Los niveles altos de hierro se conocen en medicina con el nombre de
hemocromatosis. La hemocromatosis primaria, se debe a un trastorno genético por
el que aumenta la absorción de hierro, acumulándose en el corazón, páncreas e
hígado. También puede ser secundaria a otras enfermedades como talasemia, trasfusiones
repetidas o enfermedades inflamatorias hepáticas como la esteatosis hepática o
hígado graso, hepatitis víricas crónicas o el consumo prolongado de alcohol.
La afectación hepática es lo más frecuente y puede provocar entre otras
afecciones una cirrosis. El tratamiento convencional consiste en extraer sangre
del paciente (flebotomía) y en administrar medicamentos quelantes del hierro.
El aceite de krill es un suplemento rico en unos ácidos grasos de la
serie omega-3 llamados ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico
(DHA). Estos ácidos grasos se encuentran tanto en el aceite de krill como en el
aceite de pescado. La principal diferencia se encuentra en que, en el aceite de
krill, se encuentran en forma de fosfolípidos y en el pescado en forma de
triglicéridos, lo que hace que los procedentes del aceite de krill sean más
biosdisponibles.
En este estudio, realizado con ratones, se investigó si el aceite de
krill podía evitar el daño en el hígado y el bazo provocado por un exceso de
hierro, valorándose la extensión de las lesiones hepática y esplénica mediante
evaluaciones bioquímicas, histopatológicas e inmunohistoquímicas.
Lo resultados, indicaron que el aceite de krill mejoró de forma
efectiva las lesiones microscópicas del hígado y el bazo. Además, disminuyó el
aumento de los niveles de transaminasas séricas, fosfatasa alcalina, LDH,
hierro y ferritina y también aumentó el nivel sérico de albúmina. Además,
restableció el equilibrio entre oxidantes y antioxidantes en los tejidos
hepático y esplénico. Por último, disminuyó los niveles de la hemo-oxigenasa 1
(HO-1), aumentó la producción de la proteína Nrf2 (proteína que controla el
modo en que se expresan ciertos genes encargados de proteger la célula del daño
que causan los radicales libres) y limitó la expresión de la metaloproteinasa
de matriz 9 (MMP-9, una enzima encargada de degradar componentes de la matriz
extracelular involucrada en procesos inflamatorios,).
Estos hallazgos sugieren que el aceite de krill puede ser un buen
candidato para el tratamiento de la toxicidad inducida por una sobrecarga de
hierro.
Referencia bibliográfica: https://link.springer.com/article/10.1007%2Fs11356-019-06983-1
No hay comentarios:
Publicar un comentario