias químicas también pueden actuar por otro mecanismo mediante el
que amplifican e intensifican la respuesta alérgica o favoreciendo la
penetración de estas sustancias en nuestro organismo. En este sentido, hace
unos años se publicó un estudio realizado en Japón en el que se comprobó que
los niños que vivían cerca de autopistas tenían más alergias y eran más
intensas que los niños que residían en zonas rurales con una mayor
concentración de pólenes. Por si esto fuera poco, estas partículas procedentes
de la combustión sobre todo de los motores diésel, también nocivas para las
plantas, son capaces de provocar que éstas fabriquen ciertas proteínas para
defenderse, proteínas que las hacen más alergénicas. Estos hechos se han podido
comprobar en estudios realizados también en España como el llevado a cabo en el
hospital Vall d´Hebron de Barcelona.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="text-indent: 35.4pt;">La otra vía
por la que están aumentando las alergias, está explicada perfectamente por la
“teoría higienista”, que defiende que un exceso de higiene y un ambiente
excesivamente estéril en los primeros años de vida, donde a los niños se les
vacuna frente a cada vez más virus y bacterias, se emplean numerosos
antibióticos frente a cualquier infección, se esteriliza todo lo que nos rodea
(biberones, chupetes, suelo,….), provoca que nuestro sistema inmunitario
preparado para defendernos de gérmenes y que necesita para su maduración de los
estímulos microbianos, al “verse sin trabajo” se dedique entonces a defenderlo
de otras sustancias que no son patógenas, identificando una simple partícula de
polvo, de polen o del pelo del gato como un cuerpo extraño peligroso, o incluso
cometa errores por esa falta de “entrenamiento” reaccionando de forma anómala
frente a sustancias que no tendrían por qué provocarnos una alergia.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="text-indent: 35.4pt;">Estos hechos
explicarían la paradoja de por qué hay más personas con alergia y con síntomas
mucho más importantes en zonas urbanas frente a las zonas rurales y debe quedar
claro que no estoy invitando a rechazar la higiene, los planes de vacunación o
los antibióticos cuando son necesarios, pero sí es cierto que deberíamos de
sobreproteger menos a nuestros menores y a nosotros mismos.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="text-indent: 35.4pt;">Las alergias a
los pólenes, aparecen cuando se produce la polinización, siendo diferente para
cada planta o especie vegetal, por lo que podemos ver cómo hay personas que sus
<u>síntomas</u> los experimentan en diferentes momentos del año. Lo normal es que los
síntomas se circunscriban a la zona de las vías respiratorias altas,
apareciendo como síntomas, el picor nasal, de ojos o incluso oídos, el aumento
de la secreción nasal en forma de mucosidad muy fluida y poco adherente y los
estornudos en forma de salvas. Es lo que se conoce como fiebre del heno. A
veces los síntomas pueden afectar a las vías respiratorias bajas apareciendo
con dificultad para respirar, siendo incluso audibles sin necesidad de un
fonendoscopio los llamados pitidos o sibilancias con el consiguiente desarrollo
del asma bronquial. Además, cada vez son más frecuentes las alergias a
diferentes elementos, no ya sólo a pólenes, sino que coexisten por citar un
ejemplo con alergias al epitelio del perro y a la leche.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="text-indent: 35.4pt;">Las <u>pruebas
alérgicas</u> tienen solo una justificación cuando se propone como tratamiento el
empleo de las vacunas, ya que, para elaborarlas necesitamos conocer a qué se es
alérgico. Estas vacunas contienen una pequeña cantidad de esa sustancia a la
que somos alérgicos que se va aumentando en cada dosis para que nuestro cuerpo
se vaya acostumbrando y la tolere, que es lo que se conoce como
“desensibilización”, considerándose el único tratamiento capaz de modificar el
curso natural de la enfermedad. Sin embargo, las vacunas solo son eficaces
frente a los alérgenos que nos hemos vacunado (puede haber otros muchos más, ya
que es imposible hacer pruebas cutáneas para todos los pólenes de plantas o
todos los epitelios de animales). Una vez terminado la vacunación, algunas
personas pueden no volver a tener síntomas frente a los alérgenos que se habían
incorporado en la vacuna, pero otras con el tiempo pueden volver a presentarlos
o incluso manifestar alergias nuevas.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="text-indent: 35.4pt;">En cuanto al
<u>tratamiento</u>, las alergias se tratan con antihistamínicos y corticoides en los
casos de peor control a los que se pueden asociar broncodilatadores si está
comprometida la función respiratoria. Frente a estos medicamentos no exentos de
efectos secundarios, disponemos de numerosos recursos no farmacológicos capaces
de controlar los síntomas del proceso alérgico, pudiendo combinarse remedios
que disminuyen la respuesta alérgica con otros que cubren los síntomas locales.
Entre las plantas medicinales capaces de modificar la respuesta alérgica,
tenemos numerosas opciones, entre las que podemos destacar:</span></p><p style="text-align: justify;"></p><ul><li><span style="text-indent: -18pt;">Onagra (Oenothera biennis): Tiene propiedades
antihistamínicas, por lo que puede ser muy útil para las urticarias en ingesta
oral y para los eccemas provocados por la alergia cuando la aplicamos
tópicamente. Su uso previene la aparición de alergias respiratorias y reduce
sus síntomas.</span></li><li>Reishi (Ganoderma lucidum): Posee distintos
principios activos que actúan sobre el fenómeno alérgico, pues es antioxidante,
antiinflamatorio, antihistamínico y en las concentraciones y cantidades
adecuadas puede actuar como la cortisona.</li><li>Escutelaria (Scutellaria baicalensis): En este
caso, ejerce una acción es similar a la que ejerce el cromoglicato disódico,
impidiendo que los mastocitos liberen histamina. Además, contiene sustancias
antioxidantes que neutralizan los efectos tóxicos de los radicales libres.</li><li>Sol de oro (Helychrisicum stoechas): Posee
propiedades antihistamínicas que ayudan a contrarrestar los síntomas alérgicos.</li><li>Quercetina: Suele extraerse de la planta Sophora
japonica L., pero está ampliamente distribuida en el reino vegetal, siendo la
cebolla el alimento que la contiene en mayor cantidad. Inhibe la liberación de
leucotrienos, que son los mediadores químicos responsables de la contracción de
la fibra muscular lisa del árbol bronquial entre otros, relacionados con la
broncoconstricción de los fenómenos asmáticos, por lo que es útil en el asma
alérgico.</li><li>Grosellero negro (Ribes nigrum): Actúa sobre la
glándula suprarrenal estimulando la síntesis de cortisol endógeno que tiene la
propiedad de ser un gran antiinflamatorio y de tener los efectos de los
corticoides sin los efectos secundarios de éstos.</li><li>Fumaria: Posee una acción muy importante
antihistamínica, por ello se usa con éxito en las alergias y el asma.</li></ul>Por último,
como soluciones no farmacológicas, debe considerarse a la acupuntura y a la
homeopatía que también han demostrado una alta eficacia pudiendo complementarse
también muy bien con la fitoterapia. Como ve, existen multitud de opciones
terapéuticas en el tratamiento de la alergia, pero recuerde que para elegir
bien cuál es la que mejor puede irle a usted, debe consultar con un buen
profesional.<p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>Dr. D. Joaquín Outón Ruizhttp://www.blogger.com/profile/08784279400760111460noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1606893528555188403.post-1655555852536518252021-03-16T11:54:00.001+01:002021-03-16T12:15:18.193+01:00¿Pueden los probióticos ejercer algún papel en la COVID-19?<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3dHtf1DN6hY8EyKzSidGSu4OFoOo3jo0T4vKn1i3bO-ko9PlqpiukCxJPD3R-jm7NjlfBjDQ-RcKlzdGgvJQQCAjfU_yoA-9BpFysZCzVO60JuRaG4nvYpeYPvWmg2EnplNYQbFsYY2p-/s720/lactobacilo.webp" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="720" height="156" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3dHtf1DN6hY8EyKzSidGSu4OFoOo3jo0T4vKn1i3bO-ko9PlqpiukCxJPD3R-jm7NjlfBjDQ-RcKlzdGgvJQQCAjfU_yoA-9BpFysZCzVO60JuRaG4nvYpeYPvWmg2EnplNYQbFsYY2p-/w156-h156/lactobacilo.webp" width="156" /></a></span></div><span style="font-family: inherit;"><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">El papel de la microbiota digestiva y pulmonar y la utilidad potencial de la
suplementación con probióticos en la COVID-19 no están completamente establecidos,
aunque los resultados de estudios sobre otras enfermedades infecciosas parecen sugerir
un efecto beneficioso. Los probióticos han demostrado eficacia en la prevención de
infecciones de repetición de vías respiratorias, gastroenteritis infecciosas y sepsis,
habiéndose asociado también con una menor incidencia de neumonías asociadas a
ventilación mecánica en pacientes hospitalizados en unidades de cuidados intensivos.</span></div></span><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">En la COVID-19, los probióticos podrían tener un efecto
terapéutico a través de diferentes mecanismos
moleculares, capaces de influir tanto en la
transmisibilidad del SARS-CoV-2 como en la respuesta
inmunológica del huésped.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Como el virus SARS-CoV-2 se transmite también a través
de las heces, especialmente en niños, la administración
de probióticos podría interferir con este mecanismo
reforzando la barrera epitelial intestinal y compitiendo
directamente con la proliferación del SARS-CoV-2.
Además, los probióticos específicos también son capaces
de potenciar la respuesta inmune local y sistémica,
implicando también al sistema respiratorio a través de
una compleja red de interacciones con el sistema
inmunológico y el microbioma respiratorio, creando un
“eje intestino-pulmón” que finalmente favorecería el
aclaramiento del agente infeccioso. De hecho, influir en
el microbioma intestinal puede conducir a una mayor
producción local y sistémica de diferentes citoquinas
proinflamatorias con actividad antiviral, como los
interferones tipo 1.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Además, los probióticos pueden mejorar la actividad del
sistema inmunológico innato y adaptativo con diferentes
mecanismos moleculares, entre los que se incluye el
aumento de la expresión de los receptores tipo toll (TLR)
y de la actividad de las células presentadoras de
antígenos.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Aparte de los mecanismos moleculares, que sugieren
una utilidad potencial de la suplementación con
probióticos en la COVID-19, también se tienen datos
interesantes de pacientes con otras viriasis como la
infección por influenza.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">En estos pacientes, la administración de probióticos se
asocia con una mejoría clínica, con un aumento de la
respuesta inmune adaptativa humoral y celular contra el
virus y también con una mejor respuesta inmune
humoral después de la vacunación.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Finalmente, el microbioma tiene un papel en la
modulación de las respuestas inmunes e inflamatorias.
Influye en el equilibrio entre los linfocitos T helper 17
(con actividad proinflamatoria) y linfocitos T reguladores
(antiinflamatorio), evitando así la sobreactivación del
sistema inmunológico. Por lo tanto, en la COVID-19 los
probióticos podrían reducir los niveles sistémicos de
citoquinas proinflamatorias, asociadas con la “tormenta
de citoquinas”, y causar una elevación de las citoquinas
antiinflamatorias séricas, como la IL-10.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Aunque representa una terapia adyuvante
prometedora, se necesitan más estudios para definir la
población que podría beneficiarse de la administración
de probióticos. Además, es necesario definir mejor la
cepa de probióticos (o una mezcla de cepas) que se
utilizará, la posología y la duración de los tratamientos.
En este sentido, es importante destacar que la mayoría
de los estudios sobre la prevención de infecciones
respiratorias pediátricas se realizan utilizando cepas de
Lactobacillus, Bifidobacterium, o mezclas de ambas, con
una duración variable, que suele oscilar entre 3 y 12
meses.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Bibliografía:</span></p><p style="text-align: justify;"></p><ul><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">Hao Q, Dong BR, Wu T. Probiotics for preventing acute upper respiratory tract infections. Cochrane Database Syst Rev. 2015;2:CD006895.</span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">Baud D, Dimopoulou Agri V, Gibson GR, Reid G, Giannoni E. Using probiotics to flatten the curve of coronavirus disease COVID-2019 pandemic. Front Public Health. 2020;8:186.</span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">Lehtoranta L, Pitkäranta A, Korpela R. Probiotics in respiratory virus infections. Eur J Clin Microbiol Infect Dis. 2014 Aug;33(8):1289–302.</span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">Budden KF, Gellatly SL, Wood DL, Cooper MA, Morrison M, Hugenholtz P, Hansbro PM. Emerging pathogenic links between microbiota and the gut-lung axis. Nat Rev Microbiol 2017 Jan;15(1):55–63.</span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">Dhar D, Mohanty A. Gut microbiota and Covid-19- possible link and implications. Virus Res. 2020;285:198018.</span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">Lei WT, Shih PC, Liu SJ, Lin CY, Yeh TL. Effect of probiotics and prebiotics on immune response to influenza vaccination in adults: a systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials.
Nutrients. 2017;9(11):1175.</span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">Suez J, Zmora N, Segal E, Elinav E. The pros, cons, and many unknowns of probiotics. Nat Med 2019 May;25(5):716–729.</span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">Wang Y, Li X, Ge T, Xiao Y, Liao Y, Cui Y, et al. Probiotics for prevention and treatment of respiratory tract infections in children: A systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials.
