jueves, 9 de abril de 2020

¿Aceite esencial de ajo para el coronavirus COVID-19?


El ajo (Allium sativum L.) además de su valor como ingrediente culinario, está considerado un componente importante dentro de la medicina naturista desde hace siglos. Durante miles de años, el ajo se ha utilizado como medicamento para resfriados comunes, gripe y otros tipos de infecciones. Estudios farmacológicos más recientes indican que el aceite esencial de ajo es una fuente excepcional de compuestos organosulfurados, que poseen unas importantes propiedades antioxidantes, antibacterianas, antifúngicas, anticancerígenas y antimicrobianas. También se ha demostrado que el aceite podría emplearse en casos de hipoglucemias, hipertensión, terapia antitrombótica y como inmunomodulador y prebiótico. Además, posee otro compuesto azufrado llamado alicina que se encuentra en el aceite esencial.

Ante la pandemia que se está sufriendo por el nuevo coronavirus (SARS-CoV-2/COVID-19), existe una demanda también creciente de recursos naturales y seguros que puedan prevenir esta infección y son numerosos los estudios que están en la actualidad en marcha, uno de los cuales se ha realizado con el aceite esencial de ajo.

Para que el virus nos produzca una infección, necesita que por un lado se acople a la membrana de las células y pueda entrar en su interior y que una vez haya penetrado se multiplique dando lugar a nuevas copias virales.

En este proceso intervienen dos proteínas fundamentales como son la ACE2 y la 3CL (Mpro). La ACE2 es una proteína presente en la superficie de muchas células de nuestro organismo especialmente en los vasos sanguíneos, el corazón y el aparato respiratorio. El virus posee otra proteína en su superficie que encaja como una llave en su cerradura en la ACE2 de la célula, con lo que se permite el paso del virus al interior de la célula, donde el ARN vírico se confunde con material genético propio, provocando que esa nueva información del ARN reproduzca proteínas virales como si se tratasen de proteínas humanas. En cuestión de horas se fabrican millones de copias de ARN viral que se van multiplicando hasta romper la membrana celular y poder así infectar otras nuevas células. Para que el ARN viral se multiplique, se necesitan otras proteínas que actúan como enzimas llamadas proteasas, y es aquí donde actúan fármacos antivirales que se emplean en el tratamiento del VIH o de la hepatitis C. La principal proteasa es precisamente la 3CL, cuya estructura acaba de ser liberada por el banco de datos de proteínas para desarrollar nuevos fármacos con el código PDB 6LU7.

La aplicación de métodos en los que se emplean modelos de moléculas permite a los investigadores evaluar la actividad antiviral.

Diecisiete compuestos organosulfurados, que representan el 99.4% del contenido del aceite esencial de ajo empleado, demostraron una intensa interacción con los aminoácidos de la proteína ACE2 y de la proteasa principal del SARS-CoV-2, la 6LU7. La actividad anticoronavirus más potente, la expresaron el disulfuro de alilo y trisulfuro de alilo, que son los principales compuestos presentes en el aceite esencial de ajo (51,3%). Los resultados de acoplamiento indican también una acción sinérgica de estas 17 sustancias, en la inhibición de las dos proteínas (ACE2 y PDB 6LU7), por lo que los resultados sugieren que el aceite esencial de ajo puede ser un valioso antivírico natural, que puede contribuir a prevenir la invasión del coronavirus en el humano.

El conocimiento de la estructura tridimensional de la principal proteasa del coronavirus, ha facilitado también nuevos estudios con otras biomoléculas como son nigellidina, quercetina, luteolina-7-glucósido, demetoxicurcumina, naringenina, apigenina-7-glucósido, oleuropeína, curcumina, galato de epicatequina , zingerol o gingerol.

Referencias bibliográficas:


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