martes, 11 de febrero de 2020

El ortosifón o té de Java, protege de la hiperuricemia y del daño renal asociado


Cuando pensamos en un aumento de los niveles de ácido úrico, suele venirnos a la cabeza el típico paciente gotoso con dolor intenso y agudo y signos de inflamación en el dedo gordo del pie por depósito y precipitación de cristales de urato monosódico en la articulación metatarsofalángica. Es lo que denominamos artritis gotosa aguda que además de poder ocurrir en otras articulaciones puede también generar distintos cuadros clínicos como la gota tofácea debida a la precipitación de los cristales en piel y tejido celular subcutáneo, la litiasis renal por cristales de ácido úrico y las nefropatías agudas o crónicas, siendo éstas últimas las más graves y debidas a la precipitación intratubular e intersticial de los cristales de urato monosódico o por otros mecanismos que conducen a arteriolopatía aferente, glomeruloesclerosis e hipertensión preglomerular. En definitiva, se trata de un fallo de la función renal que podría ocasionar una insuficiencia renal con numerosas repercusiones.

Por todo ello, localizar tratamientos que sean capaces de reducir los niveles de ácido úrico en sangre y proteger al riñón de la evolución hacia una nefropatía, son una estrategia de numerosos equipos de investigación, y así, científicos chinos han realizado un ensayo en el que los ratones a los que se le provocó experimentalmente una hiperuricemia y daño renal normalizaron ambos parámetros mediante el tratamiento con una planta medicinal de la que ya se conocía su efecto diurético como es el ortosifón o té de Java (Ortosiphon stamineus), capaz de cumplir los dos requisitos mencionados anteriormente.


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