Medicine (Baltimore). 2016 Aug;95(31):e4509.</span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">Costagliola G, Spada E, Comberiati P, Peroni DG. Could nutritional supplements act as therapeutic adjuvants in COVID-19?. Ital J Pediatr. 2021 Feb 15;47(1):32.</span></li></ul><p></p>Dr. D. Joaquín Outón Ruizhttp://www.blogger.com/profile/08784279400760111460noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1606893528555188403.post-91027189694568037792021-02-05T10:32:00.001+01:002021-02-05T10:49:52.794+01:00Menor mortalidad por COVID-19 con un mayor nivel de omega-3 en sangre<p style="text-align: left;"><span style="text-align: justify;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMGjjKH0jADO8wFd039-JvRkKI56t4LqvlNOAx2ArROED4q7tc9cdnb4ZMMF7Q4zCvgVwS8sCYZr9W-jSFPWCIzmwXLdGVoDxSRljNVQy_RCGaKfsjQZD5Stuc8yW3vr571RcPDwPrvnwv/s1880/pexels-photo-4031867.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1253" data-original-width="1880" height="133" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMGjjKH0jADO8wFd039-JvRkKI56t4LqvlNOAx2ArROED4q7tc9cdnb4ZMMF7Q4zCvgVwS8sCYZr9W-jSFPWCIzmwXLdGVoDxSRljNVQy_RCGaKfsjQZD5Stuc8yW3vr571RcPDwPrvnwv/w200-h133/pexels-photo-4031867.jpeg" width="200" /></a></div>No hay duda de que la actual
pandemia de la COVID-19, está suponiendo un gran reto para la comunidad
científica internacional. Se espera y desea, que las vacunas puedan retrasar en
breve la propagación del SARS-CoV-2 y que los medicamentos consigan disminuir
los efectos adversos de la infección, pero urgen medidas preventivas, que sean
asequibles, seguras y de fácil acceso para la mayoría de la población. En la
actualidad, se está acumulando numerosas evidencias sobre el potencial de la
vitamina D, que al igual que los ácidos grasos omega-3, tienen múltiples
efectos antiinflamatorios y también pueden reducir el riesgo de resultados
adversos de COVID-19.<p></p><p style="text-align: left;"><span style="text-align: justify;">Un grupo de investigadores del Instituto
de Investigación de Ácidos Grasos (FARI) y colaboradores del Centro Médico
Cedars-Sinai en Los Ángeles y en el condado de Orange (Estados Unidos), han
publicado en la revista ”</span><i style="text-align: justify;">Prostaglandins,
Leukotrienes and Essential Fatty Acids</i><span style="text-align: justify;">” un estudio en el que se evidencia
que tener unos niveles más altos de ácidos grasos omega-3 en sangre se
relacionan con un menor riesgo de muerte por COVID-19.</span></p><p style="text-align: left;"><span style="text-align: justify;">Su trabajo, partió sobre la base
de investigaciones previas, en las que se relacionaban a los ácidos grasos omega-3
de cadena muy larga (EPA y DHA) por sus propiedades antiinflamatorias, como
posibles candidatos para reducir la morbilidad y la mortalidad por la infección
por COVID-19.</span></p><p style="text-align: left;"><span style="text-align: justify;">Este estudio piloto se realizó en
100 pacientes para probar la hipótesis de que los niveles de EPA + DHA en los
glóbulos rojos (índice Omega-3, O3I) estarían inversamente asociados con el
riesgo de muerte tras analizar sus muestras de sangre extraídas en el ingreso
hospitalario.</span></p><p style="text-align: left;"><span style="text-align: justify;">En la fase grave de la COVID-19,
se produce una elevación rápida de citocinas inflamatorias, como las TNF-alfa,
IL-1β e IL-6, que conducen a la llamada "tormenta de citocinas", por
lo que, desde el punto de vista preventivo, sería importante minimizar la
liberación de citocinas. Los ácidos grasos omega-3 de cadena muy larga (DHA y
EPA) que se encuentran en los aceites de pescado, entre sus múltiples
actividades biológicas incluyen directa e indirectamente la modulación de las
respuestas inflamatorias y la liberación de citosinas y tener unos niveles
altos de estos omega-3 en sangre, se asocian con niveles más bajos de citocinas
inflamatorias circulantes, habiéndose comprobado que el EPA y DHA son
precursores de un conjunto de mediadores que resuelven la inflamación (MRI;
resolvinas, maresinas y proteínas) capaces de resolver de la inflamación aguda.</span></p><p style="text-align: left;"><span style="text-align: justify;">Los resultados confirmaron que el
riesgo relativo de muerte fue aproximadamente cuatro veces mayor en aquellos
con un O3I más bajo en comparación con aquellos con niveles más altos, lo que sugiere
que estos ácidos grasos pueden ayudar a reducir el riesgo de resultados
adversos en Covid-19.</span></p><p style="text-align: left;"><span style="text-align: justify;">Existe un debate científico sobre
si son más aptos para mejorar los niveles de estos ácidos grasos en sangre los
suplementos procedentes del pescado o del krill, pero a la luz de los resultados
de las investigaciones, estos niveles se consiguen de forma más rápida e
intensa con la toma de suplementos de krill.</span></p><p style="text-align: left;"><span style="text-align: justify;">Referencia bibliográfica: <a href="https://reader.elsevier.com/reader/sd/pii/S0952327821000132?token=AEF42A0E29B9BD5C00BE0D9A744F20C24CDACF9ADFFE9E2EE4021C846F506F13F96C75DEC973BA490BA55F248D69BF2C">AsherA, Tintle NL, Myers M, Lockshon L, Bacareza H, Harris WS. Blood omega-3 fattyacids and death from COVID-19: A pilot study. Prostaglandins Leukot EssentFatty Acids. 2021 Jan 20;166:102250.</a></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>Dr. D. Joaquín Outón Ruizhttp://www.blogger.com/profile/08784279400760111460noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1606893528555188403.post-49213974581100295152021-01-29T10:18:00.000+01:002021-01-29T10:18:09.663+01:00Sistema inmune, aliado contra la covid-19<p style="text-align: left;"><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: inherit;"></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0PKa0jT8pBBV2_xZhtxraW_YDdFKbSCSD9ZtGm-os8hYq2w3md5pDYa0CI85FLHRDuJaMegOBiK17-jro7xQE4cLLDfV63OGsT9b_Os8wS4EP2IWxcQ4EZZGJvqNDDt-kj-OqhRZkAJBs/s1880/defensas.jpeg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1253" data-original-width="1880" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0PKa0jT8pBBV2_xZhtxraW_YDdFKbSCSD9ZtGm-os8hYq2w3md5pDYa0CI85FLHRDuJaMegOBiK17-jro7xQE4cLLDfV63OGsT9b_Os8wS4EP2IWxcQ4EZZGJvqNDDt-kj-OqhRZkAJBs/s320/defensas.jpeg" width="320" /></a></span></div><span style="font-family: inherit;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Aún recuerdo, no sin cierta
nostalgia, una frase que me impactó cuando empezaba a dar mis primeros pasos
dentro de la medicina naturista, un aforismo hipocrático que habla de la “Vis
Medicatrix Naturae”, es decir la fuerza curativa de nuestra propia naturaleza,
de nuestro cuerpo. Hoy ante esta pandemia de Covid-19, hacemos todo al
contrario de lo que nos enseñaba Hipócrates de Cos, nos hemos olvidado de la
capacidad defensiva que de forma innata posee nuestro organismo, para delegar
todo el peso del tratamiento en agentes externos como son los fármacos y las
vacunas, esperándolos como si fuera a llover maná del cielo para que nos
resuelvan el problema que se nos ha generado, no confiando y olvidándonos de
esa capacidad restauradora y sanadora de nuestra propia naturaleza con la que todos
contamos.</span></div></span><p></p><p style="text-align: left;"><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: inherit;">Nuestro
organismo está expuesto constantemente a microorganismos (bacterias, virus, hongos y
parásitos) que se encuentran en cualquier superficie de nuestro cuerpo, ya sea
interna o externa, muchos de los cuales son capaces de originar enfermedades
graves si invaden los tejidos más profundos. Además, estamos expuestos
intermitentemente a otras bacterias y virus del ambiente (distintos de los que
suelen encontrarse en nuestro organismo) que pueden causar enfermedades
mortales como la neumonía, meningitis o gangrena gaseosa.</span></span></p><p style="text-align: left;"><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: inherit;">Afortunadamente, la naturaleza
es sabia y nuestro organismo tiene un sistema especial para evitar estas
situaciones y combatir los diferentes agentes infecciosos y tóxicos, el sistema
inmune. Nuestro sistema inmunológico, o lo que es lo mismo, nuestras defensas,
está formado por un conjunto de mecanismos mediante los cuales nuestro
organismo es capaz de reconocer a elementos extraños (antígenos), fabricando frente
a estos, sustancias (anticuerpos o respuesta humoral, mediada por
inmunoglobulinas, citoquinas, complejo mayor de histocompatibilidad y sistema
del complemento ) o células (células inmunocompetentes o respuesta celular,
mediada por leucocitos o glóbulos blancos) que reaccionan con los primeros,
manteniéndose así la integridad del organismo.</span></span></p><p style="text-align: left;"><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: inherit;">Pero cuando en nuestro sistema
inmunológico se alteran tanto la respuesta celular como la humoral, nos hacemos
más propensos a las infecciones, apareciendo catarros, otitis, neumonías, etc.,
lo que podría debilitar aún más nuestro sistema inmunológico, cerrándose un
círculo vicioso que cuesta romper como es fácil ver en los niños (por inmadurez
inmunológica) y personas mayores (por inmunosenescencia) que sufren
constantemente procesos infecciosos de repetición. Y por supuesto, aumenta
nuestra susceptibilidad entre otros muchos patógenos, frente al coronavirus SARS-CoV-2
y con un sistema inmune debilitado, hay más posibilidades de pasar un COVID-19
grave.</span></span></p><p style="text-align: left;"><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: inherit;">Por ello, sin descartar el
empleo de los fármacos que nos puedan proponer nuestros médicos, es muy
interesante fortalecer a nuestro sistema inmune, para que, en el caso de una
infección, ésta transcurra de la forma más leve posible, sin poner en compromiso
nuestra vida. En este sentido, poseemos numerosas opciones de tratamiento con
el empleo de sustancias inmunoestimulantes que mejoran nuestra respuesta frente
a las agresiones externas, campo donde las plantas medicinales y los
suplementos dietéticos han demostrado una importante eficacia, no sólo por su
efecto antiinfeccioso, sino por su capacidad de estimular a nuestro sistema
inmunológico, para que éste combata la infección más eficazmente.</span></span></p><p style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">El sistema inmunológico está
íntimamente relacionado con una buena </span><b style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">alimentación</b><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
tanto en cantidad como en calidad que nos aporte todos los nutrientes
necesarios para un buen funcionamiento del organismo, pudiendo influir con la
dieta en la respuesta inmune. Por ello es necesario que incluyamos en nuestra
dieta todos los grupos de alimentos, en las proporciones adecuadas, para lo que
es aconsejable consultar con un profesional si es necesario incluir vitaminas y
suplementos dietarios, pues son ellos los que pueden determinarlo. Debe
reducirse el consumo excesivo de bebidas alcohólicas, grasas saturadas,
azúcares y sal, tan abundantes cada día más en nuestras dietas, que debilitan
nuestras defensas. Por el contario, también podemos ayudar a nuestro sistema
inmune con alimentos con propiedades inmunoestimulantes como el ajo, los
alimentos ricos en vitamina C y bioflavonoides (naranjas, limones, pomelos, …),
el magnesio (frutos secos, legumbres, cereales y germinados) o el zinc (frutos
secos y sésamo). La dieta, además, debe ser rica en antioxidantes.</span></span></p><p style="text-align: left;"><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: inherit;">Aunque son motivo de discusión
científica sobre su utilidad, existen numerosos estudios que avalan la eficacia
de ciertos suplementos sobre el sistema inmune que evitan en muchos casos los
procesos infecciosos al estimular mecanismos de nuestras defensas tanto a nivel
humoral como celular, y en los casos de que se produzca, que ésta sea menos
intensa y se acorte el proceso de recuperación. Entre ellos, podemos destacar
en el caso concreto del SARS-CoV-2:</span></span></p><p style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><b style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Equinácea:</b><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"> Muy útil en el tratamiento de resfriados y gripes, entre
otras propiedades. Los arabinogalactanos son los principios activos del efecto
inmunoestimulante. Disminuye las citoquinas inflamatorias que juegan un papel
en la progresión de la tormenta de citoquinas y el síndrome de dificultad
respiratoria aguda (SDRA), factores responsables de las muertes por COVID-19,
aunque los estudios no se han realizado </span><i style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">in
vivo</i><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"> frente al SARS-CoV-2. Solo un estudio reciente con un extracto de E.
purpurea, ha demostrado el efecto virucida </span><i style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">in
vitro</i><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"> frente al coronavirus del resfriado común HCoV-229E, MERS-CoV,
SARS-CoV-1 y SARS-CoV-2.</span></span></p><p style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><b style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Lactoferrina</b><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"> o </span><b style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">lactotransferrina</b><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">:
Tanto la lactoferrina como los péptidos derivados de ella poseen actividad
antimicrobiana (antibacteriana, antiviral y antifúngica) y es considerada un
componente de la inmunidad innata. Inhibe la entrada de los coronavirus en la
célula actuando mediante diversos mecanismos, estimula la síntesis de
interferón que inhibe la replicación del virus y limita el daño de los tejidos
debidos a la cascada de citoquinas modulando su producción.</span></span></p><p style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><b style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Reishi </b><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">(Ganoderma lucidum): De sus componentes bioactivos, los
betaglucanos son las moléculas más implicadas en la mejora de la respuesta
inmune, ya que disminuyen la gravedad de los síntomas físicos de las
infecciones del tracto respiratorio superior y acortan el número de días con
síntomas cuando se administran durante el proceso infeccioso. Están presentes
también en otras setas como el </span><b style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Shiitake</b><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
(Lentinula edodes) y poseen efectos como inmunomodulador, disminuyendo la
cascada de liberación de citoquinas proinflamatorias y como protector de las
células del aparato respiratorio, por lo que se han postulado como un posible
tratamiento eficaz frente a la infección por SARS-CoV-2. </span><span style="background: white; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"> También estimulan la producción de citoquinas
antivirales como TNF‐α, células NK y macrófagos y mejora</span><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"> la inmunidad
entrenada. Otras setas medicinales que se han propuesto para el tratamiento de
esta infección vírica son el </span><b style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Maitake</b><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
(</span><em style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="background: white;">Grifola frondosa)
y el </span></em><b style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Chaga</b><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"> (Inonotus
Obliquus).</span></span></p><p style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">La actividad antiviral del </span><b style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">propóleo</b><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"> se asocia con la presencia de
compuestos fenólicos que bloquean o reducen la adsorción y entrada del virus en
las células, por lo que se considera que puede ser más adecuado para la profilaxis,
al igual que la miel. Actualmente, se está realizado un estudio en Brasil para
evaluar el impacto del uso del extracto de propóleo verde brasileño (400 u 800
mg / día por vía oral o por sonda nasoenteral) sobre el tiempo de dependencia de
la oxigenoterapia y el tiempo de hospitalización de los pacientes con COVID-19.</span></span></p><p style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">La </span><b style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">vitamina C</b><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"> contribuye al normal funcionamiento del sistema
inmunológico y su deficiencia afecta más la inmunidad celular que la humoral. Existen
estudios que concluyen que tiene poco efecto en la concentración de inmunoglobulinas,
aunque otros muestran lo contrario. También se ha observado un crecimiento en
la actividad bactericida y quimiotáctica de los neutrófilos. La vitamina C
ejerce sus propiedades antivirales apoyando la actividad de los linfocitos,
aumentando la producción de interferón-α, modulando las citoquinas, reduciendo
la inflamación, mejorando la disfunción endotelial y restaurando la función
mitocondrial. También hay sugerencias de que la vitamina C puede ser
directamente virucida y los mejores efectos se han observado en la aplicación
intravenosa. Además, es necesaria para formar colágeno, con lo que contribuye al
mantenimiento de las barreras naturales contra las infecciones.</span></span></p><p style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Los compuestos derivados del </span><b style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">ajo</b><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"> (Allium sativum) tienen el
potencial de disminuir la expresión de citoquinas proinflamatorias y revertir
las anomalías inmunológicas a niveles más aceptables. El proceso de replicación
viral se acelera con la principal proteasa estructural del SARS-CoV-2, que
puede ser neutralizada con este alimento. Además protege del daño </span><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"> </span><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">alveolar.</span></span></p><p style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><b style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Glutamina</b><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">: Es un precursor del glutatión, un poderoso antioxidante.
