Administrar un suplemento diario de ácidos grasos omega 3 a los
pacientes que han sufrido un infarto agudo de miocardio durante seis meses
reduce las cicatrices y mejora la función del corazón, según se desprende de un
estudio realizado por el profesor de la Universidad de Harvard en Boston
(Estados Unidos), Raymond Y. Kwong, y publicada en la revista “Circulation” de la American Heart
Association.
Numerosos estudios previos habían demostrado que los ácidos
grasos omega-3 se asociaban con efectos beneficiosos cardiovasculares, pero su
papel en la modificación de las estructuras y las características del tejido cardíaco
en pacientes que han tenido un infarto agudo de miocardio seguía siendo
desconocido.
Para resolver esta duda, los investigadores asignaron al
azar a 180 pacientes que habían sufrido un infarto agudo de miocardio, a un
suplemento de ácidos grasos omega 3, y a otros 178 a un placebo, valorándose
por resonancia magnética cardiaca las características de la estructura y del
tejido cardiaco al inicio del estudio y después del tratamiento. Se estudió el
cambio en el índice de volumen sistólico del ventrículo izquierdo como objetivo
principal y secundariamente, cambios en la fibrosis miocárdica de áreas no
infartadas, fracción de eyección del ventrículo izquierdo, y el tamaño del
infarto.
Los investigadores comprobaron que los pacientes que habían
recibido una dosis diaria de cuatro gramos de omega-3 durante seis meses,
habían reducido, en comparación con el grupo placebo, un 5,8 por ciento en el índice
de volumen sistólico del ventrículo izquierdo, un 5,6 por ciento la fibrosis y
una reducción de los biomarcadores para la inflamación.
Referencia bibliográfica: http://circ.ahajournals.org/content/134/5/378
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