La artemisinina es una sustancia que se extrae de una
planta medicinal ya utilizada desde hace cientos de años por la medicina
tradicional china, la Artemisia annua, que recientemente demostró ser un buen
antipalúdico, por lo que a la descubridora (Dra. Tu Youyou) de este efecto se
le otorgó en 2015 el Premio Nobel de Medicina y Fisiología.
Esta molécula, está siendo empleada como base para
numerosas investigaciones como por ejemplo el cáncer. Pero ahora, un grupo de
científicos coordinado por Stefan Kubicek, líder del grupo en el
CeMM-Österreichische Akademie der Wissenschaften (CEMM) ha demostrado que la
artemisinina es capaz de cambiar el programa epigenético de las células alfa
productoras de glucagón e inducen profundas alteraciones de su función bioquímica,
que conlleven a que sean capaces de producir y secretar insulina.
Se produce un salto cualitativo en los intentos de
regenerar el páncreas para que produjera insulina y curar la diabetes tipo 1,
pues hasta ahora lo que se buscaba era trasplantar células beta productoras de
insulina y evitar que el cuerpo las rechazara.
En modelos genéticos, la pérdida del factor regulador
maestro de transcripción ARX es suficiente para inducir la conversión de las
células alfa a células ß funcionales.
La artemisinina es una pequeña molécula que
funcionalmente reprime el ARX, causando su translocación al citoplasma.
Los estudios se han realizado hasta ahora en el pez
cebra, roedores, y células de islotes pancreáticos humanos in vitro, por lo que
se piensa que en futuros estudios en humanos (in vivo) se puedan obtener los
mismos resultados.
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