Es quizás el aminoácido más importante en la nutrición inmunológica. Aumenta la
actividad citotóxica de las células natural Killer y mantiene una adecuada
proliferación y función de los linfocitos, células Killer y macrófagos. Además,
posee efecto antiviral directo frente a diferentes virus como el del herpes.</span></span></p><p style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><b style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Vitamina D</b><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">: Mejora la barrera física contra los virus y estimula la
producción de péptidos antimicrobianos. Puede prevenir las tormentas de citoquinas
al disminuir la producción de citoquinas inflamatorias. Aunque existe
discusión, parece que unos niveles bajos de esta vitamina se asocia con un
mayor riesgo de COVID-19 y un peor pronóstico en el curso de la enfermedad. En
general en las infecciones respiratorias, la deficiencia de vitamina D se
asocia con un agravamiento de la inflamación pulmonar, lo que conduce al
síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) con daño del epitelio
respiratorio e hipoxia.</span></span></p><p style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><b style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Melatonina</b><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">: Posee efectos antiinflamatorios y antioxidantes y
protege al pulmón de las lesiones agudas y del cuadro de dificultad
respiratoria aguda propia del COVID-19. Es inmunorreguladora, reestableciendo
las células inmunitarias durante la noche, hecho de vital importancia en
pacientes añosos con inmunosenescencia. Juega un papel importante en las etapas
de proliferación y maduración de las células asesinas naturales, linfocitos B y
T, monocitos y granulocitos y mejora la presentación de antígenos, por lo que
se están realizando numerosos estudios para valorar el efecto preventivo en
pacientes de riesgo y como tratamiento en pacientes de UCI.</span></span></p><p style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><b style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Zinc</b><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">: Es importante para el desarrollo y mantenimiento de las
células inmunes. La deficiencia produce una disminución tanto de la respuesta
humoral como celular (sobre todo los linfocitos T) y a largo plazo aumenta la
inflamación y sus biomarcadores. Una vez que penetra el SARS-CoV-2 en nuestras
células, necesita para su replicación una enzima llamada ARN polimerasa
dependiente del ARN, que puede ser inhibida por el zinc. Sin embargo, le es muy
difícil entrar en la célula, por lo que necesita de un trasportador (ionóforo),
entre los que destaca el galato de epigalocatequina del té verde y la
quercetina de la cebolla. Darlo sin éstos, no parece tener demasiada
efectividad en el curso de la COVID-19.</span></span></p><p style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><b style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Quercetina</b><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">: Posee propiedades como antioxidante, antiinflamatoria,
antiviral e inmunoprotectora. Se ha estudiado en varios tipos y modelos de
infección viral debido a sus prometedores efectos antivirales en la inhibición
de polimerasas, proteasas, transcriptasa inversa, supresión de la ADN-girasa y
unión de proteínas de la cápside viral.</span></span></p><p style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">La deficiencia de </span><b style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">selenio</b><span style="background-color: white; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
puede ser un factor de riesgo de mortalidad por COVID-19. Aumenta ña
activación, proliferación y diferenciación de células T CD4.</span></span></p><p style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><b style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Probióticos</b><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">: </span><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Existe
una influencia clara del microbioma intestinal en la respuesta inmune a la
infección por Covid-19 y deberían emplearse tanto en la profilaxis como
complemento del tratamiento.</span><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"> </span><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Además,
está demostrado el efecto antiinflamatorio y antiviral, que podría ser útil en
la COVID-19. Las células dendríticas presentes en el intestino controlan los
mecanismos de la tolerancia inmunológica, a la vez que son capaces de iniciar
una respuesta inmunológica activa ante un patógeno invasor. Curiosamente son
incapaces de desencadenar respuestas inmunitarias en condiciones de esterilidad
total, y necesitan de la presencia de una microbiota con la que interactuar.
Decir por último que los probióticos tienen efectos cepa-dependientes, es
decir, no todos aportan los mismos beneficios; no todos sirven para todo y se
necesitan más estudios en esta enfermedad, pero está claro que su aporte,
previene y mejora el pronóstico de quienes padecen la infección por SARS-CoV-2.</span></span></p><p style="text-align: left;"><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: inherit;">Existen otros numerosos
suplementos que podemos aconsejar a los pacientes que quieran prevenir o tratar
un COVID-19, como la dimetilglicina, el hipérico, la consuelda menor, los
ácidos grasos omega-3, las vitaminas del grupo B, la jalea real, etc. No es
cuestión de tomar todo, sino de seleccionar en función de cada paciente, lo que
con criterio puede ser mejor para él, por lo que como siempre, le recomiendo
que se ponga en contacto con un profesional de la salud para poder ofrecerle el
mejor tratamiento.</span></span></p><p style="text-align: left;"><u>Referencias bibliográficas:</u></p><p style="text-align: left;"></p><ul style="text-align: left;"><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Abobaker
A, Alzwi A, Alraied AHA</span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> Overview of the possible role
of vitamin C in management of COVID-19.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">.</span></span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Pharmacol Rep. 2020
Dec;72(6):1517-1528.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Acuña-Castroviejo
D, Escames G, Figueira JC, de la Oliva P, Borobia AM, Acuña-Fernández C. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Clinical trial to test the
efficacy of melatonin in COVID-19.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">J Pineal Res. 2020 Oct;69(3):e12683.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Akour
A. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-weight: bold; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Probiotics</span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> and COVID-19: is there
any link?</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Lett Appl Microbiol. 2020
Sep;71(3):229-234.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Alexander
J, Tinkov A, Strand TA, Alehagen U, Skalny A, Aaseth J. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Early Nutritional
Interventions with Zinc,
Selenium and Vitamin D for Raising Anti-Viral Resistance Against
Progressive COVID-19.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Nutrients.
2020 Aug 7;12(8):2358.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Ali
N. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Role
of vitamin D in preventing of COVID-19 infection, progression and severity.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">J
Infect Public Health. 2020 Oct;13(10):1373-1380.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Anderson
G, Reiter RJ. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-weight: bold; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Melatonin</span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">: Roles in influenza, Covid-19, and other viral infections.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Rev
Med Virol. 2020 May;30(3):e2109.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Aucoin
M, Cooley K, Saunders PR, Carè J, Anheyer D, Medina DN, Cardozo V, Remy D,
Hannan N, Garber A. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">The effect of Echinacea spp.
on the prevention or treatment of COVID-19 and other respiratory tract
infections in humans: A rapid review. </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Adv Integr Med. 2020 Dec;7(4):203-217.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Aucoin
M, Cooley K, Saunders PR, Cardozo V, Remy D, Cramer H, Neyre Abad C, Hannan N</span></span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">. <span style="background: white;">The effect
of quercetin on the
prevention or treatment of COVID-19 and other respiratory tract
infections in humans: A rapid review.</span> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Adv Integr Med. 2020 Dec;7(4):247-251</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Bachevski
D, Damevska K, Simeonovski V, Dimova M. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Back to the basics: Propolis and COVID-19.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Dermatol
Ther. 2020 Jul;33(4):e13780.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Bae
M, Kim H. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Mini-Review
on the Roles of Vitamin C, Vitamin D, and Selenium in the Immune System against COVID-19.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Molecules. 2020 Nov 16;25(22):5346.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Bahrampour
Juybari K, Pourhanifeh MH, Hosseinzadeh A, Hemati K, Mehrzadi S. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-weight: bold; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Melatonin</span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> potentials against
viral infections including COVID-19: Current evidence and new findings.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Virus
Res. 2020 Oct 2;287:198108.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Berretta
AA, Silveira MAD, Cóndor Capcha JM, De Jong D.
<span style="background: white; mso-bidi-font-weight: bold;">Propolis</span><span style="background: white;"> and its potential against SARS-CoV-2 infection
mechanisms and COVID-19 disease: Running title: Propolis against SARS-CoV-2 infection
and COVID-19.</span> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Biomed Pharmacother. 2020
Nov;131:110622.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Boozari
M, Hosseinzadeh H. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Natural products for COVID-19 prevention and treatment
regarding to previous coronavirus infections and novel studies. </span><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Boozari M, Hosseinzadeh H.</span></span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Phytother Res. 2020 Sep 27. </span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Brendler
T, Al-Harrasi A, Bauer R, Gafner S, Hardy ML, Heinrich M, Hosseinzadeh H, Izzo
AA, Michaelis M, Nassiri-Asl M, Panossian A, Wasser SP, Williamson EM. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Botanical drugs and supplements
affecting the immune response in the time of COVID-19:
Implications for research and clinical practice.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Phytother
Res. 2020 Dec 29. </span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Campione
E, Cosio T, Rosa L, Lanna C, Di Girolamo S, Gaziano R, Valenti P, Bianchi L. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-weight: bold; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Lactoferrin</span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> as Protective Natural
Barrier of Respiratory and Intestinal Mucosa against Coronavirus Infection and
Inflammation.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Int J Mol Sci. 2020 Jul
11;21(14):4903.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Carlucci
PM, Ahuja T, Petrilli C, Rajagopalan H, Jones S, Rahimian J.</span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-weight: bold; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Zinc</span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> sulfate in combination
with a zinc ionophore
may improve outcomes in hospitalized COVID-19 patients.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">J Med
Microbiol. 2020 Oct;69(10):1228-1234. </span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Cengiz
M, Borku Uysal B, Ikitimur H, Ozcan E, Islamoğlu MS, Aktepe E, Yavuzer H,
Yavuzer S. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Effect
of oral l-Glutamine supplementation
on Covid-19 treatment.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Clin
Nutr Exp. 2020 Oct;33:24-31.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Chang
R, Ng TB, Sun WZ</span></span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> <span style="background: white; mso-bidi-font-weight: bold;">Lactoferrin</span><span style="background: white;"> as potential preventative and adjunct treatment
for COVID-19. </span></span><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">.</span></span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Int J Antimicrob Agents. 2020
Sep;56(3):106118.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Colunga
Biancatelli RML, Berrill M, Catravas JD, Marik PE. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Quercetin and Vitamin C: An Experimental, Synergistic Therapy for the Prevention and Treatment
of SARS-CoV-2 Related Disease (COVID-19).</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Front
Immunol. 2020 Jun 19;11:1451.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Derosa
G, Maffioli P, D'Angelo A, Di Pierro F. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">A role for quercetin in coronavirus disease 2019 (COVID-19).</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Phytother Res. 2020 Oct
9:10.1002/ptr.6887.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Di
Pierro F, Bertuccioli A, Cavecchia I. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Possible therapeutic role of a highly
standardized mixture of active compounds derived from cultured Lentinula edodes
mycelia (AHCC) in patients infected with 2019 novel coronavirus.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Minerva
Gastroenterol Dietol. 2020 Jun;66(2):172-176.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Di
Renzo L, Merra G, Esposito E, De Lorenzo A. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Are probiotics effective adjuvant
therapeutic choice in patients with COVID-19?</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">. </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Eur
Rev Med Pharmacol Sci. 2020 Apr;24(8):4062-4063.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Diniz
LRL, Souza MTS, Duarte ABS, Sousa DP. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Mechanistic Aspects and Therapeutic Potential
of Quercetin against COVID-19-Associated Acute Kidney Injury.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Molecules.
2020 Dec 7;25(23):5772.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Feyaerts
AF, Luyten W. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-weight: bold; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Vitamin</span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> C as
prophylaxis and adjunctive medical treatment for COVID-19?</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Nutrition.
2020 Nov-Dec;79-80:110948.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Giannoni
E, Baud D, Agri VD, Gibson GR, Reid G. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-weight: bold; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Probiotics</span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> and COVID-19.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Lancet Gastroenterol Hepatol. 2020
Aug;5(8):720-721.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Hemilä
H, Chalker E. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-weight: bold; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Vitamin</span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> C as
a Possible Therapy for COVID-19.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Infect
Chemother. 2020 Jun;52(2):222-223.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Hetland G,
Johnson E, Bernardshaw SV, Grinde B. <span style="background: white;">Can
medicinal mushrooms have
prophylactic or therapeutic effect against COVID-19 and
its pneumonic superinfection and complicating inflammation?</span></span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Scand J Immunol. 2021
Jan;93(1):e12937.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Infusino
F, Marazzato M, Mancone M, Fedele F, Mastroianni CM, Severino P, Ceccarelli G,
Santinelli L, Cavarretta E, Marullo AGM, Miraldi F, Carnevale R, Nocella C,
Biondi-Zoccai G, Pagnini C, Schiavon S, Pugliese F, Frati G, d'Ettorre G. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Diet Supplementation, Probiotics, and Nutraceuticals
in SARS-CoV-2 Infection: A Scoping Review.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Nutrients.
