El tomate, jitomate o tomatera,
un ingrediente fundamental de miles de platos de la gastronomía de todo el
mundo, contienen un potente antioxidante (el licopeno) que puede ayudar a
prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, según una investigación
de la Universidad de Cambridge, Reino Unido.
De acuerdo con los hallazgos
publicados en la revista PLoS ONE,
el tomate al natural en ensaladas, como parte de una salsa e incluso una ración
de ketchup, mejoraría la función de los vasos sanguíneos y tendría un efecto
cardiosaludable.
"Hemos demostrado con toda
claridad que el licopeno mejora la función de los vasos sanguíneos en los
pacientes con enfermedad cardiovascular", estableció el Dr. Joseph
Cheriyan, consultor farmacólogo clínico en un comunicado difundido por la
institución académica.
Para llegar a la conclusión
anterior, los científicos analizaron los efectos del licopeno sobre la función
de los vasos sanguíneos. La constricción o estrechamiento de los vasos
sanguíneos es uno de los factores de riesgo que pueden conducir a un ataque
cardíaco y accidente cerebrovascular (ACV).
36 pacientes con enfermedad cardiovascular
y 36 voluntarios sanos participaron en el estudio. De manera aleatoria les fue
administrada una píldora diaria durante dos meses con un suplemento, que
contenía 7 miligramos de “licopeno”, la sustancia responsable del color rojo
del tomate o un placebo. Ni los pacientes ni los médicos conocían quién tomaba
qué.
Tras valorar los resultados del
experimento, los investigadores comprobaron una mejora significativa del flujo
sanguíneo del antebrazo en aquellos que tomaron la píldora de licopeno frente a
los que recibieron el placebo.
El licopeno mejoró la respuesta
de los vasos sanguíneos a la acetilcolina (que estimula la liberación de una
hormona llamada óxido nítrico, un dilatador de los vasos sanguíneos) y
normalizó la función endotelial (regulación de las funciones circulatorias) de
los pacientes.
No obstante, los autores del
trabajo consideraron que aún es necesario llevar a cabo más estudios para
demostrar que realmente funciona y se puede traducir en un beneficio clínico
para los pacientes en riesgo.
Anteriormente, investigadores de
la Universidad de Kioto, en Japón hallaron que los tomates contienen un
nutriente, el ácido 9-oxo-octadecadienoico, que puede prevenir la aparición de
enfermedades cardiovasculares por su efecto antidislipémico. Este compuesto
aumenta la oxidación de los ácidos grasos y contribuye a la regulación del
metabolismo lipídico hepático de las grasas, evitando su acumulación en sangre,
con lo que reduce las enfermedades vasculares.
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