El uso de antibióticos que destruyan las bacterias del
intestino también puede detener el crecimiento de nuevas células cerebrales en
el hipocampo, una zona del cerebro asociada con la memoria, según un estudio en
ratones publicado en "Cell
Reports". Además los investigadores descubrieron
una pista del por qué un tipo de glóbulo blanco parece actuar como un
comunicador entre el cerebro, el sistema inmunológico y el intestino.
Una de las autoras, Susanne Asu Wolf, del Centro de Medicina Molecular
Max-Delbrueck, en Berlín, Alemania, observó por primera vez indicios de que el
sistema inmune podría influir en la salud y el crecimiento de las células del
cerebro a través de la investigación de los linfocitos T hace casi diez años.
Sin embargo, había pocos estudios que hubieran encontrado un vínculo entre
cerebro, sistema inmunológico e intestino.
En el nuevo trabajo, los investigadores dieron a un grupo de ratones
suficientes antibióticos como para que se convirtieran casi en libres de
microbios intestinales. En comparación con los ratones no tratados, los
roedores que perdieron sus bacterias intestinales saludables tuvieron peores
resultados en las pruebas de memoria y mostraron una pérdida de la neurogénesis
(nuevas células cerebrales) en una zona del hipocampo que normalmente produce
nuevas células cerebrales durante la vida de un individuo.
Al mismo tiempo que los ratones experimentaron pérdida de la memoria y de la
neurogénesis, el equipo de investigación detectó un nivel más bajo de glóbulos
blancos y específicamente monocitos Ly6Chi en el cerebro, sangre y médula ósea.
En otro experimento, los autores compararon a los ratones no tratados con
roedores que tenían niveles normales de bacterias intestinales saludables, pero
niveles bajos de Ly6Chi bien genéticamente o debido al tratamiento con
anticuerpos que se dirigen a las células Ly6Chi. En ambos casos, los ratones
con niveles bajos de Ly6Chi mostraron los mismos déficits de memoria y
neurogénesis que los ratones del otro experimento que habían perdido las
bacterias intestinales.
Además, al restaurar los niveles Ly6Chi en los ratones tratados con
antibióticos, la memoria y la neurogénesis mejoraron. Los ratones que
recibieron probióticos o que se ejercitaron sobre una rueda después de recibir
antibióticos recuperaron la memoria y la neurogénesis. Sin embargo, cuando se
restauró la microbiota con trasplantes fecales, no se obtuvo ningún efecto.
Referencia biliográfica:
http://www.cell.com/cell-reports/fulltext/S2211-1247(16)30518-6
El uso de antibióticos que destruyan las bacterias del
intestino también puede detener el crecimiento de nuevas células cerebrales en
el hipocampo, una zona del cerebro asociada con la memoria, según un estudio en
ratones publicado en "Cell
Reports". Además los investigadores descubrieron
una pista del por qué un tipo de glóbulo blanco parece actuar como un
comunicador entre el cerebro, el sistema inmunológico y el intestino.
Una de las autoras, Susanne Asu Wolf, del Centro de Medicina Molecular Max-Delbrueck, en Berlín, Alemania, observó por primera vez indicios de que el sistema inmune podría influir en la salud y el crecimiento de las células del cerebro a través de la investigación de los linfocitos T hace casi diez años. Sin embargo, había pocos estudios que hubieran encontrado un vínculo entre cerebro, sistema inmunológico e intestino.
En el nuevo trabajo, los investigadores dieron a un grupo de ratones suficientes antibióticos como para que se convirtieran casi en libres de microbios intestinales. En comparación con los ratones no tratados, los roedores que perdieron sus bacterias intestinales saludables tuvieron peores resultados en las pruebas de memoria y mostraron una pérdida de la neurogénesis (nuevas células cerebrales) en una zona del hipocampo que normalmente produce nuevas células cerebrales durante la vida de un individuo.
Al mismo tiempo que los ratones experimentaron pérdida de la memoria y de la neurogénesis, el equipo de investigación detectó un nivel más bajo de glóbulos blancos y específicamente monocitos Ly6Chi en el cerebro, sangre y médula ósea.
En otro experimento, los autores compararon a los ratones no tratados con roedores que tenían niveles normales de bacterias intestinales saludables, pero niveles bajos de Ly6Chi bien genéticamente o debido al tratamiento con anticuerpos que se dirigen a las células Ly6Chi. En ambos casos, los ratones con niveles bajos de Ly6Chi mostraron los mismos déficits de memoria y neurogénesis que los ratones del otro experimento que habían perdido las bacterias intestinales.
Además, al restaurar los niveles Ly6Chi en los ratones tratados con antibióticos, la memoria y la neurogénesis mejoraron. Los ratones que recibieron probióticos o que se ejercitaron sobre una rueda después de recibir antibióticos recuperaron la memoria y la neurogénesis. Sin embargo, cuando se restauró la microbiota con trasplantes fecales, no se obtuvo ningún efecto.
Referencia biliográfica:
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