2020 Jun 8;12(6):1718.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Kell
DB, Heyden EL, Pretorius E. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">The Biology of Lactoferrin, an Iron-Binding Protein That Can Help Defend Against
Viruses and Bacteria.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Front Immunol. 2020 May 28;11:122.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Kumar
A, Kubota Y, Chernov M, Kasuya H. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Potential role of zinc supplementation in prophylaxis and treatment of COVID-19.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Med Hypotheses. 2020 Nov;144:109848.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Lima
WG, Brito JCM, da Cruz Nizer WS. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Bee products as a source of promising therapeutic
and chemoprophylaxis strategies against COVID-19 (SARS-CoV-2).</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Phytother
Res. 2020 Sep 18:10.1002/ptr.6872.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Mansur
JL, Tajer C, Mariani J, Inserra F, Ferder L, Manucha W. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-weight: bold; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Vitamin</span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> D high doses supplementation could represent a promising
alternative to prevent or treat COVID-19 infection.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Clin
Investig Arterioscler. 2020 Nov-Dec;32(6):267-277.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Murphy
EJ, Masterson C, Rezoagli E, O'Toole D, Major I, Stack GD, Lynch M, Laffey JG,
Rowan NJ. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">beta-Glucan
extracts from the same edible shiitake mushroom Lentinus edodes produce differential in-vitro
immunomodulatory and pulmonary cytoprotective effects - Implications for
coronavirus disease (COVID-19) immunotherapies.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Sci
Total Environ. 2020 Aug 25;732:139330.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Name
JJ, Vasconcelos AR, Souza ACR, Fávaro WJ. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Vitamin D, zinc and glutamine: Synergistic action with OncoTherad immunomodulator in
interferon signaling and COVID-19 (Review).</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Int J
Mol Med. 2021 Mar;47(3):11. </span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Nugraha
RV, Ridwansyah H, Ghozali M, Khairani AF, Atik N. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Traditional Herbal Medicine
Candidates as Complementary Treatments for COVID-19: A Review
of Their Mechanisms, Pros and Cons.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Evid
Based Complement Alternat Med. 2020 Oct 10;2020:2560645.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Olaimat
AN, Aolymat I, Al-Holy M, Ayyash M, Abu Ghoush M, Al-Nabulsi AA, Osaili T,
Apostolopoulos V, Liu SQ, Shah NP. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">The potential application of probiotics and prebiotics for the
prevention and treatment of COVID-19.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">NPJ
Sci Food. 2020 Oct 5;4:17.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Pal
A, Squitti R, Picozza M, Pawar A, Rongioletti M, Dutta AK, Sahoo S, Goswami K,
Sharma P, Prasad R. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-weight: bold; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Zinc</span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> and COVID-19: Basis of
Current Clinical Trials.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Biol Trace Elem Res. 2020 Oct 22:1-11.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Pereira
M, Dantas Damascena A, Galvão Azevedo LM, de Almeida Oliveira T, da Mota
Santana J. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-weight: bold; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Vitamin</span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> D deficiency
aggravates COVID-19: systematic review and
meta-analysis.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Crit Rev Food Sci Nutr. 2020 Nov
4:1-9.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Rhodes
JM, Subramanian S, Laird E, Griffin G, Kenny RA. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Perspective: Vitamin D deficiency and COVID-19 severity - plausibly linked by
latitude, ethnicity, impacts on cytokines, ACE2 and thrombosis.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">J
Intern Med. 2021 Jan;289(1):97-115.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Scorza
CA, Gonçalves VC, Scorza FA, Fiorini AC, de Almeida AG, Fonseca MCM, Finsterer
J. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-weight: bold; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Propolis</span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> and coronavirus disease 2019 (COVID-19): Lessons from nature.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Complement
Ther Clin Pract. 2020 Nov;41:101227.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Signer
J, Jonsdottir HR, Albrich WC, Strasser M, Züst R, Ryter S, Ackermann-Gäumann R,
Lenz N, Siegrist D, Suter A, Schoop R, Engler OB. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">In vitro virucidal activity
of Echinaforce, an Echinacea purpurea
preparation, against coronaviruses, including common cold coronavirus 229E
and SARS-CoV-2. </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Virol
J. 2020 Sep 9;17(1):136..</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Silveira
D, Prieto-Garcia JM, Boylan F, Estrada O, Fonseca-Bazzo YM, Jamal CM, Magalhães
PO, Pereira EO, Tomczyk M, Heinrich M.</span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-weight: bold; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> COVID</span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">-19: Is There Evidence for the Use of Herbal Medicines as Adjuvant
Symptomatic Therapy?. </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Front
Pharmacol. 2020 Sep 23;11:581840.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Wang
Y, Wang P, Wang H, Luo Y, Wan L, Jiang M, Chu Y. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-weight: bold; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Lactoferrin</span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> for the treatment
of COVID-19 (Review).</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Exp
Ther Med. 2020 Dec;20(6):272.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Wessels
I, Rolles B, Rink L. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">The Potential Impact of Zinc Supplementation
on COVID-19 Pathogenesis.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Front
Immunol. 2020 Jul 10;11:1712.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Xu Y,
Baylink DJ, Chen CS, Reeves ME, Xiao J, Lacy C, Lau E, Cao H. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">The importance of vitamin d metabolism as a potential prophylactic, immunoregulatory
and neuroprotective treatment for COVID-19.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">J
Transl Med. 2020 Aug 26;18(1):322. </span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Zemb
P, Bergman P, Camargo CA Jr, Cavalier E, Cormier C, Courbebaisse M, Hollis B, Joulia
F, Minisola S, Pilz S, Pludowski P, Schmitt F, Zdrenghea M, Souberbielle JC. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-weight: bold; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">Vitamin</span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> D deficiency and the COVID-19 pandemic.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">J
Glob Antimicrob Resist. 2020 Sep;22:133-134.</span></span></span></li><li><span style="font-size: xx-small;"><span class="docsum-authors" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Zhang
R, Wang X, Ni L, Di X, Ma B, Niu S, Liu C, Reiter RJ. </span></span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-weight: bold; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">COVID</span><span style="background: white; font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;">-19: Melatonin as
a potential adjuvant treatment.</span><span style="font-family: inherit; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; text-align: justify; text-indent: -18pt;"> </span><span class="docsum-journal-citation" style="font-family: inherit; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Life Sci. 2020 Jun 1;250:117583.</span></span></span></li></ul><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>Dr. D. Joaquín Outón Ruizhttp://www.blogger.com/profile/08784279400760111460noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1606893528555188403.post-53675401836678750692021-01-11T12:33:00.000+01:002021-01-11T12:33:20.110+01:00¿Puede el hipérico prevenir la tormenta de citocinas en pacientes con COVID ‐19?<p><span style="text-align: justify;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaJps7lG5Ioa81G_RpT6EcTcL0bXnDygt224PDYWo3uoGNbLWGCbJGPGCsxopU0rEgRaXgT7v5Iw6ucWbA0zDIm38Gyk6TQSJOGuCb1Acg8mCZX5RHZNrtG2OnbuG-V9pXoknUROPabqEQ/s2048/pexels-zetong-li-1784581.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1365" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaJps7lG5Ioa81G_RpT6EcTcL0bXnDygt224PDYWo3uoGNbLWGCbJGPGCsxopU0rEgRaXgT7v5Iw6ucWbA0zDIm38Gyk6TQSJOGuCb1Acg8mCZX5RHZNrtG2OnbuG-V9pXoknUROPabqEQ/s320/pexels-zetong-li-1784581.jpg" /></a></div>La enfermedad pandémica por
coronavirus 2019 (COVID ‐ 19), causada por el virus SARS‐CoV‐2, afecta
principalmente a personas adultas o de edad avanzada cursando con fiebre, tos
seca y disnea de gravedad variable. En aproximadamente el 20% de los pacientes,
se desarrolla una neumonía alveolar intersticial generalizada que provoca un
síndrome de dificultad respiratoria aguda. Con la progresión de la enfermedad,
cuando la respuesta inmune y/o la terapia antiviral no logran eliminar el
virus, se produce una liberación excesiva de citocinas proinflamatorias (como
TNF-α, IL‐1β, IL‐6, IFN‐γ, CXCL10 y MCP‐1), la llamada "tormenta de
citocinas", que provoca vasculitis extensa, hipercoagulabilidad y daño
multiorgánico que, junto con la insuficiencia respiratoria asociada,
representan la causa más común de muerte.<p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Parece que en la COVID-19 hay dos
situaciones patológicas consecutivas, que se superponen y conducen a la enfermedad:
una se debe a la propagación de la infección viral, la segunda a la respuesta
inflamatoria severa del huésped, contra la cual se deben emplear
preferentemente fármacos antiinflamatorios. De hecho, tanto los agentes
antiinflamatorios clásicos, como los glucocorticoides, como los fármacos
moleculares selectivos que se dirigen a una citocina o vía específica, como los
anticuerpos monoclonales anti-IL-6 y anti-TNF-α, antagonistas del receptor de IL-1β,
inhibidores de JAK, se están probando en diferentes ensayos clínicos. Los
principales defectos de estos tratamientos son los efectos adversos y / o la
incapacidad de apuntar a diversos objetivos moleculares. A pesar de mucho
esfuerzo, hasta ahora no se ha encontrado ningún tratamiento realmente eficaz y
seguro.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">A partir de estudios
experimentales sobre compuestos naturales capaces de proteger las células β
pancreáticas contra el daño y la muerte inducidos por las citocinas, se pudo
observar que el extracto de Hypericum perforatum (Hierba de Sam Juan, HSJ) como
su principal componente polifenólico, la hiperforina (HPF), pueden
contrarrestar de manera potente los efectos proinflamatorios de varias
citocinas. De hecho, tanto el extracto de HSJ como la HPF evitaron los efectos
de las citocinas no solo en las líneas de células β, sino también en islotes
pancreáticos aislados de ratas y humanos. El mecanismo de acción de HSJ y HPF
se conoce bastante bien, donde intervienen diferentes vías de señalización
celular y diversas moléculas, con el resultado de que se puede evitar o limitar
la activación transcripcional de genes diana disfuncionales, apoptóticos e
inflamatorios, incluidas diferentes quimiocinas. Además, existe evidencia de
que estos compuestos naturales poseen una absorción intracelular eficiente y
confieren a las células un estado duradero de "resistencia a las
citocinas". Es de destacar que, aunque el extracto de HSJ generalmente
contiene otros ingredientes activos en concentraciones mucho más bajas que la
HPF (como por ejemplo hipericina, rutina, quercetina y miricetina), ningún
componente que no sea la HPF resultó eficaz en la inhibición de los efectos de
las citocinas en el rango de 1.0 micromoles.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">También el extracto de HSJ ejerce
efectos protectores en varios modelos animales de inflamación aguda. HSJ atenúa
la lesión pulmonar inflamatoria inducida por carragenina en ratones, la
infiltración pulmonar de neutrófilos y la nitración de proteínas celulares. El
extracto de HSJ también puede contrarrestar un síndrome de disfunción
multiorgánica inducido por zimosan en el ratón (una especie de modelo de lo que
puede ocurrir en el shock, la sepsis y actualmente en el COVID ‐ 19 grave), al
reducir la exudación peritoneal y la migración de neutrófilos, así como lesión
pulmonar, intestinal y pancreática, disfunción renal y reacción de mieloperoxidasa
en pulmón e intestino. Otros autores también han documentado las propiedades
antiinflamatorias de HSJ o HPF, incluida la inhibición de las actividades de
COX y 5‐LO, reducción de la liberación de IL-6, disminución de activación de
neutrófilos de la metaloproteinasa de matriz-9 y resolución mejorada del modelo
de inflamación pulmonar inducida por bleomicina, con la consiguiente reducción
de la fibrosis pulmonar, Por tanto, existe una clara evidencia de que el
extracto de HSJ y HPF previenen eficazmente el daño inflamatorio en varios
tipos de células y tejidos. Además, vale la pena considerar que el extracto de HSJ
se emplea principalmente en Europa y EE. UU. como antidepresivo y se reconoce
que tiene un perfil de seguridad notable, confirmado por extensos ensayos
clínicos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Por lo tanto, es perfectamente
justificado pensar que el extracto de HSJ administrado por vía oral, con la
dosis adecuada de HPF, podría probarse en ensayos clínicos en pacientes con
COVID-19 como un agente antiinflamatorio bien tolerado. Teniendo en cuenta los
datos farmacocinéticos establecidos para los regímenes terapéuticos
antidepresivos de HSJ (900-1,200 mg / día de HSJ que contienen aproximadamente
un 5% de HPF), se puede sugerir una dosis diaria similar o ligeramente mayor en
los pacientes con COVID-19, para alcanzar concentraciones circulantes de HPF
máximas y en niveles estables dentro del rango de las que inhiben los efectos
de las citocinas in vitro, debiendo administrarse tan pronto como los síntomas
iniciales leves empeoren y / o aumenten los marcadores inflamatorios sanguíneos
(p. Ej., PCR, ferritina, LDH, dímero D). Si es así, se espera que HSJ prevenga
el agravamiento clínico, incluidos los eventos trombóticos dependientes de
citocinas, detener el aumento de los parámetros bioquímicos y acelerar la
recuperación. También destacaríamos que la gran experiencia en el uso de HSJ en
otras indicaciones podría facilitar y acelerar considerablemente los
procedimientos requeridos y el establecimiento de protocolos para la
investigación clínica controlada en COVID ‐ 19.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Debe recordarse que HSJ, es un
inductor del citocromo P-450 en el hígado y, en particular, la isoenzima
CYP3A4, lo que posiblemente conduce a un aclaramiento acelerado y una reducción
de efectos de fármacos que se puedan estar administrando simultáneamente. Por
lo tanto, tras el tratamiento con HSJ, se debe controlar cuidadosamente la
interacción de los medicamentos, incluidos los ajustes de dosis apropiados. De
manera muy interesante, también debemos ser conscientes de que el aumento en
los niveles circulantes de IL-6 y otras citocinas que se producen en pacientes
con COVID-19 suprime la actividad del sistema P-450, por lo que HSJ podría
contrarrestar tal disminución y evitar el riesgo de sobreexposición de los
pacientes a otros fármacos necesarios para el tratamiento de las
comorbilidades.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">En conclusión, el tratamiento
antiinflamatorio HSJ/HPF merece una evaluación en pacientes con COVID ‐ 19.
Dicho tratamiento, que ofrece las ventajas adicionales de ser administrable por
vía oral, bien tolerado y económico, es muy prometedor para prevenir o limitar
los efectos de la tormenta de citocinas mediante la inhibición simultánea de
las vías NF‐κB, JAK/STAT y MAPK. es decir, las tres vías principales de
señalización y transducción involucradas en los cambios inflamatorios locales y
sistémicos inducidos por citocinas. Como tal, la terapia HSJ/HPF parece ser
compatible con otros tratamientos clínicamente pertinentes, por ejemplo, la
administración de agentes antivirales seleccionados, que incluyen
cloroquina/hidroxicloroquina y/o suministro intravenoso de inmunoglobulinas
humanas y heparina de bajo peso molecular.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Bibliografía:</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><ul><li style="text-align: justify;"><span style="text-indent: -17.85pt;"><span style="font-size: x-small;">Albert, D. , Zündorf, I. , Dingermann, T. , Müller, W. E. , Steinhilber,
D. , & Werz, O. (2002). Hyperforin is a dual inhibitor of cyclooxygenase‐1
and 5‐lipoxygenase. Biochemical Pharmacology, 64(12), 1767–1775.</span></span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">Biber, A. , Fischer, H. , Römer, A. , & Chatterjee, S. S. (1998).
Oral bioavailability of hyperforin from hypericum extracts in rats and human
volunteers. Pharmacopsychiatry, 31(Suppl 1), 36–43.</span></li><li style="text-align: justify;"><span style="text-indent: -17.85pt;"><span style="font-size: x-small;">Cui, Y.‐H. , & Zheng, Y. (2016). A meta‐analysis on the efficacy
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Treatment, 12, 1715–1723.</span></span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">Dell'Aica, I. , Niero, R. , Piazza, F. , Cabrelle, A. , Sartor, L. ,
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Pharmacology and Experimental Therapeutics, 321(2), 492–500.</span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">Di Paola, R. , Mazzon, E. , Muià, C. , Crisafulli, C. , Genovese, T. ,
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perforatum in zymosan‐induced multiple organ dysfunction syndrome: Relationship
to its inhibitory effect on nitric oxide production and its peroxynitrite
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The JAK1/2 inhibitor Ruxolitinib reverses Interleukin‐6‐mediated suppression of
drug‐detoxifying proteins in cultured human hepatocytes. Drug Metabolism and
Disposition: The Biological Fate of Chemicals, 46(2), 131–140.</span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">Gobbi, M. , Moia, M. , Funicello, M. , Riva, A. , Morazzoni, P. , &
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challenges in phytopharmacological research. J Ethnopharmacol. 2020 Jan
10;246:112230.</span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">Levi, M. , & van der Poll, T. (2017). Coagulation and sepsis.
Thrombosis Research, 149, 38–44.</span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">Masiello P, Novelli M, Beffy P, Menegazzi M. Can Hypericum perforatum
(SJW) prevent cytokine storm in COVID-19 patients?. Phytother Res. 2020
Jul;34(7):1471-1473.</span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">Menegazzi, M. , Di Paola, R. , Mazzon, E. , Muià, C. , Genovese, T. ,
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development of carrageenan‐induced lung injury in mice. Free Radical Biology
& Medicine, 40(5), 740–753.</span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">Menegazzi, M. , Novelli, M. , Beffy, P. , D'Aleo, V. , Tedeschi, E. ,
Lupi, R. , … Masiello, P. (2008). Protective effects of St. John's wort extract
and its component hyperforin against cytokine‐induced cytotoxicity in a pancreatic
beta‐cell line. The International Journal of Biochemistry & Cell Biology,
40(8), 1509–1521.</span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">Moore, L. B. , Goodwin, B. , Jones, S. A. , Wisely, G. B. ,
Serabjit‐Singh, C. J. , Willson, T. M. , … Kliewer, S. A. (2000). St. John's
wort induces hepatic drug metabolism through activation of the pregnane X
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of America, 97(13), 7500–7502.</span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">Novelli, M. , Beffy, P. , Gregorelli, A. , Porozov, S. , Mascia, F. ,
Vantaggiato, C. , … Menegazzi, M. (2019). Persistence of STAT‐1 inhibition and
induction of cytokine resistance in pancreatic β cells treated with St John's
wort and its component hyperforin. The Journal of Pharmacy and Pharmacology,
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Sgarbossa, A. , … Masiello, P. (2014). St. John's wort extract and hyperforin
protect rat and human pancreatic islets against cytokine toxicity. Acta
Diabetologica, 51(1), 113–121.</span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">Novelli, M. , Menegazzi, M. , Beffy, P. , Porozov, S. , Gregorelli, A.
, Giacopelli, D. , … Masiello, P. (2016). St. John's wort extract and
hyperforin inhibit multiple phosphorylation steps of cytokine signaling and
prevent inflammatory and apoptotic gene induction in pancreatic β cells. The
International Journal of Biochemistry & Cell Biology, 81(Pt A), 92–104.</span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">Zhang, W. , Zhao, Y. , Zhang, F. , Wang, Q. , Li, T. , Liu, Z. , …
Zhang, S. (2020). The use of anti‐inflammatory drugs in the treatment of people
with severe coronavirus disease 2019 (COVID‐19): The perspectives of clinical
immunologists from China. Clin Immunol. 2020 May; 214: 108393.</span></li></ul><br /><p></p>Dr. D. Joaquín Outón Ruizhttp://www.blogger.com/profile/08784279400760111460noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1606893528555188403.post-16042487257794018672021-01-04T10:34:00.000+01:002021-01-04T10:34:01.595+01:00Diosgenina e Invadopodios<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisvGB0g95MPLKr_eCEVsW9YKmGdqDGGgQla8EIpBJdxyKdX__dNyZEP-mYYf-cPeAzNjRGXxCYE2-MPGVXPdPLFEXM4xUtx0AgclCJbSj2IBxBo4By1WEeRQ0bDcllzFX_G1kg0LXMMMiQ/s473/Invadopodios.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="257" data-original-width="473" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisvGB0g95MPLKr_eCEVsW9YKmGdqDGGgQla8EIpBJdxyKdX__dNyZEP-mYYf-cPeAzNjRGXxCYE2-MPGVXPdPLFEXM4xUtx0AgclCJbSj2IBxBo4By1WEeRQ0bDcllzFX_G1kg0LXMMMiQ/s320/Invadopodios.JPG" width="320" /></a></div><div style="text-align: justify;">Uno de los aspectos más notables del cáncer es la capacidad de las células tumorales de expandirse hacia tejidos alejados del tumor original, con la consecuente diseminación de la enfermedad por el organismo. Para iniciar este proceso, las células desarrollan unas estructuras llamadas invadopodia o invadopodios (del latín invado, invadir, y podio, pie; pie invasivo), donde existen enzimas que al ser secretadas degradan la matriz extracelular, permitiendo la progresión del tumor y la extravasación de células cancerígenas, por lo que están íntimamente relacionados con los fenómenos de invasividad y metástasis.</div><p></p><p style="text-align: justify;">Los invadopodios consisten en unas pequeñas protrusiones similares a unos pies, que tienen un tamaño muy pequeño (aproximadamente una milésima de milímetro) y están constituidos por un haz central de filamentos de actina que contienen varias proteínas en la membrana encargadas de enviar información a la célula sobre las condiciones externas y de digerir y degradar la matriz extracelular. En ellas encontramos abundantes proteínas reguladoras de actina, moléculas de adhesión, proteínas receptoras o de señalización, proteínas recombinantes de la membrana celular y enzimas proteolíticas de la matriz como las metaloproteinasas de matriz (MMP).</p><p style="text-align: justify;">En la regulación de la formación del esqueleto de la célula, interviene una oncoproteína llamada cortactina, de la que depende la adhesión y la migración celular, siendo necesaria para la formación de los invadopodias, por lo que su regulación positiva, promueve la formación de invadopodios, la degradación de la matriz extracelular y la invasividad de las células cancerosas.</p><p style="text-align: justify;">En el cáncer de próstata, el mecanismo potencial de la diosgenina implica la regulación a la baja de las MMP y la inhibición de la cortactina y de la invadopodia, con lo que finalmente se inhibe las metástasis del cáncer de próstata. También se ha demostrado que la diosgenina regula a la baja la vía de señalización de NF-κB, lo quE</p><p style="text-align: justify;">sugiere otro mecanismo, pues la regulación a la baja de la vía de señalización de NF-κB da como resultado la inhibición de la cortactina y, por lo tanto, la inhibición de invadopodia.</p><p style="text-align: justify;">En el cáncer de colon y en el cáncer de mama parece inhibir las metástasis mediante la regulación a la baja de la vía de señalización Akt/MAPK, ya que Akt puede activar la cortactina, quedando así inhibida la formación de la invadopodia. También la diosgenina en células de cáncer de colon, puede activar las vías p38 y JNK y así inhibir la cortactina.</p><p style="text-align: justify;">La diosgenina puede actuar como un inhibidor dual de las vías de señalización MEK/ERK y PI3K/Akt con lo que se podría superar la resistencia a los inhibidores de la tirosina quinasa, con lo que se obtendrían beneficios clínicos en el tratamiento del cáncer de pulmón. Además, la diosgenina regula a la baja las vías NF-κB-p65/p50 y p38-MAPK y atenúa las lesiones pulmonares agudas en ratones. En la eritroleucemia humana, la diosgenina inhibe la vía de señalización de NF-κB y, por lo tanto, suprime la metástasis.</p><p style="text-align: justify;">Además de las vías descritas, existen otras donde intervienen otras proteínas como FAK (FAK es una quinasa reguladora de la migración, proliferación, supervivencia y transcripción celular), las Src (de la familia de las tirosina-quinasas), o las MMP-2 y MMP-9.</p><p style="text-align: justify;">La diosgenina se ha utilizado con fines medicinales en el tratamiento de una serie de enfermedades y en la mejora de varias funciones fisiológicas. La diosgenina se ha aplicado en muchos casos, como tratar la inflamación, mejorar la función cardiovascular, reducir los niveles de lípidos en sangre y regular la inmunidad.</p><p style="text-align: justify;">Tradicionalmente, la diosgenina se usaba para el tratamiento de síntomas diversos como la frialdad de manos y pies fríos (por su función de activación de la circulación), pérdida del apetito causada por enfermedades como el cáncer y poliuria (por su función protectora del riñón. Actualmente, la diosgenina se usa ampliamente también en el tratamiento de enfermedades cardiovasculares.</p><p style="text-align: justify;">La diosgenina puede por tanto actuar sobre:</p><p></p><ul style="text-align: left;"><li style="text-align: justify;">Src inhibiendo su fosforilación.</li><li style="text-align: justify;">La vía FAK inhibiendo la expresión de moléculas asociadas y la activación de la vía.</li><li style="text-align: justify;">NF-κB inhibiendo su nivel y actividad, además de otras rutas.</li></ul><p></p><p style="text-align: justify;">Además, Src, la vía FAK y NF-κB tienen interrelaciones. La inhibición de diosgenina sobre Src, la vía FAK y NF-κB tiene un efecto negativo sobre el interruptor principal Cortactina, inhibiendo así la formación de invadopodios en varias células cancerosas.</p><p style="text-align: justify;">Por todo ello, estudios futuros deben examinar el mecanismo de inhibición de la diosgenina sobre la formación de invadopodia para suprimir las metástasis de los tumores primarios.</p><p style="text-align: justify;"><b><u>Referencia bibliográfica:</u></b> Yaxin Lian, Dezhong Wen, Xiaoting Meng, Xiaozhen Wang, Hongcheng Li, Liming Hao, Hui Xue, Jia Zhao. Inhibition of invadopodia formation by diosgenin in tumor cells. Oncol Lett. 2020 Dec; 20(6): 283 <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7520800/">https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7520800/</a> </p>Dr. D. Joaquín Outón Ruizhttp://www.blogger.com/profile/08784279400760111460noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1606893528555188403.post-9338122256164237962020-06-10T10:28:00.001+02:002020-06-10T10:28:37.189+02:00Artrosis y confinamiento por COVID19<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjBd3SZeeEA9w7IwVzBLRtaltjWFm6HVem56tf0MtCQ4Qpn6FRcnqLT8s1OHLMfUEDbMeOngP6GEJwNlPcu93iBPGFVR2LucIJDmNZKb5ZyXIofek-vxeIHjKpFJ3rr6o_eNFXvsq5PSvs/s1600/artrosis.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="653" height="183" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjBd3SZeeEA9w7IwVzBLRtaltjWFm6HVem56tf0MtCQ4Qpn6FRcnqLT8s1OHLMfUEDbMeOngP6GEJwNlPcu93iBPGFVR2LucIJDmNZKb5ZyXIofek-vxeIHjKpFJ3rr6o_eNFXvsq5PSvs/s200/artrosis.jpg" width="200" /></a></div>
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Uno de los hechos más relevantes desde el punto de vista social y que ha provocado la actual epidemia de SARS-CoV-2, responsable de la COVID-19, ha sido el confinamiento de la población, el cual, ha cambiado nuestras vidas, hábitos y rutinas de un día para otro.</div>
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Cuando se decretó el estado de alarma, lo primero que se pensó fue en las posibles repercusiones emocionales y conductuales que podía tener en cada uno de nosotros, pero también ha tenido importantes consecuencias sobre la esfera más física de nuestra salud.</div>
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Estar confinados ha implicado, entre otras cosas, una falta de movilidad y, por ello, las patologías del aparato locomotor son las que más se han visto afectadas por esa disminución del movimiento. De ellas, la principal ha sido la artrosis, dada su alta prevalencia en nuestra sociedad, que, según la última encuesta del Sistema Nacional de Salud, afecta al 18% de la población.</div>
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La artrosis como la mayoría de las enfermedades osteoarticulares, precisan de movimiento, aunque cada una de ellas con unas ciertas particularidades. La falta de movimiento provoca que nuestras articulaciones se anquilosen, aumentando la rigidez de las mismas, por lo que, cuando intentemos moverlas, se incrementa el dolor. Además, las posturas inadecuadas al sentarnos y el exceso de horas en sofás demasiado blandos, provoca numerosas contracturas musculares que acrecentan la intensidad del dolor. Es preciso, por tanto, evitar en la medida de lo posible la disminución de la actividad física, ya que confinamiento no es sinónimo de inactividad, por lo que sería importante organizar nuestro día para intercalar las actividades diarias con los periodos de reposo, evitando realizar las tareas domésticas en un plazo breve e intenso de tiempo, para después descansar interminables horas y, en la medida de lo posible, realizar ejercicio de acuerdo con nuestro estado de salud y forma física. Para la artrosis, uno de los ejercicios que se recomienda y que está avalado por estudios científicos es el taichí.</div>
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Además, el aumento de la ansiedad, el nerviosismo o el miedo, generan contracturas musculares, que por sí solas pueden provocar dolor, pero si afectan a una articulación con artrosis, incrementarán el roce de las superficies articulares afectadas, aumentando la inflamación y, en consecuencia, el dolor. Por tanto, cuidar de nuestra salud mental es fundamental, intentando evitar pensamientos negativos y realizando ejercicios de relajación.</div>
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La artrosis es una enfermedad crónica en la que se dañan nuestras articulaciones destruyéndose lenta y paulatinamente el cartílago articular, pero que afecta también a los tejidos periarticulares como son la cápsula, la sinovial, el hueso situado por debajo del cartílago (subcondral), los ligamentos, los tendones y los músculos. Cualquier articulación puede verse afectada, pero las más frecuentes son las de la rodilla, la cadera, las manos y la columna.</div>
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La mayoría de la población y numerosos profesionales, para tratar la artrosis, recurren a medicamentos que solo alivian, como son los analgésicos y los antiinflamatorios, que nunca curarán este proceso, pero sí harán que se sobrelleve mejor la enfermedad. Desde la Medicina naturista, son muchos los recursos que disponemos para tratar esta dolencia, con menos efectos secundarios que los fármacos y por tanto con mejor perfil de seguridad. Éstos se pueden dividir en dos grandes grupos, los puramente sintomáticos y los que son capaces de modificar la evolución de la enfermedad.</div>
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Dentro de las plantas que actúan sobre los síntomas, y que podemos ingerir en diferentes presentaciones, se encuentran el sauce (Salix alba) y la ulmaria (Spirae ulmaria), ricas en ácido metil salicílico, el harpagofito (Harpagophytum procumbens) con sus harpagósidos como responsables de su acción, o la cúrcuma (Curcuma longa), cuyos principios activos para que sean absorbidos deben ser administrados con pimienta negra o de forma fitosomada, la uña de gato (Uncaria tormentosa) o el mejillón de labio verde (Perna canaliculus).</div>
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También podemos ofrecer un tratamiento analgésico con muchos de los remedios citados anteriormente, empleándolos de forma tópica, pero destacan por encima de ellas el árnica (Arnica montana) y la pimienta de cayena (Capsicum annuum), cuya oleorresina se puede emplear en cremas incluso para dolores intensos como son los denominados dolores neuropáticos (postherpéticos, sensación de miembro fantasma, neuralgias intercostales o del trigémino, etc.).</div>
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Sin restarle importancia a lo que nos reclama el paciente que suele ser siempre que le mejoremos su dolor, desde el punto de vista terapéutico, más interesante sea quizás emplear plantas medicinales o moléculas que sean capaces de detener y en la medida de lo posible reparar, los daños provocados por la evolución de la enfermedad. Estos, como se entenderá, no nos ofrecerán un efecto analgésico rápido, pero sí a medio y largo plazo, de una forma más consolidada y definitiva, ya que la disminución de la percepción dolorosa, será consecuencia de la reparación y regeneración del cartílago articular. A estas sustancias que poseen este efecto se las conoce desde el punto de vista farmacológico como “modificadores de los síntomas de la artrosis de acción lenta” o por sus siglas en inglés como SYSADOA (Symptomatic slow action drug osteoarthritis).</div>
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Los SYSADOA tienen un comienzo de acción lenta, a diferencia de los antiinflamatorios no esteroideos y, por ello, la Agencia Europea del Medicamento, recomienda que el efecto analgésico de este grupo se valore en la artrosis al menos tras seis meses de tratamiento, y el efecto sobre la estructura articular tras 2 años de tratamiento. Otra característica es que poseen una eficacia global parecida a la de los antiinflamatorios no esteroideos y un efecto que se prolonga durante más tiempo, incluso durante algunos meses después de la supresión del tratamiento (efecto carry over o remanente).</div>
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Dentro de los SYSADOA, podemos distinguir dos grandes grupos, los que aportan elementos estructurales al cartílago articular, como son el colágeno, el sulfato de glucosamina, el condroitinsulfato, el ácido hialurónico o el cartílago de tiburón, algunos de ellos con más o menos actividad sobre el cartílago y, por otro lado, están los que actúan sobre los mediadores involucrados en el deterioro del cartílago articular donde encontramos a la diacereína y unas moléculas extraídas de la soja y del aguacate.</div>
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La diacereína es una antraquinona que se encuentra en las plantas del género Cassia y tiene moderada actividad antiinflamatoria y analgésica junto con efectos laxantes débiles. Su estructura química presenta similitudes con la de las tetraciclinas y su principal mecanismo de acción, es la inhibición de la interleukina-1. Sin embargo, esta molécula natural posee numerosos efectos secundarios, por lo que solo se comercializa como medicamento bajo prescripción médica.</div>
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La otra sustancia, realmente es un conjunto de moléculas conocidas como fracción insaponificable de los aceites de soja y aguacate (ASU por sus siglas en inglés, “avocado soybean unsaponifiable”) compuesta por una mezcla en la que predominan los esteroles vegetales como el beta-sitosterol, el estigmasterol y el campesterol. Los aceites en general tienen la propiedad de saponificarse, es decir de formar un jabón mediante un proceso químico al añadirle un álcali. Sin embargo, menos del 1 % del aceite de la soja y aguacate no se saponifica y con esa fracción, en una proporción 2:1 de soja con respecto al aguacate y en una cantidad total de 300 mg es con la que se elabora este medicamento o complemento.</div>
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Desde que se publicara en 1972 el primer estudio en Francia, se ha ido dilucidando el mecanismo íntimo por el que actúan estas moléculas, por lo que, en la actualidad, conocemos como actúan aumentando la síntesis de los diferentes tipos de colágeno que existen en el cartílago, haciendo que el condrocito, la única célula presente en el cartílago, los sintetice, y cómo actúa sobre otras moléculas que intervienen en el proceso artrósico como son el factor transformador del crecimiento (TGF-β1, TGF-β2), el inhibidor del plasminógeno activado (Pai-1), la IL-1, IL-1b, IL-6, IL-8, PGE2 y estromelisina, mediadores químicos que se asocian a la destrucción del cartílago sano. En definitiva, inhibe las moléculas implicadas en la inflamación (efecto antiinflamatorio), se opone a la acción destructiva de enzimas catabólicas (efecto anticatabólico) y activa la síntesis de algunos de los elementos componentes del cartílago y aumenta el número de células del cartílago, que en la artrosis se encuentran disminuidas (efecto anabólico).</div>
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Los ASU han demostrado una mayor efectividad en aquellas personas que tienen una pérdida más severa del cartílago, pero también beneficia a aquellas personas con diagnóstico de artrosis aunque no tengan síntomas, siendo compatible con la toma de analgésicos naturales o no. Existen estudios que demuestran cómo, conforme avanza el tratamiento, se observa una mejora del dolor, permitiendo reducir las cantidades de otros agentes analgésicos y antiinflamatorios que se suelen administrar en esta enfermedad. Pero lo importante es que este efecto no se deriva de su efecto analgésico, sino que es una consecuencia de la mejora del cartílago articular.</div>
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Otra ventaja que poseen los ASU es que, a diferencia de los otros SYSADOA como el colágeno o los sulfatos de condroitina o de glucosamina que son de origen animal, se trata de un producto de origen vegetal, por lo que es apto y puede ser consumido por vegetarianos. Finalmente se puede afirmar que prácticamente carece de efectos secundarios (similares al placebo) y no interacciona con otros medicamentos, lo cual hace que sea una opción muy segura en pacientes polimedicados como son los pacientes artrósicos que por lo general suelen ser mayores, donde coexisten numerosas patologías y diferentes fármacos.</div>
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Como vemos, son numerosas las opciones terapéuticas que tenemos para mejorar la artrosis, pero es fundamental, que el paciente se involucre también en su tratamiento realizando ejercicios y mejorando la movilidad, mostrando una actitud positiva. Si se realiza así, seguro que las plantas y suplementos naturales contribuirán a que estemos aún mejor.</div>
Dr. D. Joaquín Outón Ruizhttp://www.blogger.com/profile/08784279400760111460noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-1606893528555188403.post-71613948754750517682020-05-11T11:00:00.001+02:002020-05-11T11:00:27.026+02:00Zinc y COVID-19<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWK5PepvyenDool-j5_kxyz8u8a7kEoI3KrBwqXiOYwqO4p0kA3cP_0NfnnxO6QdXtUZ4Dac0uZBRbgJBjwaN6CcbRvmUJf7jSV1LShtrOdpfRcw13WIG7El_GCLrrKAFBQkZxOR4UuWS4/s1600/Virus4.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="543" data-original-width="960" height="181" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWK5PepvyenDool-j5_kxyz8u8a7kEoI3KrBwqXiOYwqO4p0kA3cP_0NfnnxO6QdXtUZ4Dac0uZBRbgJBjwaN6CcbRvmUJf7jSV1LShtrOdpfRcw13WIG7El_GCLrrKAFBQkZxOR4UuWS4/s320/Virus4.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Unos de los medicamentos más
eficaces, aunque no exentos de ciertas polémicas, y que actualmente se están
empleando en los diferentes protocolos de tratamiento frente a la pandemia de
COVID-19 son la cloroquina y su derivado, la hidroxicloroquina. No es la
primera vez que se usan para tratar un virus emergente nuevo, ya que hay evidencia
de su actividad frente al virus del Zika, al virus del Ébola y al virus de
Chikungunya. El mecanismo de acción en COVID-19 no se conoce aún con total
profundidad y existen diferentes hipótesis que explicarían los efectos de la
cloroquina en el ciclo de replicación del SARS-CoV-2.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El zinc es otra sustancia que
podría reducir la actividad viral del SARS-CoV-2, ya que posee un efecto
antivírico y puede aliviar las infecciones del tracto respiratorio. Es el
segundo elemento traza más abundante que existe en el cuerpo y sus fuentes
dietéticas son el pescado, los huevos, los productos lácteos, los mariscos
(especialmente ostras) y las carnes rojas. Se necesita un aporte continuo ya
que la capacidad del organismo para almacenarlo es limitada. Está comprobado
que la multiplicación o replicación de los virus del SARS, hepatitis C e
influenza H1N1, se inhiben por el óxido de zinc y las diferentes sales de este.
Tampoco se conoce cómo el zinc ejerce su actividad antiviral y entre los
posibles mecanismos se postulan la inhibición de la unión del virus a la
mucosa, la supresión del efecto inflamatorio, la generación de interferón y la
inhibición de enzimas necesarias para la replicación viral. Un estudio reciente
mostró cómo las sales de zinc inhibían la ARN-polimerasa dependiente del ARN
(RdRp), impidiendo así la replicación viral del virus de la hepatitis E.
Curiosamente, esta enzima inhibida por el zinc, es la misma que también se
necesita para la replicación del SARS-CoV-2.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Sin embargo, el zinc tiene
dificultad para atravesar la membrana de la célula e ingresar en su interior,
donde bloquearía la replicación viral, para lo que precisa de un transportador,
que se conocen en general como ionóforos, que permiten el paso del zinc a
través de la membrana plasmática, liberándolo en el citoplasma. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Es aquí, precisamente, donde la
hidroxicloroquina puede desempeñar su principal papel, actuando como un
ionóforo y permitiendo la entrada del zinc a la célula infectada, por lo que se
ha planteado la administración conjunta y sinérgica de cloroquina o
hidroxicloroquina y zinc para mitigar la exacerbación de COVID-19. De hecho, ya
existe evidencia de los resultados con esta combinación. En concreto, se ha
empleado hidroxicloroquina, azitromicina y zinc en forma de sulfato, en 350
pacientes con COVID-19, con un éxito total: no hubo fallecimientos, ninguno
requirió de asistencia respiratoria, y ni siquiera uno de ellos necesitó ser
hospitalizado, por lo que se han puesto en marcha nuevos estudios para
corroborar estas acciones y resultados.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Desde el punto de vista teórico,
ya que no se ha comprobado con el SARS-CoV-2, existen otras posibilidades de
empleo del zinc para que pueda atravesar la membrana celular, como son su
empleo en forma quelada con un aminoácido o asociado a la quercetina o al
galato de epigalocatequina.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Referencias bibliográficas: <a href="https://www.infezmed.it/media/journal/Vol_28_2_2020_9.pdf">https://www.infezmed.it/media/journal/Vol_28_2_2020_9.pdf</a>
y <a href="https://pubs.acs.org/doi/10.1021/jf5014633">https://pubs.acs.org/doi/10.1021/jf5014633</a>
<o:p></o:p></div>
<br />Dr. D. Joaquín Outón Ruizhttp://www.blogger.com/profile/08784279400760111460noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1606893528555188403.post-62840805741140127912020-05-06T10:26:00.001+02:002020-05-06T10:27:32.796+02:00COVID19 y enfermedad hepática<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5VC5__67iRoSFoqJ3qBSpf_Ld89ZoA6QgCASIoK3A_qiDcFbYDdBF0b_v3LnIlUZ2bw6Vlv1jKANB6_G6L6PiGYD-scYH76A4WQE5T3qeHNYZe45ZY9yhKrrqfpQJSib9JtyVn5jVVSSK/s1600/Virus.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="476" data-original-width="960" height="156" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5VC5__67iRoSFoqJ3qBSpf_Ld89ZoA6QgCASIoK3A_qiDcFbYDdBF0b_v3LnIlUZ2bw6Vlv1jKANB6_G6L6PiGYD-scYH76A4WQE5T3qeHNYZe45ZY9yhKrrqfpQJSib9JtyVn5jVVSSK/s320/Virus.JPG" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: inherit;">El SARS-Cov-2, es un tipo
de coronavirus responsable de la enfermedad denominada COVID-19, que ha
irrumpido en nuestra sociedad de forma abrupta generando una pandemia y del que
hemos pasado de desconocerlo por completo, a centrar una gran parte de los recursos
de la investigación en numerosas áreas de la medicina para poder estudiarlo en
sus diferentes facetas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: inherit;">Uno de los primeros
datos procedentes de las analíticas de laboratorio de pacientes que habían
desarrollado la enfermedad, fue que, junto con la alteración de otros
parámetros serológicos (linfocitos, plaquetas, dímero D, PCR, LDH,...), también
sufrían una elevación las enzimas hepáticas durante la progresión de la
enfermedad, notificándose en diversos estudios que más del 50% (dependiendo de
las series) de los pacientes con SARS-CoV-2 presentaban un aumento de las
transaminasas, hecho que ya se había observado en otras infecciones por virus
similares, como la que provocó el coronavirus que causó el síndrome
respiratorio agudo grave (SARS-CoV) y el coronavirus causante del síndrome
respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV), que comparten similitud de secuencia
del genoma con el SARS-CoV-2.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: inherit;">Este virus, una
vez que ingresa al torrente sanguíneo, puede desplazarse a través de él por
cualquier parte del cuerpo, y el hígado es un órgano muy vascularizado, por lo
que el coronavirus puede penetrar fácilmente en el tejido hepático. Pero
para que el virus provoque un daño celular, tiene que acoplarse a la célula a
través de un receptor. Una vez acoplado, ingresaría en la célula, que en el
caso del SARS-CoV-2, es el ACE2, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que es
un receptor el cual solo encontramos en determinadas células donde el virus
puede provocar por tanto un daño, como son las del pulmón, los riñones, el
corazón, el cerebro, el intestino, los vasos sanguíneos y el hígado, los
órganos más afectados por esta infección.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: inherit;">Además de la presencia
de los receptores ACE2 en el hígado, son numerosas las hipótesis propuestas por
las que puede producirse la afectación hepática por el SARS-CoV-2 y
posiblemente sea multifactorial, entre las que también se incluyen la respuesta
inmunitaria desbordada conocida como “tormenta de citoquinas” que también daña
al hígado, los efectos secundarios de los fármacos empleados en su tratamiento
y la falta de oxígeno por la insuficiencia respiratoria o por la microtrombosis
en el hígado, que podría dificultar un adecuado flujo de sangre y aporte de
este elemento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: inherit;">En general, los
pacientes con COVID-19 grave tienen tasas más altas de disfunción hepática, y los
pacientes sintomáticos tienen más probabilidades de tener enzimas hepáticas
elevadas en comparación con los pacientes con enfermedad subclínica. No
obstante, hasta el momento, no se ha podido confirmar que el daño al hígado sea
permanente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Es por tanto
importante mantener un adecuado funcionamiento hepático durante cualquier fase
de la enfermedad, pero también, tanto antes de desarrollarla, como después de
haberla padecido, y, en este sentido, pueden ser de vital importancia emplear
plantas medicinales y suplementos dietéticos que puedan proteger al hepatocito,
favorecer su regeneración y mejorar los procesos de eliminación de residuos
tóxicos como son por ejemplo el cardo mariano (Silybum marianum), la alcachofa
(Cynara scolimus), la zarzaparrilla (Smilax medica), el boldo (Peumus boldus),
el diente de león (Taraxacum officinale), el romero (Rosmarinus officinalis),
el rábano negro (Raphanus sativus), el desmodio (Desmodium ascendens), la
colina, la metionina o el glutatión entre otros, suplementos que siempre se
pueden encontrar en establecimientos especializados del sector.<span style="color: #4f9800;"><o:p></o:p></span></span></div>
<br />Dr. D. Joaquín Outón Ruizhttp://www.blogger.com/profile/08784279400760111460noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1606893528555188403.post-59141650856540276372020-04-30T10:19:00.000+02:002020-04-30T10:19:09.622+02:00La bacopa demuestra su efecto en la memoria y el Alzheimer protegiendo también a los astrocitos<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRtL5dOMZwWhhwKs96_Ik13jVXljgVe1HCgMJaZH-qTRJYCNBgz9sRxCQq-CP0CVW4Vmx4xg3W9rmfVfN9yO7ufrw0AnR987uTa9C03KaMTG2CWFsdq-TIc_A8DJcQAZsSso1gXkRY52qz/s1600/Hind%25C3%25BA.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="468" data-original-width="702" height="133" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRtL5dOMZwWhhwKs96_Ik13jVXljgVe1HCgMJaZH-qTRJYCNBgz9sRxCQq-CP0CVW4Vmx4xg3W9rmfVfN9yO7ufrw0AnR987uTa9C03KaMTG2CWFsdq-TIc_A8DJcQAZsSso1gXkRY52qz/s200/Hind%25C3%25BA.JPG" width="200" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Los astrocitos son un tipo de
células presentes en el sistema nervioso que constituye el grupo celular más
abundante después de las neuronas, responsables de numerosas funciones para la
actividad nerviosa, Entre otras acciones, controlan y regulan la eficacia de la
comunicación entre las neuronas, de manera que contribuyen a los procesos de
transmisión y almacenamiento de información en el cerebro, habiéndose
comprobado que en contra de lo que se pensaba, las neuronas no son las únicas
responsables de nuestra memoria, por lo que numerosos autores han centrado sus
estudios en los astrocitos como posible diana terapéutica en tratamientos de
afecciones relacionadas con la pérdida de memoria, como es el caso de la
enfermedad del Alzheimer.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">El benzopireno (BP) es un
hidrocarburo aromático policíclico, un potente agente neurotóxico capaz de
provocar un deterioro del desarrollo neuronal que se ha asociado con los
procesos de envejecimiento cerebral.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">En este estudio se comprobó que
el extracto de Bacopa monnieri (BM), una planta medicinal ayurvédica, disminuyó
la apoptosis y el envejecimiento inducidos por el BP en astrocitos humanos. Se
demostró que BM protege a los astrocitos de la apoptosis y senescencia
inducidas por BP al reducir el daño mitocondrial que genera especies reactivas
de oxígeno (ROS). Además, se observó que la detención del ciclo celular en la
fase G2 que provoca el BP puede ser revertida por BM generándose un ciclo celular
normal en estas células.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">El Caenorhabditis elegans es un
nematodo, un gusano, que se emplea en numerosos estudios por su simplicidad,
donde también se confirmó los efectos descritos de BM. Además, se observó que
la actividad antisenescencia y antiapoptótica de la BM está mediada por el
efecto regulador de la mitofagia, y que BM induce la mitofagia a través de la
vía dependiente de la proteína Parkin para ejercer su actividad citoprotectora
en los astrocitos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">En conclusión, los efectos
antisenvejecimiento y antiapoptóticos de la BM en los astrocitos podrían
combatir los trastornos neurológicos relacionados con la contaminación y el
envejecimiento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<span style="font-family: inherit;">Referencia bibliográfica: </span><a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0278691520302556?via%3Dihub">https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0278691520302556?via%3Dihub</a><br />
Dr. D. Joaquín Outón Ruizhttp://www.blogger.com/profile/08784279400760111460noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1606893528555188403.post-84749715424257470312020-04-20T12:50:00.001+02:002020-04-20T12:50:45.328+02:00El sabal reduce los síntomas de la HBP, sin los efectos secundarios de los fármacos<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh042hoiC4oTOMeaNmthRoGf_7LfBqnav6ckBxK4ke7Vr7rjmQ_DwGFAgiC-BRvU4rFhQ47HN-N_2rQfByhA6r6jDyzPBG1dntD8nb9JzqNxWdghHGXpITcEyCHLyd88Fw34h98AAJJnyMz/s1600/Sabal.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1067" data-original-width="1600" height="133" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh042hoiC4oTOMeaNmthRoGf_7LfBqnav6ckBxK4ke7Vr7rjmQ_DwGFAgiC-BRvU4rFhQ47HN-N_2rQfByhA6r6jDyzPBG1dntD8nb9JzqNxWdghHGXpITcEyCHLyd88Fw34h98AAJJnyMz/s200/Sabal.jpg" width="200" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; tab-stops: 89.6pt; text-align: justify;">
Son numerosos los estudios publicados
en los que se ha demostrado que la palmera de California o palmera enana (Serenoa
repens) es eficaz en el control de los síntomas del tracto urinario inferior,
por lo que un grupo de investigadores realizaron una revisión sistemática y un
metanálisis para comparar Serenoa repens con tamsulosina, uno de los fármacos
más empleados en el tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata, tras ciclos
de tratamientos de al menos 6 meses de duración.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; tab-stops: 89.6pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; tab-stops: 89.6pt; text-align: justify;">
Se incluyeron en el metanálisis cuatro
estudios que abarcaron a 1.080 pacientes (543 en el grupo Serenoa repens y 537
en el grupo de tamsulosina) se incluyeron en el metanálisis.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; tab-stops: 89.6pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; tab-stops: 89.6pt; text-align: justify;">
En comparación con la tamsulosina,
Serenoa repens tuvo el mismo efecto en el tratamiento de la hiperplasia benigna
de próstata en términos de la escala internacional de síntomas prostáticos
(IPSS), calidad de vida, flujo máximo, volumen residual postmiccional, antígeno
prostático específico (PSA) con la excepción del volumen de la próstata cuya
mejoría fue mayor con la tamsulosina.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; tab-stops: 89.6pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; tab-stops: 89.6pt; text-align: justify;">
En cuanto a los efectos
secundarios, Serenoa repens fue bien tolerado en comparación con la
tamsulosina, especialmente en los trastornos de la eyaculación y disminución de
la libido.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; tab-stops: 89.6pt; text-align: justify;">
<br /></div>
Referencia bibliográfica: <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/1557988320905407?url_ver=Z39.88-2003&rfr_id=ori%3Arid%3Acrossref.org&rfr_dat=cr_pub%3Dwww.ncbi.nlm.nih.gov&">https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/1557988320905407?url_ver=Z39.88-2003&rfr_id=ori%3Arid%3Acrossref.org&rfr_dat=cr_pub%3Dwww.ncbi.nlm.nih.gov&</a>Dr. D. Joaquín Outón Ruizhttp://www.blogger.com/profile/08784279400760111460noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1606893528555188403.post-46709421709739322212020-04-16T09:25:00.000+02:002020-04-16T09:25:18.403+02:00El aceite de krill protege al organismo de las consecuencias del exceso de hierro<div style="line-height: 1.5; margin-bottom: 24px; text-align: justify;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8kBqCC7syF_e8yanWIvbTEKidWhX3XvvyRWrb09B-u8JMuJE8V8_vUuUE39rnDiGoAAHi1Sl1qwQqitdkGEsD1Ak0lAYw2IkfzI5xFVjovOTu3TraCQ5-9Xd_VyhzS2M4hXhKo68FGeYl/s1600/krill.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="457" data-original-width="800" height="113" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8kBqCC7syF_e8yanWIvbTEKidWhX3XvvyRWrb09B-u8JMuJE8V8_vUuUE39rnDiGoAAHi1Sl1qwQqitdkGEsD1Ak0lAYw2IkfzI5xFVjovOTu3TraCQ5-9Xd_VyhzS2M4hXhKo68FGeYl/s200/krill.jpg" width="200" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Los niveles altos de hierro se conocen en medicina con el nombre de
hemocromatosis. La hemocromatosis primaria, se debe a un trastorno genético por
el que aumenta la absorción de hierro, acumulándose en el corazón, páncreas e
hígado. También puede ser secundaria a otras enfermedades como talasemia, trasfusiones
repetidas o enfermedades inflamatorias hepáticas como la esteatosis hepática o
hígado graso, hepatitis víricas crónicas o el consumo prolongado de alcohol.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">La afectación hepática es lo más frecuente y puede provocar entre otras
afecciones una cirrosis. El tratamiento convencional consiste en extraer sangre
del paciente (flebotomía) y en administrar medicamentos quelantes del hierro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">El aceite de krill es un suplemento rico en unos ácidos grasos de la
serie omega-3 llamados ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico
(DHA). Estos ácidos grasos se encuentran tanto en el aceite de krill como en el
aceite de pescado. La principal diferencia se encuentra en que, en el aceite de
krill, se encuentran en forma de fosfolípidos y en el pescado en forma de
triglicéridos, lo que hace que los procedentes del aceite de krill sean más
biosdisponibles.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">En este estudio, realizado con ratones, se investigó si el aceite de
krill podía evitar el daño en el hígado y el bazo provocado por un exceso de
hierro, valorándose la extensión de las lesiones hepática y esplénica mediante
evaluaciones bioquímicas, histopatológicas e inmunohistoquímicas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Lo resultados, indicaron que el aceite de krill mejoró de forma
efectiva las lesiones microscópicas del hígado y el bazo. Además, disminuyó el
aumento de los niveles de transaminasas séricas, fosfatasa alcalina, LDH,
hierro y ferritina y también aumentó el nivel sérico de albúmina. Además,
restableció el equilibrio entre oxidantes y antioxidantes en los tejidos
hepático y esplénico. Por último, disminuyó los niveles de la hemo-oxigenasa 1
(HO-1), aumentó la producción de la proteína Nrf2 (proteína que controla el
modo en que se expresan ciertos genes encargados de proteger la célula del daño
que causan los radicales libres) y limitó la expresión de la metaloproteinasa
de matriz 9 (MMP-9, una enzima encargada de degradar componentes de la matriz
extracelular involucrada en procesos inflamatorios,).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Estos hallazgos sugieren que el aceite de krill puede ser un buen
candidato para el tratamiento de la toxicidad inducida por una sobrecarga de
hierro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Referencia bibliográfica: </span><a href="https://link.springer.com/article/10.1007%2Fs11356-019-06983-1">https://link.springer.com/article/10.1007%2Fs11356-019-06983-1</a></div>
Dr. D. Joaquín Outón Ruizhttp://www.blogger.com/profile/08784279400760111460noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1606893528555188403.post-46232554504813131482020-04-15T12:50:00.001+02:002020-04-15T12:50:52.729+02:00Un nuevo metaanálisis avala la seguridad y eficacia del azafrán (Crocus sativus L.) en el tratamiento de la depresión leve a moderada.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9XzUeRYtLHnlHGQZZenndzCdQL9ceZCpVoHXs9Bj74nmYmfCfAmHRed-0Mlgwz7TX6draybMPbAVI_o_0W653HZQ9NGMKdy1yRnDqE1wycoCJPkjXtZR9gGmmsyYMuWGbp6ni0v8jfrmE/s1600/azafr%25C3%25A1n-3.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="960" height="133" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9XzUeRYtLHnlHGQZZenndzCdQL9ceZCpVoHXs9Bj74nmYmfCfAmHRed-0Mlgwz7TX6draybMPbAVI_o_0W653HZQ9NGMKdy1yRnDqE1wycoCJPkjXtZR9gGmmsyYMuWGbp6ni0v8jfrmE/s200/azafr%25C3%25A1n-3.jpg" width="200" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Los tratamientos a base de plantas medicinales se están
volviendo cada vez más populares en el tratamiento de la depresión, ya que por
lo general los fármacos no están exentos de efectos secundarios. En los últimos
años, se han ido acumulando evidencias en numerosos estudios clínicos del efecto
positivo del azafrán (Crocus sativus L.) en el alivio de los síntomas
depresivos, por lo que los autores se propusieron realizar un metaanálisis para
evaluar la seguridad y la eficacia del azafrán en el tratamiento de la
depresión leve a moderada mediante la recopilación y síntesis de todos los
datos disponibles.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Para ello, se recuperaron todos estudios relevantes. Los
ensayos encontrados se sometieron a una revisión cuidadosa y se extrajeron de
ellos los datos necesarios prestando atención a las puntuaciones de la Escala
de Calificación de Hamilton para el Depresión o el Inventario de Depresión de
Beck, la tasa de respuesta, la tasa de remisión y los efectos adversos se
compararon entre azafrán y placebo o azafrán y antidepresivos para evaluar la
eficacia del azafrán en el tratamiento de la depresión.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Doce estudios cumplieron los requisitos de inclusión para el
metaanálisis, tras cuyo análisis los resultados mostraron que el azafrán poseía
una mejor eficacia en la mejora de los síntomas depresivos en comparación con
el placebo, mientras que era tan efectivo como los antidepresivos sintéticos.
No se detectaron diferencias significativas en la incidencia de efectos adversos
entre el azafrán y el placebo o entre el azafrán y los antidepresivos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Por ello, los autores concluyen que el azafrán podría
considerarse como una alternativa a los antidepresivos sintéticos en el
tratamiento de la depresión leve a moderada, aunque recomiendan la realización
de nuevos ensayos multicéntricos con mayor tamaño de muestra, mayor duración
del tratamiento y diferentes grupos étnicos para verificar los resultados.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Una buena noticia en unos momentos de pandemia por COVID-19
que no solo produce síntomas físicos, sino que además está afectando a la salud
emocional de numerosas personas.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Referencia bibliográfica: <a href="https://journals.lww.com/jonmd/Abstract/2020/04000/Safety_and_Efficacy_of_Saffron__Crocus_sativus_L__.2.aspx">https://journals.lww.com/jonmd/Abstract/2020/04000/Safety_and_Efficacy_of_Saffron__Crocus_sativus_L__.2.aspx</a></div>
Dr. D. Joaquín Outón Ruizhttp://www.blogger.com/profile/08784279400760111460noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1606893528555188403.post-80766131569013756632020-04-14T09:33:00.001+02:002020-04-14T09:37:17.817+02:00El ortosifón demuestra su efecto como protector renal y en la hiperuricemia<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgD3qAW4AMck0hNK-ies9oRmf5k_fDvV1RpyxL83WSafH_W6ZkVBYQEgWRkGCLoSJuJtyeaNRowGKJVSzDeH9aY82Ky6p9FqX_gUDSeixyf9YstmoXvaOkDZGevFNiLRcbG5KCqEyxINBWL/s1600/ortosifon.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="639" data-original-width="960" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgD3qAW4AMck0hNK-ies9oRmf5k_fDvV1RpyxL83WSafH_W6ZkVBYQEgWRkGCLoSJuJtyeaNRowGKJVSzDeH9aY82Ky6p9FqX_gUDSeixyf9YstmoXvaOkDZGevFNiLRcbG5KCqEyxINBWL/s320/ortosifon.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
El ortosifón (Orthosiphon stamineus) es una planta
medicinal originaria del sudeste asiático muy popular entre los habitantes de
la isla de Java (Indonesia), motivo por el cual se la conoce también como té de
Java, donde de forma tradicional la emplean para tratar enfermedades renales
por su efecto diurético, aunque no fue hasta el siglo XX cuando la comunidad
científica empezó a mostrar interés por esta planta medicinal y comienza a
realizar estudios.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
Son numerosos los compuestos que se han aislado del
ortosifón, siendo los más conocidos las sales de potasio y un flavonoide
llamado sinensetina, pero no son los únicos, ya que posee otras flavonas
esteres caféicos y cromenos, que en conjunto le confieren propiedades como
antioxidante, antiinflamatorio y diurético.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
En esta ocasión, un grupo de investigadores chinos,
quiso validar científicamente los efectos del ortosifón en la hiperuricemia y
como protector renal en un modelo murino al que se le provocó una hiperuricemia
con oxonato de potasio.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
Como consecuencia, se identificaron 8 compuestos en
el ortosifón que redujeron los altos niveles de ácido úrico regulando rutas metabólicas clave implicadas en la hiperuricemia como son la actividad de la xantina oxidasa y de la adenosin deaminasa y
de los trasportadores de urato. Además en el estudio histológico renal, el
ortosifón también disminuyó significativamente las lesiones renales.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
Estos hallazgos demuestran que el ortosifón posee
unos interesantes efectos como antihiperuricemico y nefroprotector que indican que
esta planta medicinal podría ser un agente o ingrediente funcional seguro y
efectivo para tratar la hiperuricemia.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
Referencia bibliográfica: <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/jphp.13222">https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/jphp.13222</a></div>
<br />Dr. D. Joaquín Outón Ruizhttp://www.blogger.com/profile/08784279400760111460noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1606893528555188403.post-18877511929601745572020-04-09T09:56:00.002+02:002020-04-09T10:17:41.892+02:00¿Aceite esencial de ajo para el coronavirus COVID-19?<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhx4Is0KvJIBqZoN2NysgOlYbQaBF3JUn8qitkL8RrMCgRq0jnZEE2bKVr3VndpTG7ftOPUpB-dXEuGx7tWbWy8O-ADfjC2vHnt7lzswfDk0rPg-BjqfENuZPoCYzhyphenhyphenSAQ7lbwGH5S3jaV/s1600/Ajo2.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="512" data-original-width="762" height="134" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhx4Is0KvJIBqZoN2NysgOlYbQaBF3JUn8qitkL8RrMCgRq0jnZEE2bKVr3VndpTG7ftOPUpB-dXEuGx7tWbWy8O-ADfjC2vHnt7lzswfDk0rPg-BjqfENuZPoCYzhyphenhyphenSAQ7lbwGH5S3jaV/s200/Ajo2.JPG" width="200" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">El ajo (Allium sativum L.) además de
su valor como ingrediente culinario, está considerado un componente importante
dentro de la medicina naturista desde hace siglos. Durante miles de años, el
ajo se ha utilizado como medicamento para resfriados comunes, gripe y otros
tipos de infecciones. Estudios farmacológicos más recientes indican que el
aceite esencial de ajo es una fuente excepcional de compuestos
organosulfurados, que poseen unas importantes propiedades antioxidantes,
antibacterianas, antifúngicas, anticancerígenas y antimicrobianas. También se
ha demostrado que el aceite podría emplearse en casos de hipoglucemias, hipertensión,
terapia antitrombótica y como inmunomodulador y prebiótico. <o:p></o:p>Además, posee otro compuesto azufrado
llamado alicina que se encuentra en el aceite esencial.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Ante la pandemia que se está sufriendo
por el nuevo coronavirus (SARS-CoV-2/COVID-19), existe una demanda también
creciente de recursos naturales y seguros que puedan prevenir esta infección y
son numerosos los estudios que están en la actualidad en marcha, uno de los
cuales se ha realizado con el aceite esencial de ajo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Para que el virus nos produzca una
infección, necesita que por un lado se acople a la membrana de las células y
pueda entrar en su interior y que una vez haya penetrado se multiplique dando
lugar a nuevas copias virales.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">En este proceso intervienen dos
proteínas fundamentales como son la ACE2 y la 3CL (Mpro). La ACE2 es una
proteína presente en la superficie de muchas células de nuestro organismo
especialmente en los vasos sanguíneos, el corazón y el aparato respiratorio. <span style="background: white;">El virus posee otra proteína en su superficie que
encaja como una </span>llave en su cerradura en la ACE2 de la célula, con lo
que se permite el paso del virus al interior de la célula, donde el ARN vírico se
confunde con material genético propio, provocando que esa nueva información del
ARN reproduzca proteínas virales como si se tratasen de proteínas humanas. <span style="background: white;">En cuestión de horas se fabrican millones de copias de
ARN viral que<strong> </strong><strong><span style="font-weight: normal;">se van multiplicando</span></strong><b> </b>hasta romper la <strong><span style="font-weight: normal;">membrana celular y poder así infectar otras
nuevas células. Para que el ARN viral se multiplique, se necesitan otras
proteínas que actúan como enzimas llamadas proteasas, y es aquí donde actúan
fármacos antivirales que se emplean en el tratamiento del VIH o de la hepatitis
C. La principal proteasa es precisamente la 3CL, cuya estructura acaba de ser liberada
por el banco de datos de proteínas para desarrollar nuevos fármacos con el
código PDB 6LU7.</span></strong></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background: white;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background: white;"><span style="font-family: inherit;">La aplicación de
métodos en los que se emplean modelos de moléculas permite a los investigadores
evaluar la actividad antiviral.<strong><o:p></o:p></strong></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Diecisiete compuestos
organosulfurados, que representan el 99.4% del contenido del aceite esencial de
ajo empleado, demostraron una intensa interacción con los aminoácidos de la
proteína ACE2 y de la proteasa principal del SARS-CoV-2, la 6LU7. La actividad
anticoronavirus más potente, la expresaron el disulfuro de alilo y trisulfuro de
alilo, que son los principales compuestos presentes en el aceite esencial de
ajo (51,3%). Los resultados de acoplamiento indican también una acción sinérgica
de estas 17 sustancias, en la inhibición de las dos proteínas (ACE2 y PDB 6LU7),
por lo que los resultados sugieren que el aceite esencial de ajo puede ser un
valioso antivírico natural, que puede contribuir a prevenir la invasión del coronavirus
en el humano.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">El conocimiento de la estructura
tridimensional de la principal proteasa del coronavirus, ha facilitado también
nuevos estudios con otras biomoléculas como son nigellidina, quercetina,
luteolina-7-glucósido, demetoxicurcumina, naringenina, apigenina-7-glucósido,
oleuropeína, curcumina, galato de epicatequina , zingerol o gingerol.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Referencias bibliográficas:</div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<ul>
<li><a href="https://pubs.acs.org/doi/10.1021/acsomega.0c00772" style="text-indent: -18pt;">https://pubs.acs.org/doi/10.1021/acsomega.0c00772</a></li>
<li><a href="https://www.preprints.org/manuscript/202003.0226/v1" style="text-indent: -18pt;">https://www.preprints.org/manuscript/202003.0226/v1</a></li>
<li><a href="https://chemrxiv.org/articles/Identification_of_Compounds_from_Nigella_Sativa_as_New_Potential_Inhibitors_of_2019_Novel_Coronasvirus_Covid-19_Molecular_Docking_Study_/12055716" style="text-indent: -18pt;">https://chemrxiv.org/articles/Identification_of_Compounds_from_Nigella_Sativa_as_New_Potential_Inhibitors_of_2019_Novel_Coronasvirus_Covid-19_Molecular_Docking_Study_/12055716</a></li>
</ul>
<br />
<div class="MsoListParagraphCxSpLast" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18.0pt;">
<o:p></o:p></div>
<br />Dr. D. Joaquín Outón Ruizhttp://www.blogger.com/profile/08784279400760111460noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1606893528555188403.post-19782226081890974512020-03-29T09:53:00.002+02:002020-03-30T13:52:39.942+02:00Tratar la disbiosis: menos mortalidad y aumento de las tasas de curación por COVID-19<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSyKXzDnkuVyi-sa2VU1VP41vTUzT40jQlXcGgsW5DGp9SJ9oepUGldfw_MBa2snG-Xd1EFotpW-Rw6rnAJOfkrYXJC1vOqAX9OErphwGHJnqu90-bKrZKEXlNoGZn8AcSX6GE1TmG6l0i/s1600/Coronavirus.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="540" data-original-width="959" height="112" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSyKXzDnkuVyi-sa2VU1VP41vTUzT40jQlXcGgsW5DGp9SJ9oepUGldfw_MBa2snG-Xd1EFotpW-Rw6rnAJOfkrYXJC1vOqAX9OErphwGHJnqu90-bKrZKEXlNoGZn8AcSX6GE1TmG6l0i/s200/Coronavirus.JPG" width="200" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Zhegiang es una región situada al este de China, que con un
territorio 5 veces más pequeño al de España, tiene una población superior a la
española y se encuentra cerca de Wuhan, lugar tristemente conocido porque allí
se detectaron los primeros casos de infección por el coronavirus COVID-19. Esta
cercanía geográfica, ha hecho que esta zona haya tenido también numerosos casos
de infección por este virus.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El Centro Nacional de Investigación Clínica para
Enfermedades Infecciosas de China, asignó al Hospital asociado a la Facultad de
Medicina de la Universidad de Zhejiang la atención médica primaria para
COVID-19 en la provincia de Zhejiang, convirtiéndose en el hospital de
referencia para la contención y tratamiento de la enfermedad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
En este hospital se estableció una estrategia de tratamiento
basada en lo que denominaron “Four-Anti and Two-Balance”, es decir “cuatro
antis y dos equilibradores”. Los cuatro “antis” fueron antivirales (lopinavir/ritonavir), tratamientos frente al shock, tratamientos que evitaran la hipoxia y fármacos antiinfecciosos, mientras que la "regulación" se hizo a dos
niveles, teniéndose en cuenta el equilibrio hidroelectrolítico y ácido-base y
por otro lado el equilibrio de la microbiota recomendándose un tratamiento
multidisciplinario personalizado que mejoró el efecto terapéutico.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Los investigadores observaron que los pacientes afectados
por COVID-19 presentaban una disbiosis intestinal con disminución de
probióticos de los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium, y así, los expertos
recomendaron evaluar también la función nutricional y gastrointestinal de todos
los pacientes y la aplicación de prebióticos o probióticos para regular el
equilibrio de la microbiota intestinal y reducir el riesgo de infecciones
secundarias provocadas por translocación bacteriana. En este abordaje
integrativo también se prestó atención a la esfera psicológica, ya que la
ansiedad y el miedo fueron comunes en pacientes con COVID-19. Además, también
integraron tratamientos de la medicina tradicional china siguiendo criterios de
diagnóstico propios de esta disciplina.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Esta estrategia integrativa de "Cuatro antis y dos
balanceadores" aumentó de una forma efectiva la tasa de curación y redujo
la mortalidad en la infección por COVID-19, un ejemplo a seguir, en el que
además del tratamiento convencional, se demuestra que implementar “pequeños
detalles” puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte para muchos
pacientes.<o:p></o:p></div>
<br />
<br />
Referencia bibliográfica: <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/32096367">https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/32096367</a>Dr. D. Joaquín Outón Ruizhttp://www.blogger.com/profile/08784279400760111460noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1606893528555188403.post-87873994960386823142020-03-26T13:19:00.002+01:002020-03-26T13:19:52.561+01:00Un extracto de azafrán demuestra efectividad en el glaucoma<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhh9efAaP_ClWsI7b7fFrgo627dBzdi56GmLg-YapyK24zo9wRhFALcJK1P0gbx3dOqrzqRKbuuSOxYjMCy0yrazpVC2criYfxEUFsJR1jLU_SRqybi81mVREWYv9q4z_Ag97mDaFkGX7hp/s1600/ojo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="569" data-original-width="836" height="135" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhh9efAaP_ClWsI7b7fFrgo627dBzdi56GmLg-YapyK24zo9wRhFALcJK1P0gbx3dOqrzqRKbuuSOxYjMCy0yrazpVC2criYfxEUFsJR1jLU_SRqybi81mVREWYv9q4z_Ag97mDaFkGX7hp/s200/ojo.jpg" width="200" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La presión existente en el interior
del ojo, es el resultado de la que ejercen los líquidos oculares contra sus
paredes y es necesaria para que el globo ocular se mantenga distendido. Esta
presión que existe en el interior del ojo, es el resultado del equilibrio entre
producción y reabsorción del humor acuoso en la cámara anterior del ojo situada
entre cornea y cristalino (en la cámara posterior, entre cristalino y retina,
se encuentra el humor vítreo). El aumento de la presión intraocular o
hipertensión ocular es el principal factor de riesgo para el desarrollo de
algunas enfermedades oculares, principalmente el glaucoma y la degeneración
macular asociada a la edad. En ambos casos, la prevención y la detección
temprana son imprescindibles para retrasar el desarrollo de la enfermedad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Según la OMS, el glaucoma es la
segunda causa de ceguera en el mundo y la padecen más de 60 millones de
personas. En esta enfermedad, se produce la muerte de las células ganglionares
de la retina encargadas de enviar las señales visuales al cerebro, con lo que
se produce una pérdida progresiva del campo visual, que si evoluciona, puede
llegar a provocar la pérdida total de la visión, ya que estas células no se
regeneran y no se pueden reemplazar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Existen varios factores de
riesgo para desarrollar el glaucoma como la predisposición genética, la edad o
padecer diabetes o enfermedades cardiovasculares, pero solo uno es modificable,
y es la hipertensión intraocular, por lo que su control permite retrasar o incluso
prevenir su aparición, aunque a veces, no siempre se puede evitar la
neurodegeneración por glaucoma, que es irreversible. Por ello, el diagnóstico precoz
y el desarrollo de tratamientos neuroprotectores suponen un reto importante en
el control de esta enfermedad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
En el sistema nervioso central,
existe una creciente evidencia en estudios tanto de laboratorio como clínicos de
que ciertos componentes del azafrán ejercen un efecto neuroprotector,
habiéndose comprobado en modelos de enfermedad de Alzheimer y Parkinson. Además,
los extractos de azafrán titulados en crocina y crocetina, disminuyen la neuroinflamación
al reducir la producción de diversas moléculas neurotóxicas como el óxido
nítrico, el factor de necrosis tumoral alfa (TNF–α), la interleucina 1 beta (IL-1β)
y especies reactivas de oxígeno (ROS), por lo que estos compuestos pueden
ejercer efectos neuroprotectores en el sistema nervioso central.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
En el ojo, se ha comprobado los
efectos beneficiosos de los extractos de azafrán en diferentes modelos animales
de daño retiniano, y así, la crocina aumenta significativamente el flujo
sanguíneo en la retina y la coroides, y mejora la oxigenación y el suministro
de nutrientes en la retina tras aumentar de forma aguda la presión intraocular,
mientras que la crocetina previene el daño retiniano inducido. Estos compuestos
también han demostrado eficacia en modelos experimentales de enfermedades
oculares neurodegenerativas como la degeneración macular relacionada con la
edad (DMAE), la retinopatía diabética y la retinitis o retinosis pigmentaria,
pero los estudios en el glaucoma son escasos, donde solo una publicación
demuestra que la suplementación oral con azafrán puede reducir
significativamente la presión intraocular en pacientes con glaucoma primario de
ángulo abierto.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
En este nuevo estudio realizado en
un modelo animal de hipertensión intraocular se administró un extracto de
azafrán (affron®EYE), los autores comprobaron que protege las células
ganglionares de la retina de la hipertensión intraocular, reduciendo su muerte
y el daño celular causado y que puede prevenir o retrasar la aparición del
glaucoma.</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Referencia bibliográfica: <a href="https://www.mdpi.com/1422-0067/20/17/4110">https://www.mdpi.com/1422-0067/20/17/4110</a></div>
<br />Dr. D. Joaquín Outón Ruizhttp://www.blogger.com/profile/08784279400760111460noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1606893528555188403.post-41126047664777819752020-03-13T12:01:00.001+01:002020-03-13T12:01:26.785+01:00La jalea real, demuestra efectividad en un modelo de enfermedad de Alzheimer en ratas<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjD2JpQulxIBcyxVrnIvYiTJRrRfsUvc5EDGOglvUSBHMuhu9ciIRi00nSeP2SQP3PPphHoE2hlxZ_LOVD6H3W6sBjx0DOwvJ4Yyg8_UhZi-n6NNcvTylEqWOm1wHHwPTRUu6CmXu-03C-M/s1600/abeja.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="960" height="133" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjD2JpQulxIBcyxVrnIvYiTJRrRfsUvc5EDGOglvUSBHMuhu9ciIRi00nSeP2SQP3PPphHoE2hlxZ_LOVD6H3W6sBjx0DOwvJ4Yyg8_UhZi-n6NNcvTylEqWOm1wHHwPTRUu6CmXu-03C-M/s200/abeja.JPG" width="200" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background: white;"><span style="font-family: inherit;">La enfermedad de Alzheimer (EA) es un trastorno
neurodegenerativo caracterizado por una disminución progresiva de la función
cognitiva. La inyección intracerebroventricular de estreptozotocina
(icv-STZ) sirve como modelo experimental de enfermedad de Alzheimer esporádica
(SAD) en roedores y nos permite poder realizar análisis etiopatogénicos y evaluar
nuevas propuestas terapéuticas. Este modelo, provoca una disminución de la
glucosa cerebral y el metabolismo energético, el deterioro cognitivo, el estrés
oxidativo, la pérdida neuronal y la angiopatía amiloide, típicos de esta
enfermedad.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background: white;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background: white;"><span style="font-family: inherit;">La Jalea real, es una sustancia producida por las abejas
obreras de la especie <em style="-webkit-text-stroke-width: 0px; box-sizing: border-box; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;">Apis mellifera</em>,
y se ha utilizado popularmente durante años en el sector de la alimentación
saludable y la medicina natural. Las investigaciones indican que posee diferentes actividades farmacológicas, entre las que se incluye el
efecto neuroprotector y de mejora de la función cognitiva. El objetivo de
este estudio fue investigar los efectos del tratamiento oral con jalea real
durante 2 semanas en ratas Wistar sometidas a icv-STZ en la memoria y
neuroprotección, según lo evaluado por neurogénesis, neurodegeneración y estrés
oxidativo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background: white;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background: white;"><span style="font-family: inherit;">En este estudio, la inyección de icv-STZ en ratas, indujo
efectos nocivos en el hipocampo, asociados con alteraciones cognitivas, y provocó
una marcada neurodegeneración, además de la reducción de la neurogénesis y el
aumento del estrés oxidativo. La posterior administración oral de jalea
real indujo efectos beneficiosos en los animales lesionados, aumentando la
memoria espacial, reduciendo la neurodegeneración y el nivel de estrés
oxidativo y aumentando la proliferación de nuevas neuronas en el hipocampo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background: white;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background: white;"><span style="font-family: inherit;">Por lo tanto, los autores concluyen que la jalea real promueve
efectos beneficiosos sobre las funciones cognitivas y exhibe una acción
neuroprotectora en el modelo experimental STZ de SAD.</span><span style="font-family: Helvetica, sans-serif; font-size: 13.5pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background: white;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background: white;"><span style="font-family: inherit;">Es importante, a la hora de tomar una jalea real, elegir un buen producto que al menos aporte 1000 mg de jalea real fresca.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background: white;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background: white;"><span style="font-family: inherit;">Fuente: </span></span><a href="https://www.cell.com/action/showPdf?pii=S2405-8440%2820%2930126-2">https://www.cell.com/action/showPdf?pii=S2405-8440%2820%2930126-2</a></div>
<br />Dr. D. Joaquín Outón Ruizhttp://www.blogger.com/profile/08784279400760111460noreply@blogger.com0